La ruta del Terminator

Hace 35 años y cuatro días, el director de la película de pirañas voladoras jamás realizada en la historia, creó una de las mejores franquicias de ciencia ficción y viajes en el tiempo, producto de un cuadro de descomposición por el consumo de sobras de un hotel y febriles pesadillas.

A principios de la década de los ochenta, el canadiense James Cameron, empezaba a vivir su sueño de convertirse en un gran director, pero su primer filme, la segunda parte de Piraña fue un colosal fracaso, lo que hizo que ciertos productores de cine lo descartaran como realizador.

Esto no lo hizo retroceder, pues a pesar de ir creciendo como especialista en efectos especiales para Roger Corman, trabajó en los guiones de Rambo parte 2 y Aliens, ambas muy exitosas en la taquilla mundial.

Con estas posibilidades, Cameron regresó a su gran pesadilla. Con alta temperatura en su cuerpo y despierto a media madrugada, pensó en una gigantesca bola de fuego acompañada por un cyborg, construido por computadoras que tomaron conciencia de lo peligrosa de la raza humana, por lo que deciden exterminarla. Mientras ello ocurría, la resistencia enviaba al pasado a un guerrero para proteger a la madre del líder, que a su vez era perseguida por una unidad denominada Terminator.

En la primera semana de estreno, The Terminator, protagonizada por Arnold Schwarzenegger, campeón fisiculturista que también estaba lanzando su carrera como actor de películas de acción, recaudó más de 4 millones de dólares, de un presupuesto que rozaba los 6.2 millones.

Schwarzenegger no era la primera opción para ser el androide. Se pensó en Lance Henriksen (de hecho el final aparece como un alguacil eliminado por el robot), Sylvester Stallone y OJ Simpson, sin embargo el actor había audicionado para el rol del humano protector, pero a Cameron le pareció fenomenal la corpulencia y las escasas líneas de diálogo que aportaría para esta película. La apuesta funcionó y el filme recaudó más de 78 millones de dólares en el mundo.

Con el apoyo de Ridley Scott, Cameron logró escribir y dirigir la segunda parte de Aliens, convirtiendo en un colosal éxito este trabajo de cine de terror, que gracias al enfoque del director, se propuso un universo con más acción y drama, enfocándose en su protagonista, Sigourney Weaver.

Seguidamente, propuso su aventura submarina El secreto del abismo, que a esa fecha era la película más cara realizada por Cameron, y de hecho una de las más complicadas por el trabajo mismo de producción. Ello le abrió el camino para lograr junto a Mario Kassar, repetir los esquemas de la primera de Terminator, pero ordenando las líneas argumentales de sus protagonistas y creando una narrativa con giros inesperados.

El filme tiene el mérito de convertirse en el referente del mejor uso posible de imágenes generadas por ordenador, técnica conocida como CGI para crear al T-1000, encarnado por Robert Patrick; ser la película con el presupuesto más elevado a esa fecha (más de 100 millones de dólares); haber recaudado más de 542 millones de dólares, llegando a ser la película más popular después de E.T., de Steven Spielberg, y llevarse cuatro premios Oscar a los mejores efectos visuales, mejor sonido, mejor edición de sonido y mejor maquillaje.

Para la tercera parte de Terminator, John Connor tiene 25 años y vive en la clandestinidad para evitar ser rastreado por Skynet, sin embargo, desde el futuro, envían al T-X (Kristanna Loken) para completar el trabajo que no pudo terminar su predecesor, el T-1000. En la cuarta entrega, Terminator Salvation, la vida de John Connor se ve alterada por la aparición de Marcus Wright (Sam Worthington), un desconocido que afirma haber estado en el corredor de la muerte y haber conocido a su padre, Kyle Reese.

En lo que se conoce como Terminator Génesis, Connor envía a Reese a 1984 para salvar a su madre, Sarah (Emilia Clarke) del Terminator, pero él encuentra en el otro lado que la realidad no era como él la esperaba. Independientemente del resultado de las películas Terminator, rápidamente construyó una sólida franquicia de películas, series de televisión, libros, cómics, videojuegos, aplicaciones y parques temáticos que llevan a sus seguidores hacia la batalla entre el programa de inteligencia artificial y los seres humanos liderados por John Connor y esta semana se estrena en las salas de la localidad Terminator: Destino Oscuro, que supone el regreso de James Cameron como productor, en lo que se denomina una secuela directa de Terminator 2, y nos regresa a Sarah Connor (Linda Hamilton), quien con un híbrido de cyborg y humano deberán proteger a una joven de un nuevo Terminator líquido que viene del futuro.

“Está diseñada para impresionarte con su grandiosidad y sus efectos, pero también regresa, de manera acertada y gratificante, a ese clasicismo inteligente que hizo que la original fuera tan potente". Owen Gleiberman, revista Variety. “La mejor secuela de 'Terminator' de los últimos 20 años (...) Miller hace que los efectos visuales de las escenas de combate tengan una intensidad visceral”, Justin Miller, Los Angeles Times.

“La mejor película de Terminator desde Terminator 2 (...) Consigue ser una conclusión apropiada para las dos películas originales y una posible vía de acceso para nuevos capítulos”, Jim Vejvoda, de IGN.