La interconexión eléctrica entre Panamá y Colombia es una prioridad bilateral, y la oposición de las autoridades comarcales no frenará el proyecto.
- 27/01/2013 01:00
PANAMÁ. ¿Lo que reflejas en tu rostro es lo que eres? Algunos científicos creen que esto no está lejos de la realidad. Para probarlo han ligado la agresividad a las caras anchas. Pero un nuevo estudio niega toda relación entre la anatomía facial y la conducta.
Una serie de investigaciones han determinado que los hombres con caras más anchas son más agresivos y que las mujeres los prefieren así porque tienen más capacidad reproductiva.
Un grupo de biólogos quiso comprobar qué tan cierto era esto mediante el uso de la antropología. El equipo se dedicó a analizar los restos óseos de 5 mil personas de distintas partes del planeta en los últimos seis siglos.
Se estudio el rostro de 94 sociedades humanas que vivieron en épocas, lugares y situaciones muy diferentes. Los resultados fueron concluyentes. ‘No existe relación alguna entre la forma de la cara y el comportamiento’, explicó el coordinador del proyecto , Rolando González-José, a la BBC Mundo.
ERROR EN ESTUDIOS
González-José llegó a la conclusión de que los estudios que establecen una relación entre la apariencia física y el carácter de las personas están errados por las técnicas usadas.
Para sustentar su postura establece dos ejemplos. El primero es que esos estudios usan imágenes que no pueden medir los rasgos de carne y hueso de las personas. Lo que se mide es imágenes de papel, dice. Para el científico el método no es preciso. ‘En una foto es difícil que el sujeto tenga su cabeza perfectamente derecha. Si está levemente inclinada hacia arriba o hacia abajo será imperceptible a la vista, pero sí afectará las mediciones’, sostuvo. Añadió que fue así como su equipo decidió medir directamente los cráneos de las personas a fin de contar con pruebas más exactas.
El científico también evaluó el tamaño de la muestra estudiada. Una fotografía es mucho más pequeña que un cráneo humano. ‘Muchas investigaciones universitarias se basan en estudios pequeños que no alcanzan a ser representativos de la sociedad’, criticó.
Basándose en estos detalles el biólogo y antropólogo del Centro Nacional Patagónico (Cenpat) uso técnicas más precisas e incluyo a distintas sociedades.
LA ESTIGMATIZACIÓN
El estudio de González-José y su equipo determinó que no había evidencia de que los hombres con caras más anchas fueron más agresivos. ¿Cómo lo comprobaron? Observaron los cráneos de un grupo de 190 presidiarios mexicanos que fueron condenados por homicidio o robo el siglo pasado.
RIESGO
La tesis de que las mujeres los prefieren más agresivos por que los hombres de cara ancha tienen más éxito reproductivo también fue descartada. Quedó claro que asumir que la personalidad de un individuo está determinada genéticamente y que esos caracteres se reflejan en la forma del rostro puede acarrear varios peligros, según Claiton Bau, del departamento de genética de la Universidad Federal de Río Grande do Sul, en Brasil. ‘Aplicar esos falsos indicadores faciales podría llevar a una suerte de estigma negativo en cuestiones que van desde una entrevista laboral o el ingreso a la universidad hasta un juicio por tribunal’, planteó.
González-José concluye diciendo que el contexto social y cultural es mucho más preciso para explicar un comportamiento que lo genético. Mientras que Bau no cierra sin advertir el riesgo que se corre al predecir la personalidad a través de su anatomía facial. El trabajo de González-José y de sus colegas de Brasil, España y México fue publicado en la revista científica PLoS ONE.
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