En auge Burwa Dii Evo

Actualizado
  • 19/03/2011 01:00
Creado
  • 19/03/2011 01:00
PANAMÁ. La idea de hacer una película surgió en la terraza de un edificio en Bella Vista. Presentar las historias de distintos personaje...

PANAMÁ. La idea de hacer una película surgió en la terraza de un edificio en Bella Vista. Presentar las historias de distintos personajes que se reunían para hablar de sus experiencias fue el embrión de Burwa Dii Evo (‘El viento y el agua’, en lengua kuna). Este largometraje panameño, que estrena simultáneamente el 1 de abril en el Teatro Nacional y en diversas salas locales, hizo un recorrido por varios festivales foráneos demostrando que el producto local tiene calidad suficiente para llevarse aplausos, reconocimientos y, por qué no, premios.

CON LAS UÑAS

Las anécdotas que desmenuzó José Miguel Sánchez, el productor de este filme, sobre cómo se grabó El agua y el viento, desata curiosidad. Teniendo poco recurso, y sorteando las barreras culturales y sociales que se presentan para hacer este tipo de arte aquí, él y un grupo amante de la cultura empezó a hilar este proyecto. ‘Primero teníamos en mente contar historias urbanas y de a poco se fueron acoplando otras opiniones. Después nos preguntamos por qué no hacer un video o por qué no hacer algo más largo’, comentó. Junto al colectivo Igaryala, Sánchez puso manos a la obra. Contactó para dirigir a Vero Bellow, una cineasta gringo-panameña, y a la austriaca Petra Korner para la dirección fotográfica. Una vez creado el equipo de producción, realizó un casting para elegir a los actores. Los encargados de protagonizar a los personajes principales fueron los jóvenes kunas Benjamín Olodibaidiquiña y Yirelis Adjani. Como locaciones escogieron El Casco Antiguo, vía España y la comarca Kuna Yala. ‘Me llamó mucho la atención que la gente asimilaba nuestro trabajo como si fuéramos un canal de televisión. Eso pasa por la poca exposición que tiene el ciudadano común a la esencia del cine. Se acercaban y preguntaban ¿para qué noticiero trabajan?’, mencionó el chileno que reside en nuestro país desde hace 30 años. Y ni hablar del presupuesto. Por suerte, dice el entrevistado, su proyecto calificó para la edición de sonido en Sky Walker, los estudios del legendario George Lucas, en Los Ángeles. Acá, para el traslado de un spot al otro o para el hospedaje de alguien del elenco, tocó puertas. Algunas se abrieron, otras ‘ni por ahí’. Y agrega: ‘habían muchas donaciones. El dueño de un hotel nos decía, por ejemplo, ‘tengo una habitación para una persona’. Otra me decía ‘aquí hay algo de plata para el taxi o la comida’...’, reveló. La trama de El agua y el viento pone de manifiesto, a través de una historia de amor, las diversas situaciones cotidianas —positivas y no— que viven los panameños y ‘que se reflejan en la mayoría de las ciudades y pueblos latinos’, puntualizó Sánchez.

DE FESTIVAL EN FESTIVAL

Justo después de tomarse casi un año, elaborando la pieza cinematográfica, Sánchez y sus colegas decidieron enviarla al Sundance Film Festival en 2008. Clasificaron como una cinta de Selección oficial (calificada para ser proyectada). ‘Este logro no lo había obtenido ninguna cinta panameña’, aseguró el sudamericano. El agua y el viento recibió, además, el premio a ‘Mejor película dramática de larga duración’ y el premio ‘Mejor película en lenguaje originario’ en el Imagine Native Festival de Toronto Canadá en 2008. También hicieron bulla en Chile. En el Festival SanFic 5 de Santiago se llevó el premio del jurado y el premio Signis a ‘Mejor película latinoamericana.’ Aunado a su estreno en los cines criollos, Ganexa va a proyectarla en diversos puntos rurales del país donde no hay acceso al cine. ‘Es parte del movimiento denominado ‘El nuevo cine panameño’. Queremos que esta rama sea vista de manera profesional y no experimental como se ha hecho siempre’, concluyó Derek Prim, quien junto a Ganexa trabaja en el mercadeo de la cinta.

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