Fallo allana el camino a Jorge Herrera

l Juzgado Cuarto Electoral validó su nómina y rechazó la impugnación presentada por un miembro del partido

El Juzgado Cuarto Administrativo Electoral rechazó la impugnación presentada contra la Lista N.° 2 de Directores Nacionales del Partido Panameñista, encabezada por Iraida Graell, y declaró válida su postulación. El recurso buscaba anular la candidatura de Jorge Herrera, actual presidente de la Asamblea Nacional y aspirante al cargo de presidente del partido, pero la decisión del tribunal le despeja el camino para competir en la Convención Extraordinaria del 23 de noviembre.

La impugnación, interpuesta por el abogado y también panameñista Rodrigo Esquivel K., alegaba que la lista incumplía el principio de alternancia de género previsto en el artículo 373 del Código Electoral y en el Decreto 84 de 2022. Según el argumento, el Comité Nacional de Elecciones (CNE) debió rechazar la nómina por no aplicar el equilibrio hombre-mujer en cada fórmula de principales y suplentes, una omisión que —a juicio del impugnante— vaciaba de contenido el principio de paridad sustantiva.

“La ley no es una sugerencia; la alternancia es obligatoria, no decorativa”, señaló Esquivel en su demanda. Su planteamiento apelaba tanto al texto normativo como al simbolismo político de la paridad, una conquista que el panameñismo ha intentado incorporar en su estructura orgánica.

El fallo llega en un momento decisivo para el Panameñista. El próximo 23 de noviembre, la Convención Extraordinaria definirá al nuevo presidente del partido, en una contienda que enfrenta dos visiones de liderazgo y de futuro político.

Por un lado, Jorge Herrera, actual presidente de la Asamblea Nacional, representa la corriente más tradicional del panameñismo. Su campaña se apoya en la experiencia, el trabajo territorial y la defensa de los valores históricos del colectivo. Por el otro, Carlos Raúl Piad, figura reconocida dentro del partido, impulsa una agenda modernizadora enfocada en rejuvenecer las estructuras internas, actualizar los estatutos y conectar con las nuevas generaciones.

Ambos formalizaron sus postulaciones el pasado 15 de octubre, en un ambiente de competencia democrática que contrastó con las tensiones jurídicas que precedieron el fallo. Desde entonces, las bases panameñistas viven un proceso de efervescencia interna que mezcla reivindicaciones de identidad, reclamos de equidad y estrategias de reposicionamiento ante el nuevo ciclo electoral.

El 23 de noviembre, los convencionales panameñistas decidirán entre dos caminos: la renovación institucional o la reafirmación de la tradición. Más allá del resultado, la elección será una prueba de cohesión para un partido que intenta redefinir su identidad y recuperar influencia en el escenario político nacional.

La disputa judicial sobre la paridad, lejos de ser un episodio aislado, expone el dilema que atraviesa al panameñismo: cómo equilibrar su historia con las exigencias de un país que reclama inclusión, modernización y liderazgo político efectivo.

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