Luciérnaga, una luz en un mar de plástico

Actualizado
  • 17/03/2023 00:00
Creado
  • 17/03/2023 00:00
Luciérnaga es un proyecto panameño que brinda un segundo y prolongado uso al plástico que llega a los centros de reciclaje, convirtiéndolo en lámparas de diferentes estilos, tamaños y colores, una propuesta que resultó ganadora en una convocatoria pública de Senacyt
Carolina Arango (izq.) y Marela Carreyo (der.), lideresas de Luciérnaga.

El proyecto Luciérnaga de lámparas fabricadas con plástico 100% reciclado, nació hace cinco años de una pregunta que iba y venía entre Marela Carreyo y Carolina Arango: ¿Qué se puede hacer para reutilizar eficientemente al menos una parte de todas las toneladas de plástico que terminan en las calles, ríos y mares?

Una alternativa puede ser crear un producto con una demanda razonable y que sea perdurable, para asegurar que el plástico no regrese al ciclo de contaminación, pensaron Carreyo, arquitecta; y Arango, diseñadora industrial, definiendo así el grueso del concepto verde detrás de las lámparas de Luciérnaga, antes conocidas como “Misión Coral”, nombre que llevaron mientras la propuesta atravesaba fases más experimentales, investigativas y de desarrollo.

Luciérnaga es una denominación que se ajusta más al producto final del proyecto, las lámparas, luego de años de pruebas, ajustes y avances, explican las emprendedoras, ganadoras de la Convocatoria Pública Innovatec Panamá 2021, gestionada por la Dirección de Innovación Empresarial de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt).

Justamente el fondo que obtuvieron se convirtió en un impulso para dejar atrás obstáculos y multiplicar los resultados. “Con el financiamiento que ganamos, adquirimos nuevos equipos que hacen mucho más eficiente todo el proceso de fabricación de las lámparas”, destaca Arango.

Uno de los diseños terminado

Y Carreyo añade: “Al principio, como no teníamos mucho presupuesto, trabajamos con una máquina para procesar el plástico que prácticamente era hecha por nosotras con ingenio y en la que usábamos, incluso, una rueda de bicicleta; la usamos por un tiempo, hasta que llegó el momento en que se quedó chica para hacer avanzar el proyecto”.

Fue entonces cuando su propuesta ganó la convocatoria de Senacyt y pudieron dotar el taller con equipos que, cuentan, ahora les permiten derretir el plástico  de forma más eficaz y rápida  para hacer los filamentos que usan para tejer las lámparas.

También, gracias a los nuevos equipos, ahora pueden emplear múltiples colores en los filamentos plásticos para los diseños  (negro, rojo, azul...)  y han reducido a cero los desperdicios de plástico.

Tanto creció el proyecto que en 2022 fue finalista en la 8ª edición de la Bienal Iberoamericana de Diseño, en Madrid, España, como representante de Panamá.

Parte de los diseños en proceso de elaboración.
De la basura al taller de Luciérnaga

El plástico que Arango y Carreyo usan para sus creaciones es polietileno de alta densidad o HDPE, obtenido a través de los diferentes centros de acopio que funcionan en la ciudad. Hacen el pedido y reciben el plástico limpio y triturado, listo para ser derretido, moldeado y tejido en el taller hasta terminar la estructura de la lámpara.

No siempre es fácil obtener el plástico que requieren, aclaran. Muchas veces no hay plástico del tipo que necesitan o de los colores que buscan. En Panamá no hay una gran “industria” o sistema de reciclaje de plástico y ello dificulta contar, de forma segura, con la materia prima siempre que se necesita, explican.

Remar Panamá, Recimetal y Conviert3 son algunos de los centros de reciclaje que surten a Luciérnaga con plástico limpio y molido. “Somos las primeras que les piden plástico de esta forma específica”, puntualizan.

Uno de los nuevos equipos adquiridos por Luciérnaga.

Lo ideal, comparten Carreyo y Arango, es que en el país, y de forma general, se incremente la demanda por el plástico que manejan los centros de acopio para que todo ese material tenga una real segunda y duradera vida, y para que el reciclaje que se practica en Panamá cumpla con el objetivo de reutilizar recursos.

En la cuenta de Instagram del proyecto (luciernaga.casa) se pueden apreciar los diseños, colores y otras variantes de Luciérnaga para, como resumen Arango y Carreyo en la biografía de Luciérnaga en la red social, “encender una luz, en un mar de plástico”.

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