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- 31/08/2025 00:00
El café Geisha ha logrado un reconocimiento sin precedentes y son cada vez más los turistas que al llegar al país buscan la oportunidad de degustar una taza. Así como varían las notas en el café, dependiendo de su procedencia, altura y microclima, también puede variar la experiencia en la que se degusta el café.
Sábado en la mañana y nos dirigimos a la primera actividad del día. El grupo de periodistas tanto locales como internacionales e invitados especiales de La Cosecha llega a la Hacienda Los Molinos para un brunch singular.
La degustación de Geisha se llevará a cabo a orillas del río Cochea, justo donde cae la cascada Colibrí. Para llegar allí habrá que descender por el cañón que a lo largo de miles de años de años se ha formado y que bordea la propiedad de la Hacienda Los Molinos.
El Sendero cuenta con una inclinación pronunciada, se debe ir con ropa cómoda y zapatos con tracción. En gran parte del sendero se han adecuado escalones que facilitan tanto el descenso como el ascenso. Inicialmente el entusiasmo invita a descender rápido, pero es mejor tomar las cosas con calma, dar pasos seguros y mirar alrededor para no perder detalle del enorme regalo que nos ofrece la naturaleza. Los guías nos aseguran que se pueden apreciar más de 17 especies de árboles, más de 11 especies de flores y avistamiento de fauna especialmente ranas, algunas de ellas muy muy pequeñas y aves.
Desde arriba se observa la cascada, al otro lado del río, caer como un delgado hilo de agua. Al fondo, está el volcán Barú, máxima elevación del Istmo. Debemos recordar que por las distancias ese hilo crecerá a medida que nos vamos acercando al río.
Otra recomendación es evitar las conversaciones. Pueden distraernos del silencio que ofrece el bosque y de algunos ruidos casi imperceptibles de algunos animales. Hay que hidratarse en el camino. Debemos recordar que en los bosques tropicales el calor y la humedad se magnifican.
Continuamos el descenso y los árboles nos cobijan con su sombra. Es un alivio. Terminan los escalones, pero el sendero continúa. Poco a poco se hace más evidente que estamos más cerca del río. La corriente de agua canta y la temperatura refresca.
El equipo de Los Molinos nos recibe con un mocktail, refrescante, mientras los baristas inician el proceso del servicio del café, primero molerlo, luego llevar el agua a la temperatura adecuada para filtrarlo.
El geisha, servido en una copa, es de Abu Coffee, un Abu Style Omni Roast que pasó por un proceso de tres días en oxidación y tres días en A.S.D. (anaerobic slow dry), que dan como resultado unas notas a piña, papaya, mango pintón, fresa y cereza negra, con un final alicorado.
El café se acompaña con una degustación de tres bocados: Croqueta con chutney de mango y bacon marinado con paprika, un croissant relleno con queso del país y jalea de guayaba y, por último, un cheese cake frío de cohocolate al 80%.
A orillas del río, o con los pies en el agua la vida se percibe distinta. No hay que apurar el café, hay tiempo para contemplar la naturaleza, para encontrar cada una de esas notas que describen el café y decidir con cuál de los bocados nos pareció mejor la degustación. Nos calzamos los zapatos nuevamente y emprendemos el ascenso. Igual, sin apuros, al propio ritmo.
Nuevamente en el área verde de la hacienda, es turno de unas cervezas frías y del brunch que ofrece el hotel.
El Sendero del Cañón del Río Cochea tiene un recorrido de 820mts y toma aproximadamente 40 minutos en bajar hasta el río Cochea, y encontrar de frente la cascada Colibrí (ese hilito de agua que observamos desde el área verde de la hacienda.