El cine de animación: una ventana artística con un futuro prometedor

Actualizado
  • 21/04/2022 00:00
Creado
  • 21/04/2022 00:00
En esta entrega final diseccionamos la realidad de la animación como herramienta de 'storytelling', el apoyo en la industria, su presencia en la región hispana y su legado como lazo multicultural
'Your Name' (2017) no recibió nominaciones al Óscar, sin embargo, fue aclamada por los fanáticos.

La premiación de los Óscar de 2022 dio rienda suelta a una conversación más amplia sobre la industria del cine de animación, un panorama que se mantiene como “de nicho” en la esfera cinemática internacional, sin embargo, se presenta como una plataforma de mayor flexibilidad y profundidad en temas universales a través de su mirada expandida. En esta entrega final de dos partes, destacamos la funcionalidad de la animación en la industria del séptimo arte actual, sus referentes en la región hispanoamericana y su estima en diversas plataformas de reconocimiento internacional.

El cine de animación es un medio de transmisión de historias, reales o ficticias, que buscan adentrar un mensaje en los espectadores (o meramente entretener) con diversos niveles de detalles. El proceso de creación de una cinta animada comienza como cualquier otra: una idea a desarrollar, luego le sigue una investigación extenuante sobre el tema a integrar, para entonces crear una línea visual y artística que será la base de toda la obra. El guion y la creación de un storyboard donde se plasman las primeras ideas (personajes, entornos, movimientos y diálogos) de forma gráfica, son pasos importantes que dan apertura a que los animadores y guionistas, así como actores importantes que se unen luego (iluminación, sonidos, musicalización, actores de voz, efectos especiales y visuales, etc.), puedan tener una imagen completa de cómo se verá el producto final.

Esto nos da un panorama sobre los esfuerzos involucrados en la producción de un largo o cortometraje de este medio. Por esto, la animación se ha convertido en un favorito de muchas generaciones al optar por ver historias originales en diversos géneros cinematográficos. En una encuesta de The Hollywood Reporter (2018) se reveló que alrededor del 70% de los 2.202 adultos encuestados entre el 29 de noviembre y el 2 de diciembre de 2018 tenían una “opinión favorable” de los productos animados, y solo el 23% presentó una “opinión desfavorable”. Las películas de acción en vivo, en comparación, mostraron un 73% de aceptabilidad y un 19% de rechazo. También indicó que las mujeres están más “a favor” de los proyectos animados que los hombres, con un apoyo neto de 56 puntos para mujeres, frente a 37 puntos para los hombres.

Asimismo, la consultora Statista señaló en su reporte del mercado de animación global para 2021, que la industria reportaba un valor de más de $407 millones, lo que representó un aumento de $52.500 millones frente al año anterior. En sus previsiones muestra que para 2030 la industria de la animación podría superar los $642 millones.

Anina (2013) es una cinta de animación 2D uruguaya, creada por Alfredo Soderguit.
Visión regional

En la esfera hispanohablante, la animación no se ha quedado rezagada en los grandes mercados, siendo utilizada para múltiples series y cintas anuales (aunque su producción aún varía con respecto al mercado asiático o estadounidense). Aún así, la producción hispana en la animación se mantuvo “resiliente” durante la pandemia, dejando evidencia de la importancia de este medio para los creadores latinoamericanos.

Según el estudio 'Resiliencia de la industria de la animación' realizado por los premios Quirino de la Animación Iberoamericana en 2020 –una de las principales plataformas de promoción para la animación de España, Portugal y América Latina–, la animación en Iberoamérica representa un total de 867 productoras, de las cuales 58% comentó que sus producciones se vieron afectadas entre un 45% y un 80%.

Pese a estas cifras, el coproductor de la cinta ganadora del Óscar a Mejor cortometraje animado Historia de un oso (2019), Patricio Escala, indicó en el documento que el teletrabajo para las animaciones de 2D y 3D fue “un trabajo de confianza y habitual para el medio”. El estudió recogió que en Panamá se mantuvo un 20% de producciones de animación, según consultas realizadas a la organización Panamá Animation; así también, destacó que de 11 casas productoras panameñas, el 56% solo se dedica a la producción publicitaria, mientras que el resto se distribuye en diversos formatos, pero con un panorama de “oportunidades de financiamiento para nuevos festivales de este arte”.

La cinta producida por Sony tendrá su secuela a finales de 2022.

La producción latinoamericana se mantiene a flote dadas las oleadas de apoyo hacia los festivales hispanos y de otras latitudes que aceptan trabajos variados. El carácter de los festivales varía entre competitivos y de desarrollo, tales como el festival Animac (España) –de carácter difusor– que se encarga de impulsar el desarrollo de proyectos de animación con colaboraciones junto a otros países. Mientras que el festival Anima Latina (Argentina) se presenta como una plataforma competitiva, formativa y de desarrollo para animadores y actores involucrados con la animación.

Esto, junto con los datos recaudados por premios Quirino, deja en claro el rumbo positivo que mantiene la industria de animación en la región, además del apoyo de instituciones como Momakin –una de las productoras referentes en materia de producción de stop-motion– que lanzó el programa de formación internacional StopMoLab en marzo de este año y tiene como objetivo propulsar a los profesionales de la animación. Para América Latina, el Foro de Coproducción y Negocio de la Animación Iberoamericana llevará a cabo su edición 2022 del 12 al 14 de mayo, junto a los premios Quirino, en busca de desarrollar, distribuir y fomentar la circulación de proyectos de animación en la región.

