Al rescate de áreas de manglares destruidas

Actualizado
  • 03/02/2011 01:00
Creado
  • 03/02/2011 01:00
CHIRIQUÍ. Los bosques salados, como también se les conoce a los manglares, son almacenes de carbono, brindan sustento a las comunidades ...

CHIRIQUÍ. Los bosques salados, como también se les conoce a los manglares, son almacenes de carbono, brindan sustento a las comunidades que viven en áreas aledañas; son barreras naturales para proteger de las inundaciones y tormentas y, además, reservorios de aguas subterráneas.

Pese a los múltiples beneficios ecológicos que ofrecen, la mala planificación urbana, la tala indiscriminada, la contaminación, la sobreexplotación de sus recursos y la ampliación de la frontera agrícola, amenaza con desaparecerlos.

En Panamá, uno de los manglares más importantes y amenazados en el Pacífico panameño es el del puerto Pedregal, en Dav id, que mostró una reducción en su superficie del 21% en la última década a pesar de que brinda sustento a las comunidades locales por la fuerte dependencia a sus recursos.

Ac tualmente, Fundación MarViva realiza estudios para conocer el impacto de las actividades humanas y así buscar iniciativas para su desarrollo sostenible. Sus estudios iniciaron en septiembre de 2010 y deben culminar en el mismo mes en el 2011; sin embargo, ya se empiezan a conocer algunos resultados preliminares, como lo es la cantidad de usuarios. Hay 75 familias que viven de la extracción de la concha negra, mientras que se han contabilizado 22 cascareros y una cooperativa conformada por cerca de 30 pescadores.

Para la organización ambientalista es importante ordenar las actividades humanas en los recursos marinos para evitar su sobreexplotación. La idea es que puedan hacer un aprovechamiento sostenible de estos recursos; es decir, que continúen realizando la actividad que les genera ingresos económicos para el sustento de sus familias.

Hasta el momento se ha podido detectar que muchos de los manglares que se están extrayendo son muy jóvenes, lo que puede impedir, aunque involuntariamente, la recuperación de este ecosistema. Los expertos de MarViva señalan que lo que se busca es mejorar el uso del manglar, ya que en la actualidad cada sector está trabajando por separado, lo que podría generar, incluso, conflictos entre los usuarios.

PESCA SOSTENIBLE

Ángel Vega, biólogo marino y consultor en el tema pesquero, explica que actualmente se está haciendo una caracterización del recurso pesquero asociado a los manglares de Pedregal, lo que implica levantar información de las especies que se extraen, quiénes son los usuarios, las artes de pesca que se utilizan para extraer l os productos, los costos de la actividad pesquera y las ganancias que perciben los pescadores.

Vega explicó que la pesca que se realiza en esta área es costero-ribereña. La gente utiliza fundamentalmente el trasmallo y las especies que generalmente se extraen son corvina y pargo, así como sierra, lisa y una diversidad de productos que se conoce como ‘revoltura’. Explica que todas las formas de pesca tienen un impacto sobre las diferentes especies, pero lo que se busca es establecer un manejo adecuado.

Hasta que no se encuentren otras alternativas, el pescador continuará haciendo esa actividad; lo que se tratará de hacer es que vivan de ese recurso, pero que el mismo perdure a lo largo del tiempo y que las medidas restrictivas que se apliquen impacten lo menos posible, sostiene Vega

‘Buscamos implementar medidas más amigables con el ambiente, sin llegar al extremo que el pescador deje de pescar’, manifestó.

PESCADORES

Antonio González, presidente de la Cooperativa de Pescadores de Pedregal, está consiente de que se requiere un ordenamiento en el sector pesquero y en manglar, siempre y cuando se le busque una solución viable a los pescadores y a las personas que trabajan en estas áreas. Admiten que los manglares han sido afectados por su uso indiscriminado.

‘Las personas no toman conciencia que las cosas se están acabando y eso da cabida que se adopten algunas regulaciones’, expresó. ‘Nosotros mismos estamos acabando con este recurso’, admitió el pescador.

González dice que entre sus limitaciones está la falta de equipos apropiados que les permita salir ‘mar afuera’, lo que a su vez los obliga a quedarse pescando siempre en las costas.

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