¿Te sientes como una marioneta?

PANAMÁ. Si en muchas ocasiones te has sentido como Pinocho, y no por ser de madera sino porque sientes que alguien te está manipulando a su antojo, entonces estás siendo víctima de una persona muy astuta y con una gran habilidad, que usa toda su inteligencia para conseguir lo que quiere de la forma más fácil.

Para la psicóloga Geraldine Emiliani la manipulación se da entre amigos, enemigos, entre padres e hijos, con la pareja hasta con su amante, entre compañeros de trabajo, jefes y subalternos, en la publicidad, en los medios de comunicación y entre políticos.

Para el psicólogo Carlos Pavel, antes de hablar de la manipulación hay que partir de entender el concepto libertad de una manera lo más integral posible: ‘la libertad sería la capacidad de decidir, y de ser responsables por las decisiones que tomamos’.

CONOCE A UN MANIPULADOR

Por alguna razón todos consiguen algo de ti, y tú al final te quedas con una sensación de ultrajo. Ayudaste a alguien, es cierto, pero por qué no te sientes tan complacida. Ya es hora de que aprendas a detectar cuándo realizaste una buena acción o cuándo alguien se aprovechó de tu don de gente.

Los manipuladores son personas que adquieren habilidades, conocimientos y aptitudes relevantes para su buen funcionamiento dentro de esta conducta. Según Emiliani un buen truco para detectarlos ‘es analizar lo que sientes cuando estás con él o ella: miedo, culpa, vergüenza, inseguridad, repulsión, intenso afecto de inutilidad. Una relación normal no debe producirte emociones negativas’, dijo.

Es por ello que la psicóloga recomienda que si sientes alguno de estos sentimientos es hora de terminar con esa relación porque no va a tener un final feliz. ‘Si sigues en ella entonces pueda que estés cayendo en un sadomasoquismo. Ten cuidado porque puedes quedar tan herido que hasta se te hace imposible renunciar a los exigencias de esa persona. Y corres el riesgo de quedarte bajo su actitud de dominio y que se produzca en ti trastornos psicológicos y sentimientos de rabia, odio y venganza’, advirtió.

Pero darse cuenta que uno está siendo manipulado no es tan fácil, por lo menos así lo hizo saber el especialista Raúl Porte. ‘Puede notar que se siente culpable, que está haciendo lo que la otra persona quiere por miedo, tener extrañas molestias físicas o incluso ataques de pánico... pero tal vez no descubra que están relacionados con que está renunciando a sus valores, principios y objetivos para satisfacer los de otra persona de su entorno’.

Cuesta mucho identificar las formas violentas de manipulación, cuenta Pavel, ‘porque en nuestro sistema social se encuentran muy normalizadas, es decir, nos educan y enseñan que esas son formas de mostrar amor, cariño o preocupación. Esto es especialmente importante en las mujeres, dado las estructuras patriarcales imperantes’.

APRENDA A LIBERASE

Según los especialistas, una vez que sepa qué es la manipulación y cómo se comporta, lo que le queda es resistir.

Para Emiliani lo más importante después de descubrir que está siendo víctima de la manipulación, es tomar en cuenta de que existen varios puntos a los que se pueden recurrir para poder desligarse de esta situación. ‘Recurrir a todas las posibilidades que permita el sistema legal para enfrentártele. No te empeñes en intentar cambiarle. Son así, y punto. Ten siempre presente la posibilidad de romper la relación en el caso en que sea necesario’.

Para Porte hay cinco puntos importantes que se deben seguir a la hora de enfrentar a una persona manipuladora: expresar sus sentimientos, siempre hablar en primera persona, delimitar responsabilidades y asumir errores; expresarse con firmeza, serenidad y confianza; y sentirse libre de decir no cuando sea necesario.

Quienes se encuentran en una situación como ésta no es porque lo deseen ni porque son débiles o inadecuadas. ‘Es un fenómeno complejo y difícil de solucionar, mas no imposible, por eso existen ayudas especializadas que pueden apoyar a la persona que desea romper con este tipo de relaciones’, es lo que aconseja Pavel, sin antes afirmar que las personas no deben olvidar jamás ‘lo que nos hace humanos: la libertad’.