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Los desafíos de la economía circular en Panamá. Una agenda clave para el desarrollo sostenible

La nueva Hoja de Ruta de Economía Circular busca impulsar un modelo más sostenible y resiliente.

Uno de los grandes problemas de política pública recurrentes que afronta la gestión de las ciudades en todo el mundo es la generación creciente y sostenida de diferentes tipos de residuos y su posterior tratamiento.

Por este motivo el concepto de economía circular, que si bien data de mediados de los años 70´, ha ganado impulso a nivel internacional en las últimas décadas como el paradigma emergente del management más eficiente a la hora de pensar el tratamiento, la disposición y el reciclaje de los residuos que cotidianamente generamos.

Cuando hablamos de economía circular, hacemos referencia a un modelo sistémico de producción y consumo que busca optimizar el uso de los recursos, minimizando la generación de residuos y promoviendo la reutilización, reparación y reciclaje de materiales (3R).

A diferencia del modelo lineal tradicional (producir, usar y desechar), la economía circular propone una lógica de ingeniería reversa, esto es: cerrar los ciclos de vida de los productos, reduciendo el impacto ambiental y fomentando la sostenibilidad.

De acuerdo al último informe de programa para el ambiente de la Naciones Unidas (PNUMA) se prevé que la generación de residuos sólidos urbanos aumente de 2300 millones de toneladas en el año 2023 a 3800 millones de toneladas para el año 2050.

Ante este panorama, las ciudades en Panamá también enfrentan numerosos desafíos significativos en la gestión de residuos.

Según un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la cobertura de recolección de residuos sólidos en el país es del 64%, situándolo entre los países con menor tasa de recolección en la región.

Se estima que Panamá genera 1.2 kg diarios de residuos sólidos por persona, con apenas un 5 % reciclado, lo que refleja el gran potencial sin aprovechar de la economía circular.

No obstante ello, en el año 2024, a iniciativa del Ministerio de Medio Ambiente, Panamá adoptó una Hoja de Ruta para la economía circular con enfoque en cambio climático.

Este documento estratégico (Promesa Climática, PNUD) busca guiar al país hacia un futuro más sostenible y resiliente, reconociendo la importancia de la economía circular como un enfoque innovador para la adaptación y mitigación al cambio climático.

Cabe entonces preguntarnos ¿cuáles son los desafíos más importantes que enfrenta la implementación de políticas públicas de economía circular en Panamá?

Enumerar aquellos factores que a revisten incidencia crítica, nos permitirá dilucidar a la economía circular no solo como una herramienta ambiental, sino fundamentalmente como una estrategia económica y de resiliencia

Desigualdad territorial y alta informalidad laboral del sector reciclador

La geografía del entramado productivo panameño también tiene su influencia. El desarrollo económico se concentra en provincias como Panamá, Colón y Panamá Oeste (83 % del PIB), mientras que otras áreas rurales e indígenas tienen mínima participación en la economía circular.

Además, la informalidad laboral supera el 60 %, lo que limita el acceso a empleo formal y el impulso de iniciativas circulares que requieren estructuras organizacionales estables y formalizadas. Gran parte de la labor de reciclaje se realiza en el sector informal, con recicladores fuera de cooperativas o redes de trabajo sin apoyo institucional, lo que limita su integración dentro de modelos circulares formales

Esta situación también explica que menos de la mitad de los 77 municipios de Panamá cuenten con planes de gestión integral de los residuos.

Infraestructura limitada y brecha de capacidades técnicas

Panamá aún presenta brechas de infraestructura insuficientes para la recolección, clasificación y el tratamiento de residuos. Estos escenarios se retratan especialmente fuera de los grandes centros urbanos.

Asimismo, la falta capacidades técnicas y tecnológicas en los gobiernos regionales y locales, predominantemente concentradas en las áreas rurales es otro factor de incidencia crítica que dificulta implementar prácticas circulares en mayor escala e impacto.

La disponibilidad y trazabilidad de información fehaciente sobre la gestión de los residuos es limitada, lo que también entorpece desde un primer momento el diseño e implementación de políticas públicas efectivas.

Necesidad de nuevos marcos regulatorios e incentivos fiscales

Cuando se analiza el marco normativo, advertimos que hay un espacio vacante para mejorar el diseño de regulaciones consistentes que promuevan estándares de reciclaje o la valorización de residuos como recurso.

Del mismo modo, sería provechoso impulsar incentivos fiscales para que las empresas adopten modelos circulares.

Siguiendo la Hoja de Ruta de Acción para los Plásticos diseñada por el Ministerio de Medio Ambiente, Panamá tiene el potencial de reducir la contaminación plástica en un 67 % para 2040 si se implementan las acciones propuestas, especialmente en el universo de las PYMES que representan el 90 % del tejido empresarial panameño.

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