Delator De las infidelidades

Actualizado
  • 03/07/2010 02:00
Creado
  • 03/07/2010 02:00
SI ALGÚN APARATO. fue clave en el reciente escándalo pasional protagonizado por el golfista Tiger Woods fue su teléfono celular. Todavía...

SI ALGÚN APARATO. fue clave en el reciente escándalo pasional protagonizado por el golfista Tiger Woods fue su teléfono celular. Todavía no se sabe a ciencia cierta si fueron 12 o más sus amantes, ni cuántos años llevaba siéndole infiel a su esposa Elin Nordegren, o si podrá curarse de la adicción al sexo en la que se ha justificado su controversial conducta. Pero si un dato se da como real cada vez que se cuenta la picante historia, es que la señora Woods sospechó y corroboró los malos pasos de su marido revisando, al parecer, de una manera juiciosa y cautelosa, la actividad de su celular.

La verdad es que en todos los escándalos recientes de infidelidad que han sido noticia, como el del gobernador de Carolina del Sur, Mark Sandford, o el del ex candidato presidencial John Edwards, el teléfono móvil ha sido prácticamente el portador de la prueba reina para las ofendidas esposas. Pero no se crea que se trata de un factor exclusivo de los famosos y poderosos, sino de un fenómeno tan extendido en todas las sociedades, que tiene toda la validez decir que, en cuestión de acusación de cuernos maritales, el celular hoy desempeña el papel que ayer cumplía la acusadora mancha de pintalabios en el cuello de la camisa de un hombre casado o comprometido.

‘Hoy, cuando una esposa descubre el engaño de su esposo es raro que le diga ‘te vi (con otra mujer)’, explicó en una entrevista sobre el tema Christopher Di Orio, de la firma de abogados Quincy, especializada en divorcios y otros litigios conyugales. ‘Más bien, en estos días, las clientas simplemente vienen y me dicen: ‘encontré este mensaje de texto o este número de celular’. Más revelador y significativo aún que el labial, el celular con sus servicios de llamadas y mensajes de voz y de texto, se ha convertido en el medio de comunicación por excelencia de la infidelidad, la cual hoy alcanza proporciones ‘epidémicas’, al punto de que en algunos países hasta el 70% de las parejas se ve afectada por ella.

Pero, si ya está visto que las llamadas y los mensajes pueden ser una trampa, ¿por qué los infieles siguen tan aferrados a sus celulares? El experto en temas de pareja Robert Wright afirma que todo se condensa en lo que se puede llamar ‘la tentación del celular’. ‘Su novio o esposo necesita estar con su amante y encontrará el momento para verla tan a menudo como sea posible. Pero cuando las citas no puedan darse, ellos usarán el celular como el medio más efectivo y personal para mantenerse en contacto’. Y es ahí donde buena parte de los adúlteros cae: no hay que olvidar que, hoy por hoy, son contados los casos de las novias o esposas a las que, en un descuido de ellos, no les gusta echar un vistazo a la información contenida en los celulares de sus parejas, mucho más cuando sospechan que tienen una aventura.

En términos generales, enterarse de una traición no requiere de mucha habilidad en la tecnología celular para obtener la información. Pero si el infiel ha tomado la precaución de borrar las huellas de su pecado, es importante que conozca que hay sofisticados dispositivos tanto para recuperar la información borrada, como para oír las conversaciones, así como leer y oír tanto los mensajes que recibe como los que envía. Una práctica que ha llegado a tal grado, que en algunos estados de EEUU los mensajes ya se pueden llevar como evidencia en juicios de divorcio. Se trata de una práctica delicada que los expertos aconsejan asesorarse de un abogado de confianza antes de iniciarla. Puesto que comprometen la privacidad de la persona y otras garantías protegidas por las leyes.

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