‘Volver no siempre es regresar...’

  • 29/06/2025 00:00
“Tilde no encaja” es el nombre de la novela presentada por Yolani Rognoni Arias, en la que invita al lector a mirar nuestra sociedad de una manera más crítica

Anochece y el Teatro Gladys Vidal bulle en actividad. Los invitados al lanzamiento de Tilde no encaja, primera novela de la panameña Yolani Rognoni Arias, van ocupando asientos, comprando ejemplares, comentando entre ellos.

Rognoni, ingeniera civil quien actualmente trabaja en el proyecto línea 3 del Metro de Panamá, presentó el proyecto que la ha tenido trabajando por una buena cantidad de años.

Ana Matilde, conocida como Tilde, es una adolescente que regresa a casa luego de siete años de ausencia forzada. Fue víctima de un secuestro que la sacó de una vida acomodada con lujos y que, luego de lograda su libertad, observa su realidad de una forma muy distinta.

Con esta novela, que explora temas como el análisis social, las desigualdades imperantes en nuestra sociedad y la brecha socioeconómica, Rognoni invita a la reflexión sobre las causas y consecuencias de vivir, al menos, en dos Panamá radicalmente distintos.

Y es que en Panamá, como prácticamente todos los países latinoamericanos, la brecha de la desigualdad es cada vez mayor.

De acuerdo con la autora, “Fue a través de mi experiencia en México donde descubrí una sociedad con características muy similares a las de Panamá, que me sirvió de inspiración para esta novela. Constaté que en toda América Latina se repiten patrones de sociedades donde las clases más ricas viven desconectadas de las realidades que enfrentan los más necesitados”.

El lanzamiento del libro contó con la participación de Mónica Miguel Franco, editora y escritora, quien ofreció un breve análisis de la obra.

“Tilde no encaja, no encaja ni pretende hacerlo. Y en esa grieta entre lo que se supone que se debe despegar de una víctima y lo que en realidad sobrevive, entre lo que hubo antes y lo que queda después de la ruptura, Yolani ha construido una historia, incómoda, lúcida y valiente”, comenta Miguel Franco.

“Yolani solo nos ofrece una historia sobre lo que se rompe, ya sea lo que se rompe en una familia, en una sociedad, en una niña, en una mujer, en lo que se rompe cuando nadie parece escuchar el estruendo de la ruptura”, agrega.

“Lo único que puedo decirles acerca de esta novela, que es, por cierto, una de las pocas novelas de tesis que se han escrito en Panamá, es que no entren en ella pensando en que se van a encontrar con héroes. Tilde no es una heroína ni un emblema de nada, es una mujer real en un país donde el lujo convive con la miseria. Aquí no hay moralejas, por lo menos ninguna que nos deje satisfechos del todo”, advierte a los lectores.

“Tilde no encaja es también una historia de extrañeza, de mirar con otros ojos lo que antes parecía normal, de entender que volver no siempre es regresar y de preguntarse qué pasa cuando una mujer, a ver, o un hombre, no se sientan excluidos, ¿eh? Que ustedes tampoco encajan, muchas veces ya no cabe en el relato que otros escribieron para ella”, afirma.

La periodista Dalia Pichel y la facilitadora ambiental Saskia Santamaría, a través de la lectura de algunos pasajes de la obra, hicieron preguntas a la autora, ahondando en su tema central. ¿Qué importancia había para ti de evidenciar esas dos realidades que existían dentro de Tilde siendo una adolescente? ¿Qué importancia tenía para ti evidenciar esa dualidad?, cuestiona Pichel.

Tilde se siente abrumada a su regreso pues encuentra exagerados los gastos en los que incurre su familia. Ella aprendió a vivir de una forma precaria y al volver a los lujos se preguntaba qué diría Casiana, una amiga que la acompañó durante ese periodo.

“Esa era la manera de presentar un mundo que muchos vemos como normal, pero desde una perspectiva crítica”, sugiere Rognoni.

Más adelante, en la historia se da una catástrofe natural en el interior del país. Un socavón aparece en una comunidad que observa cómo sus hogares son tragados por la tierra.

¿Por qué seleccionar algo tan inusual?, pregunta Saskia Santamaría.

“El socavón se inspiró en el terremoto de 2017 en México. ¿Por qué? Por la solidaridad del pueblo”, asegura Rognoni. “Porque hubo un despliegue de solidaridad de los mexicanos como sociedad que no se sentaron a esperar al gobierno y luego me enteré de que eso no fue casual, ya que en el 1985 esperaron al gobierno y el gobierno no llegó”.

La autora quería mostrar esa solidaridad del pueblo que es visible en todos lados y que se ve en Panamá también. “Si alguien tiene una necesidad, surge un ambiente de vecinos, se colaboran entre ellos y en la novela cuando llega el gobierno incluso hay un rechazo”, adelanta.

Y, ¿qué desastres naturales tenemos en Panamá? Los terremotos no son usuales. No iba a ser verosímil y se me ocurrió el socavón”, explica. Un socavón puede interpretarse como “esa brecha que sigue creciendo y luego se convirtió en esta oportunidad para que se desarrollara el siguiente tema en la trama.

La historia continúa con El despertar, una manera de mostrar cómo los personajes van evolucionando a medida que el tiempo, el conocimiento y las experiencias van forjando a un líder comunitario que inicia su trabajo movido más por la ambición que por el bien común, como es el caso de Rafael Pérez, un personaje que Rognoni no pudo hacerlo “más villano”. De hecho, la autora debió hacer las paces con el hecho de que no hay gente del todo buena ni gente del todo mala. Son muchos los matices. Como sugirió Saskia Santamaría.

Tilde, la protagonista de la novela, también es forjada por su historia y sus vivencias, llega a convertirse en una periodista reputada y en una mujer empoderada.

“Sí, me tomé algunas libertades y espero haberle hecho justicia a tu profesión”, responde Rognoni a la pregunta de Pichel: ¿Qué cosas te sorprendieron de Tilde adulta?, considerando que a lo largo de la escritura de un libro, los personajes muchas veces toman un vuelo inesperado. “Cuando yo sea grande, quiero ser como Tilde, pero Tilde pasó por un trauma muy fuerte que la definiría como persona”, medita Rognoni.

La autora se va a un pasaje del libro en el que Tilde conversa con uno de sus profesores, que le dice “hay gente que nació sin encajar” y ella le responde, “hay gente que nació encajando y decide no encajar.”

Rognoni respondió algunas preguntas del público, se refirió al tiempo que le tomó escribir esta historia, a la necesidad de un primer lector y de un buen editor. También a saber hacer pausas cuando el trabajo no está evolucionando como es debido. Y, sobre todo, si no se es escritor a tiempo completo, a tener mucha disciplina. Invitó a los asistentes a participar de la escena cultural panameña, que cada vez es más extensa, y a participar en tertulias como esta, que describen la riqueza de dedicar tiempo a lo que nos gusta y sobre todo, a los demás.

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