En busca de mejor cura para la leishmaniasis

Actualizado
  • 02/08/2016 02:00
Creado
  • 02/08/2016 02:00
La leishmaniasis es una enfermedad desatendida en Panamá, a pesar de que se registran tres mil nuevos casos cada año

La leishmaniasis es una enfermedad desatendida en Panamá, a pesar de que se registran tres mil nuevos casos cada año. Su cura representa varios desafíos.

Primero, las drogas más utilizadas para combatirla requieren tratamientos prolongados y presentan una toxicidad elevada, así como efectos secundarios. Además, se ha reportado que el parásito ha desarrollado resistencia hacia el medicamento y cada vez se reportan más casos cerca de las áreas urbanas, cuando históricamente solo se encontraban en áreas rurales remotas.

LIZZI HERRERA

‘Trabajé primero en las células para saber qué compuesto podía ser interesante evaluar en animales'

ESTUDIANTE DE DOCTORADO DEL INDICASAT AIP

Estos motivos, sumados al hecho de que nuestra cepa local del parásito muchas veces no responde a los medicamentos que se desarrollan para las cepas en otros países, motivó a Lizzi Herrera, estudiante de doctorado del Indicasat Aip a trabajar en una nueva cura.

El resultado de tres años de investigación se recoge en su primera publicación, que apareció el mes pasado en una revista científica, Organic & Biomolecular Chemistry , como su nombre como el de primera autora.

COMPUESTOS ANTILEISHMANIA

A través de una colaboración del Indicasat con la Universidad de Texas en San Antonio, se consiguieron 38 compuestos —con posible actividad antileishmania— provenientes de tres distintas familias, los tetrahydrooxazinoindoles (TOIs), los indoles y las quinolinas. En esta última familia ya se ha reportado actividad antimalaria.

Para estudiar su efecto sobre el parásito, Herrera utilizó las células de un animal susceptible a leishmania, el ratón Balb/c.

Las células extraídas del ratón eran infectadas in vitro con dos cepas del parásito, la leishmania major y la leishmania panamensis (la más común en Panamá).

‘Si evaluábamos otra cepa de ratón que no es muy susceptible a este tipo de leishmania, no tendría sentido el experimento', explica Herrera.

Las células infectadas también eran estimuladas con los distintos compuestos y evaluadas pasadas las 24 horas. Aquellos compuestos que presentaron un porcentaje de inhibición por arriba del 50% se seguían evaluando a otras concentraciones.

‘También evaluamos la citotoxicidad de los compuestos. Es decir, si son tóxicos a la célula', agrega Herrera. Aquellos que presentaban algún tipo de toxicidad eran descartados, pues de otro modo presentarían el mismo problema de los medicamentos actuales: los efectos secundarios.

Después de los análisis, encontró que los ocho compuestos que mostraron actividad antileishmania fueron únicamente de las familia TOI y quinolinas, mientras que los indoles no mostraron ningún tipo de actividad.

A su vez, en el estudio se encontraron compuestos con actividad contra ambas cepas, pero también exclusivos para cada una.

Sin embargo, en general, los mejores resultados se encontraron para leishmania panamensis, la de interés en Panamá.

SIGUIENTES PASOS

Este experimento solo fue el inicio de la tesis de doctorado de Herrera. La segunda parte, que tendrá que completar en los próximos dos años, consiste en elegir uno de los compuestos y evaluarlo en animales, lo cual es más complejo.

Trabajé primero en las células para saber qué compuesto podía ser interesante evaluar en animales', sostiene la científica. Este será el siguiente paso en el largo camino que lleva al descubrimiento de una nueva droga.

Cuando complete su doctorado, Herrera admite que le gustaría involucrarse en el mundo académico, pues en Indicasat ha tenido la oportunidad de trabajar con estudiantes de licenciatura que desarrollan sus proyectos de tesis allí.

‘Tengo dos estudiantes que finalizan en agosto su proyecto de tesis y ha sido una experiencia enriquecedora poder instruirlos en el trabajo de laboratorio', confiesa con una sonrisa de orgullo.

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