Al menos 12 personas murieron y centenares de miles se encuentran afectadas a causa del fuerte temporal causado por un frente monzónico y el tifón Gaemi,...
- 06/08/2024 00:00
- 05/08/2024 18:39
Desde el 2004 hasta el 2014, Madelaine Rojas estudió Astronomía con Especialización en Astrofísicas en la Universidad Estatal de San Petersburgo, Rusia. Posteriormente terminó su doctorado en Ciencias Físicas y Matemáticas. No fue fácil. No conocía el idioma, sumado a la barrera cultural. Fue toda una odisea pero lo logró. Actualmente es referente en la materia en Panamá.
Madelaine Rojas utiliza el personaje ‘Eni García’ en su novela corta de ciencia ficción Estelas cósmicas: el legado para contar e inspirar al público. Rendirse no es una opción, comenta durante una entrevista con La Estrella de Panamá.
Madelaine Rojas es la primera astrónoma panameña y dice que fue “muy difícil”, ya que ganó una beca parcial para estudiar en Rusia, lo que significaba que sus estudios eran gratuitos, pero tenía que cubrir todos los demás gastos como el pasaje, la residencia, la alimentación y el transporte. “Mi familia no tenía los recursos necesarios ni siquiera para comprar el pasaje, así que tuve que ingeniármelas para conseguir el dinero”.
Estelas cósmicas: el legado es una novela de ciencia ficción pero como todo escritor, Madelaine Rojas utiliza aquellas aventuras muy personales que la llevaron hasta donde está. “Aunque hay elementos de ficción y proyecciones sobre el futuro, muchos de los desafíos y triunfos de la protagonista están basados en mis vivencias. Espero que esta mezcla de realidad y ficción inspire a otros a seguir sus sueños a pesar de las dificultades”.
La trama se desarrolla a partir del año 2121. ‘Eni García’ se enfrenta a la inaccesibilidad económica y geográfica de su sueño. Deberá dejar su hogar y viajar al extranjero para perseguir su pasión. Su infancia también juega un papel importante en sus decisiones y emociones las cuales afloran al igual que en aquellos robots con los que se relaciona.
“El hecho de encerrarme en mi propio mundo, mi relación con mi familia y mi desapego a lo material, también jugaron un papel crucial. Todas estas experiencias formaron la base de mi carácter y mi determinación para alcanzar mis objetivos”, detalla la autora.
‘Eni García’ al igual que Madelaine Rojas encontró barreras para ingresar al campo laboral. Al regresar a Panamá, Rojas se encontró con comentarios como “¿para qué regresaste? ¡Mejor te hubieras quedado por allá!, o, aquí no vas a encontrar trabajo, no te van a pagar bien (...) Conozco a muchos jóvenes con los mismos sueños que yo, por lo que trato de explicarles y ofrecer oportunidades, tal como lo hicieron conmigo”.
Rojas siempre busca la oportunidad para participar de una conferencia internacional para que Panamá sea sede de un evento internacional. “No puedo quedarme quieta, a veces me metía en problemas por eso. Porque en mi mente siempre quiero hacer cosas efecto ‘wao’, emprender, compartir conocimientos, ser una persona creativa, proactiva, progresar, hacer cosas atrevidas y motivadoras en todo momento”.
Una vez en Rusia, recuerda Madelaine Rojas, abordó un tren en una cabina con tres hombres con los que no podía comunicarse porque no sabía el idioma. “Fue una experiencia surrealista y aterradora, pero también una de las más formativas de mi vida. Este tipo de peripecias, y muchas más, las detallo en el libro. Mi objetivo es inspirar a otros a superar sus propios desafíos y perseguir sus sueños, sin importar lo difíciles que parezcan”.
En el año 2021, fundó el Centro de Innovación en Ciencias Espaciales de Panamá (Cenacep). Este centro se ha consolidado como una plataforma que ofrece oportunidades significativas a la juventud latinoamericana. Un ejemplo destacado es la Escuela Latinoamericana Aeronáutica Aeroespacial que se organiza en colaboración con la Academia Latinoamericana de Aviación Superior (ALAS) y otros aliados. “En estos entrenamientos, enseñamos a los participantes a convertirse en una ‘navaja suiza’, adquiriendo múltiples habilidades, así como lo hacen los astronautas”.
Es la fundadora y líder de la Olimpiada Panameña de Ciencias Espaciales. “Esta iniciativa se convirtió en una plataforma clave en la cual estudiantes de todo el país pueden colaborar y enamorarse del universo”.
