‘Más interesante de lo que imaginaba...’

Actualizado
  • 21/08/2013 02:00
Creado
  • 21/08/2013 02:00
PANAMÁ. De un tiempo para acá, las historias de piratas han recobrado el esplendor que décadas atrás habían tenido en publicaciones y ha...

PANAMÁ. De un tiempo para acá, las historias de piratas han recobrado el esplendor que décadas atrás habían tenido en publicaciones y hasta en filmes. Las aventuras que estos hombres vivían en el Caribe eran motivo de espanto para quienes debían navegar en esas aguas, los piratas se convirtieron en el terror de muchos, pero también lograron la admiración de otros. De boca en boca corrían las hazañas de estos marineros que incluso los hacían más fieros y crueles de la cuenta.

De hecho, eso le ocurrió a Sir Henry Morgan, corsario que prestaba sus servicios a la corona inglesa. Un libro que detallaba sus andanzas, fue publicado en Londres, pero el pirata no se sintió halagado, más bien, difamado y a través de un abogado, demandó a los libreros involucrados.

¿Un pirata defendiendo su honor? Y justamente el causante de la destrucción de la ciudad de Panamá. Definitivamente una historia que llamará la atención del lector.

‘Henry Moran es un personaje que está muy presente en la historia de Panamá, todo el que pasa por las ruinas de Panamá Viejo ahí piensa ’esto lo destruyó, el pirata Morgan’, independientemente de cómo se produjo el incendio, el hecho de que el pirata viniera es la causa’, indica Juan David Morgan, autor de Entre el honor y la espada, obra que recoge la historia del mítico pirata inglés, pero que a diferencia de otros libros, no busca ensalzar ni mucho menos reivindicar al protagonista, más bien, presentar a través de hechos históricos un esbozo de su vida. ‘Leyendo un libro de piratería me encontré con un hecho que desconocía, que fue lo que realmente me motivó a escribir el libro y es que el pirata Morgan contrata un abogado muy famoso y le pone un juicio por difamación a estos dos libreros. El libro gira alrededor del juicio’, detalla.

La obra tiene su inicio con el juicio y de allí, con la participación de testigos se va hilando toda la vida del hombre de mar.

‘Hay mucha documentación desde que el pirata llegó a Jamaica, cuando tenía más o menos como 20 años, antes de eso es poca’. Comenta el autor que debió recrear un poco la etapa de su niñez. ‘Me limité a la historia, tratando de destacar no solamente los actos, las hazañas, de Morgan como fue la toma de Panamá como también el aspecto humano porque él era un hombre de familia, algo que lo diferenciaba de los demás piratas; él vivía en una casa en Jamaica con su esposa, y muere en su lecho, de enfermo. Son pocos piratas que pueden decir eso. Todas esas cosas generan un interés mayor en el personaje, y eso fue lo que me movió a escribir esa historia’, dice Morgan.

Algunas dudas asaltaron al autor en el proceso de redacción. ‘Recuerda que era un pirata’, le dijo su esposa en una ocasión. ‘Paré el libro por 6 meses, al final no cambié nada, pero sí me ayudó a no romantizar sobre su figura, quería pintarlo tal como fue, con sus defectos, que tenía muchos, y sus pocas virtudes. Fue divertido e interesante’.

Morgan regresa de esta forma a la novela histórica luego de escribir una novela policíaca llamada ‘El ocaso de los inocentes’, en el que llama la atención la forma en que des cribe las acciones de un grupo de periodistas en una sala de redacción, lugar donde nunca ha estado.

‘No puede ser tan diferente a como uno se lo imagina, y si se me hubiera presentado la oportunidad de ir a una sala de redacción, no hubiera ido. Ya me ha pasado con otros libros que he escrito, que se me ha dado la oportunidad de verificar si algo era así como yo lo había establecido, pero no lo he hecho pues no quiero cambiar nada’.