Nominaciones disparejas

Si nos remontamos al ámbito de premiaciones internacionales, el ejemplo de los Óscar puede establecerse como un abreboca de la elusiva mirada de los críticos de “alto perfil” de Hollywood hacia el medio animado. Si bien, en el otoño del año 2000, la Academia integró la categoría de Mejor película animada como una insignia que reconociera lo mejor que este arte tenía para ofrecer, a más de dos décadas de su creación, ¿realmente se puede considerar que logró su objetivo?

El proceso de animación conlleva distintos pasos de organización y creatividad.

En la última década el premio lo han recibido cintas de gran renombre –especialmente producidas por Disney y/o Pixar–, siguiendo la tradición que comenzó Pinocho (1940) como primera cinta de Disney en recibir un Óscar oficial a Mejor banda sonora original, luego fueron nueve cintas de Disney que recibieron únicamente galardones por Mejor canción original y Mejor banda sonora original –exceptuando a La Bella y la Bestia, que gana como Mejor película–, hasta que en 2014 Disney (sin Pixar) recibe la estatuilla de Mejor película animada con Frozen (2013). Luego en 2015 regresa a la victoria con Grandes héroes (2014); desde entonces, Disney y Pixar se han mantenido a la cabeza de los galardones de esta categoría en los Óscar.

Únicamente Shrek (2001), Spirited Away (2002), Spider-Man: Into the Spider-verse (2018), Wallace and Gromit: The curse of the Were-rabbit (2006), Rango (2012), y Happy Feet (2007), han sido las cintas que han logrado obtener este galardón fuera de las producciones de la Casa del Ratón. Hasta la fecha, ninguna cinta animada producida por hispanos ha recibido el galardón en esta ceremonia, aunque Klaus (2019) estuvo cerca, al ser nominada para el premio.

En el sector del anime –estilo característico de animación proveniente de Japón– la lista es aún más reducida, con Spirited Away de Studio Ghibli, la única en obtener una estatua, mientras que las cintas Howl's Moving Castle, The Wind Rises, The Tale of the Princess Kaguya, When Marnie Was There, y The Red Turtle solo han obtenido pocas nominaciones.

En 2019, la cinta de Makoto Shinkai, Your Name (2018, Netflix), fue obviada por la Academia, y pese a que Shinkai estuvo “aliviado” por la decisión, sigue contando como un golpe hacia esta industria. Ahora, Netflix regresa con una nueva propuesta exclusiva, la cinta Bubble (2022), que estrenará este 28 de abril en la plataforma. La cinta sigue a los adolescentes Hibiki y Uta, en un Tokio posapocalíptico poblado únicamente por grupos de entusiastas del parkour que aprovechan las burbujas místicas que flotan y que parecen apagar los efectos de la gravedad.

Por su parte, Casey Brienza, autora de 'Manga in América: Transnational Book Publishing and the Domestication of Japanese Comics', comentó en su texto: “Creo que los Óscar son una fiesta estadounidense prácticamente por diseño, por lo que las obras no estadounidenses en general están subrepresentadas. Mucho tendría que cambiar antes de que el anime tenga una buena oportunidad de estar mejor representado”.

En otras premiaciones (no exclusivas de animación), las series son lo que parece reinar, siendo el premio Primetime Emmy al mejor programa animado uno de los más sonados en el occidente, con producciones como South Park, Los Simpsons, y Futurama siendo de los más galardonados.

En un futuro

Si bien las películas animadas tienen más espacio para la experimentación en sus historias generales, también tienen el poder de llenar de imaginación los detalles. La animación es el medio que nos permite preocuparnos por el ciclo de vida de un juguete como en Toy Story (Pixar, 1995). Crea un mundo en donde una niña puede toparse con un viejo parque temático lleno de extravagantes seres sobrenaturales como en Spirited Away (Studio Ghibli, 2001). Y nos hace creer que los dragones y humanos sí pudieron ser amigos en un tiempo antiguo, en el cual la armonía natural y sus desafíos ayudaban a crecer a ambos bandos, como en Cómo entrenar a tu dragón (Dreamworks, 2010).

Detalles como estos evocan emociones diferentes en los espectadores que las que podrían experimentar de una mejor manera que al ver una película de acción viva. La animación nos permite confrontar conceptos abstractos de una manera más cercana.

Para Brooke Bajgrowicz, del sitio especializado Mashable, la animación se enfrenta a una nueva era: la aceptación de su verdadera naturaleza.

“Si te saltas una selección completa de películas solo porque crees que no estás entre el público objetivo, te perderás un mundo de historias maravillosas y llenas de matices que podrían dejarte con una comprensión más profunda de la vida”, comentó Bajgrowicz en su ensayo 'It's time to recognize how darn good animated movies can be'.

En esta línea, en lugar de descartar las películas animadas como un producto “fuera de nuestra edad” o una situación “obligatoria” por los más pequeños en casa, debemos recordar las palabras del director español Alberto Mielgo: “La animación para adultos es un hecho”. Recordemos que la animación es para todos.

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