Cuando estaba organizando, en el 2023, la Olimpiada Latinoamericana de Astronomía y Astronáutica (OLAA), su mejor amigo y socio en Cenacep, Manuel Robles, le sugirió escribir un libro sobre sus peripecias e historia.
“Así nació esta novela, que, gracias a la ayuda de mi esposo, a sus ideas sobre ciencia ficción y a los inventos de mis hijas, combina mis experiencias personales con mi pasión por las ciencias espaciales (...) La motivación también vino de mis clases, cuando mis estudiantes a menudo expresan desinterés por la lectura. Esto me inspiró a crear algo que pudiera captar su interés, que sirviera para inspirarlos, despertar su curiosidad y enseñarles de una manera más atractiva”.
‘Eni García’ sueña con convertirse en “infundista espacial”, especializada en comprender y gestionar las emociones de inteligencias artificiales. Sobre esto, Madelaine Rojas explicó que este término se refiere a una profesión emergente la cual combina conocimientos de psicología, ingeniería robótica y astrofísica para desarrollar sistemas emocionales avanzados que permiten a los robots exploradores del universo tomar decisiones éticas y empatizar con las experiencias humanas.
“Su trabajo es crucial para asegurar que estas máquinas no solo cumplan sus misiones con eficiencia, sino que también comprendan la importancia de su vínculo con la Tierra. En un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados, surgen nuevas profesiones que no solo amplían nuestras fronteras, sino que también nos desafían a repensar cómo interactuamos con nuestro entorno y el universo”, sostiene.
La verdadera “genialidad científica” radica en que, si bien los robots pueden ser diseñados para seguir reglas y tomar decisiones basadas en algoritmos, la supervisión humana sigue y seguirá siendo crucial para garantizar la toma de decisiones complejas y moralmente adecuadas en diferentes tipos de situaciones, remarca.
“En mi opinión, la inteligencia artificial tiene el potencial de hacer la vida más eficiente y mejorar las capacidades humanas, pero también puede llevar a una disminución en ciertas habilidades si se depende demasiado de ella. Un ejemplo es que para la realización de este libro utilicé IA. Sin esa ayuda, no sé si hubiese podido terminarlo de la misma manera, pero me divertí utilizándolo y me ayudó mucho en el proceso de aprendizaje y creatividad”.
La inteligencia artificial, señala Rojas, es una herramienta poderosa que, si se usa adecuadamente, puede mejorar las capacidades y calidad de vida. “Sin embargo, es fundamental que mantengamos un equilibrio, utilizando la inteligencia artificial como una ayuda, pero sin dejar de desarrollar nuestras propias habilidades y empatía. La clave está en la educación y en cómo integramos la tecnología en nuestras vidas de manera responsable y consciente”.
La astrónoma ha tenido el honor de traer a varios científicos y astronautas al país, incluyendo el año pasado a Oleg Artemiev, primer astronauta en servicio activo que visitó Panamá. De acuerdo con Rojas, Oleg compartió una anécdota impresionante sobre un incidente en la Estación Espacial Internacional (EII) en el que un corte en la cabeza de un colega causó que la sangre flotara en el ambiente sin gravedad. Gracias a su entrenamiento en primeros auxilios, Oleg evitó que la situación se volviera peligrosa. Este tipo de historias nos enseñan la importancia de estar preparados para cualquier eventualidad, puntualiza Rojas.
En colaboración con el Servicio Nacional Aeronaval (SENAN), Cenacep enseña a los participantes sobre ditching, es decir, el aterrizaje de emergencia en el mar, y trabaja con bomberos aeronáuticos para que los jóvenes comprendan la importancia de estar siempre alertas y dispuestos a ayudar. Gracias al apoyo de Tocumen S.A. y los diferentes aeropuertos, los estudiantes también aprenden sobre la seguridad en el sector aeronáutico, lo cual es crucial en situaciones de emergencia
“Una lección valiosa que he aprendido de los astronautas es que, desde el espacio, las fronteras no importan. En la EII, personas de diferentes países, idiomas y culturas trabajan juntas para realizar investigaciones avanzadas. Este mensaje me motiva a concentrarme en lo que realmente vale la pena y a crear oportunidades para que todos los que formamos parte de este emprendimiento lleguemos muy lejos”, añade.
Si Panamá hace varias décadas fue uno de los lugares donde se entrenaron los astronautas para las misiones Apolo, “¿qué nos impide volver a convertirnos en un centro donde se preparen especialistas en este sector de manera colaborativa? Estoy convencida de que podemos lograrlo, y cada día desde Cenacep trabajamos para hacer realidad esta visión”, concluye.