Sin embargo, la ficción ofrece la oportunidad de crear. ‘En la novela de ficción le da uno mucho vuelo a la imaginación, le permite a uno más licencias, crear más personajes, crear situaciones, imaginarse tramas’, dice el también abogado, mientras que en la novela histórica la imaginación está limitada. hay que basarse en lo que se encuentra en do cumentos, libros... ‘Eso podría parecer más fácil, pero cuando se le añade el componente de la investigación, la autenticidad que debe tener la novela y mantener el interés del lector a pesar de que el lector sabe lo que va a ocurrir, es más difícil una novela histórica, obviamente que una novela de ficción’.

Pero si bien los hechos están establecidos, hay que dar vida a los personajes. La interrogante es cómo construirlo siendo una figura tan conocida y tan caracterizada.

‘Lo que yo hice, en el caso de Morgan, es leer todo lo que pude, hay biografías de él, unas mejores que otras, y tomo nota solamente de fechas y de algunos acontecimientos que deben quedar en la novela por su importancia; debo haber leído unos 40 libros, de piratería y de Morgan, con ellos me fui formando a través de esa lectura, cómo fue el personaje, y ya con eso en mente, escribí’.

De acuerdo con el autor, su imagen de Morgan surge más de esas lecturas, no tanto de la imaginación, pero es inevitable hacerse un retrato del personaje. ‘Eso es parte de la habilidad del escritor, a pesar de que nunca lo vimos. Cada uno se lo imagina diferente, a mí no me gusta describir hasta el mínimo detalle porque eso le quita al lector del trabajo de imaginar hasta dónde pueda’.

SIN PARENTEZCO

Es inevitable preguntar, por la coincidencia de apellidos si hay algún parentezco entre autor y personaje. ‘Morgan no tuvo descendencia así es que con propiedad le puedo decir que al menos no somos descendientes de forma directa’, dice con una sonrisa, pero luego detalla. ‘Mi padre nació en gales en una ciudad que se llama Aberystwyth que queda en el centro de Gales, el pirata nació en el sur de Gales’.

Otro detalle es que Morgan es uno de los apellidos más comunes de Gales.

‘Fui una vez a buscar mis raíces, a esta ciudad, y cuando fuimos a buscar la fe de bautismo de mi padre en esta iglesia, en el patio de la iglesia estaba el cementerio, como se estilaba en esos tiempos, y habían unas 3 lápidas con el nombre de mi hermana, Mary Morgan, unas tantas más con el mío, John David Morgan, Morgan por todos lados. Es como el González de allá’.

LA PUESTA EN MARCHA

Escribir una obra no es un asunto sencillo. Todo comienza con la lectura de muchos libros, documentos, ‘uno se imagina la trama, estudia la historia, yo hago una hoja de ruta, escojo los personajes más importantes, veo por dónde quiero empezar, en este caso era el juicio y a través del juicio ya se me hizo fácil; yo he estado allí, soy abogado, sé cómo funciona’, dice el autor.

Pero su experiencia le dice que ‘uno nunca termina ni con el mismo título, ni cumpliendo la misma hoja de ruta tal como se concibió, ni con los mismos personajes, ni con el número de páginas que se imaginó. Uno no puede controlar eso. Corrijo mucho y no aflojo hasta que el libro esté como tiene que estar’. Cuando finalmente se ha concluido la historia entran en el proceso los editores. ‘Hay cosas que uno no acepta y cosas que uno tiene que aceptar porque tienen razón. Mejora en algunas cosas el libro y ya queda más redondo. Al final le escribo al editor diciéndole que no me acepte ningún cambio más porque en la medida que voy viendo cosas que el editor está cambiando hay cosas que quiero cambiar’.

Termina el trabajo, llega la primera copia, ‘Es lo más lindo, cuando lo ves impreso’, dice Morgan, pero para que él pueda disfrutar de su obra como lector, no como autor, pasará mucho tiempo.

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