Panameños en el T.S. Kennedy

Actualizado
  • 12/02/2012 01:00
Creado
  • 12/02/2012 01:00
El barco de insignia estadounidense, el T.S. Kennedy de Massachusetts Maritime Academy (MMA), estuvo en Panamá hace dos semanas para una...

El barco de insignia estadounidense, el T.S. Kennedy de Massachusetts Maritime Academy (MMA), estuvo en Panamá hace dos semanas para una misión: anclar en aguas istmeñas como parte de las actividades que suele hacer esta academia en distintos puntos del continente junto a sus cadetes.

A bordo del Kennedy habían unos estudiantes panameños que ansiaban tocar tierra para abrazar a sus familiares que no veían desde hace dos años.

La nave venía de Guayaquil en Ecuador y permaneció por dos días en la terminal PSA de la Base Naval Vasco Núñez de Balboa en el Pacífico, para luego partir hacia St. Thomas, una más de las Islas Vírgenes estadounidenses.

En Panamá fue un día especial. Se preparó un recepción para alumnos y ex alumnos de la academia, para que pudieran pasar una velada agradable dentro de la embarcación e intercambiar experiencias.

Pieles blancas subían y bajaban de la nave, se perdían casi todos entre los uniformes y un cordón de seguridad establecido por la tripulación indicaba que todavía no estaba habilitado el acceso para los invitados.

Se aproximaron dos rostros fáciles de reconocer. ‘Esos tienen cara de panameños’, dijo una vocera de la embajada americana que, sin conocerlos, atinó. Efectivamente ellos son Melanie Holder y David Mackay, dos criollos que desde el 2010 ingresaron a ser parte de la academia marítima. Obtuvieron un pase para prepararse por cuatro años y licenciarse como ingenieros de máquina de barcos.

Moises Zebede, Andrew Bamber, Max Flores, Ypung Ryou, Nathaniel Durbin, Luis Cañizalez y Gustavo Trius -algunos de ellos de familias zonians- también son panameños y forman parte de la MMA. Ellos están en otros niveles.

RÉGIMEN DEL MARINO

Mientras esperábamos el llamado para subir al Kennedy, Melanie y David contaban sus experiencias dentro de la academia y en la embarcación. ‘Estoy cursando mi segundo año y me decidí por esta carrera porque me apasiona el mar y además hay un legado de familia. Mi padre también estudió lo mismo’, dice David. El joven de 21 años cuenta que hay un régimen estricto que tienen que cumplir. Los estudiantes cuando empiezan deben madrugar para hacer trabajos de limpieza, ejercicios, marchar e ir a clases. Por las tardes les toca el entrenamiento físico y vuelven a organizarse para estudiar y comer. La academia no es militar, pero los forma como si lo fueran por cuestiones de disciplina.

La parte académica no es tan difícil para él. Lo único que les cuesta un poco, cuenta, son algunas frases en inglés. David extraña su idioma, la comida de su mamá, el sabor de un arroz con pollo, salir con los amigos, el clima y las tradiciones de su terruño.

Melanie es la única dama panameña en la embarcación. Desde niña se sintió conectada con el mar. Sin embargo, nunca se imaginó que a sus 20 años ya estaría navegando. Y mucho menos que estaría recibiendo a sus padres en Panamá, algo que durante el semestre de embarque no pasa siempre, porque la MMA llega cada cuatro años a las costas panameñas. También está en segundo año de ingeniería de máquina de barcos. Es una de las cuatro mujeres en esta generación que están en la misma carrera. ‘Cuando estas embarcado tienes que asumir que la nave es como tu casa. Estar pendiente de la seguridad propia, de los compañeros, velar porque todo esté en orden y cumplir con las labores de limpieza’, explica Melanie.

HOGAR EN ALTAMAR

Dentro del T.S Kennedy los panameños mostraron algunos salones de reuniones y pasillos: una universidad en el mar. Salas de recreación, dormitorios y comedores, en una nave con capacidad para 710 personas.

Los marinos cada semestre tienen que embarcarse: es un requisito. En su corta experiencia han zarpado en Veracruz, México, Barbados y en San Juan Puerto Rico.

Rick Gurnon, capitán y presidente de la MMA, explicó que para entrar a la academia los estudiantes tienen que tener 17 años, diploma de bachiller, promedio de 4 y pasar la prueba de inglés conocido como el ‘Test Of English as a Foreign Language’.

Una vez que los estudiantes ingresen a la academia tienen que cumplir con dos embarques, con la universidad y un embarque de práctica comercial.

Las prácticas para la academia se hacen en el Kennedy, que es un barco que le pertenece al gobierno federal de Estados Unidos. La MMA le da el mantenimiento y, en caso que se presente un desastre natural como lo fue el caso del huracán Katrina en 2005 o el terremoto en Haití en 2010, el gobierno toma posesión de la nave para realizar ayudas humanitarias. Después lo devuelven a la universidad.

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