Sanación e inspiración en Volcán

La artista visual Leticia Almanza utilizó la pintura para lidiar con la recuperación del cáncer de mama y su trabajo ha dado alas a una exposición

El diagnóstico y tratamiento del cáncer de mama puede ser un momento traumático para el paciente y para quienes le rodean, pero también puede ser una etapa de descubrimiento.

Este fue el caso de la diseñadora gráfica Leticia Almanza, quien vive en Volcán y que hoy presentará en la Casa Museo del Banco Nacional la muestra pictórica ‘Volviendo a volar', que creó durante su periodo de quimioterapia y radioterapia.

Hacer estos cuadros de aves con lápices de colores la ayudó a salir del estado depresivo al que la había llevado su condición de salud.

Antes del diagnóstico de cáncer de mama, Leticia experimentó un vía crucis de complicaciones médicas que para ella eran señales de que algo no andaba bien.

‘Al principio no me quedaban muy bien. Las cabezas me salían muy grandes o las patas muy chiquitas',

LETICIA ALMANZA

ARTISTA VISUAL

Primero, se cayó en el balcón de su apartamento y se fracturó una costilla. Tiempo después, fue operada de una hernia y a las semanas, tuvo una lesión en el manguito rotador.

Dos semanas más tarde, sentiría un bulto en su seno.

Lidiando con el diagnóstico, la diseñadora decidió vender su apartamento en Panamá y radicarse en Volcán, pues tanto su madre como ella pensaron que ese ambiente le haría bien.

Leticia está convencida de que la vida en Volcán ha ayudado mucho a su recuperación y fue allá, en la terraza de su casa que viendo llegar a los pajaritos de todos los colores, intentó dibujarlos.

Pero antes sufrió otro accidente, se cayó de una bicicleta en medio de su tratamiento de quimioterapia y se lesionó un brazo. Quería disfrutar del verano, dice ella.

Por insistencia de su vecina, quien le recomendó que ya se quedara quieta, empezó a usar pasteles y su primer dibujo fue un ‘‘tío chicho”. Al principio, asegura que no le quedaban muy bien. ‘Las cabezas me salían muy grandes o las patas muy chiquitas'.

Tras dibujar un tucán, que regaló a Aura Ferrer, del Banco Nacional, ésta le propuso montar una exposición, pero Leticia no estaba convencida, pues aún tenía un brazo lastimado.

Sin embargo, cuando las aves le empezaron a quedar como quería, una conocida le compró un cuadro. Fue una sorpresa para ella, pues no se imaginaba que alguien estuviera dispuesto a pagar por sus obras.

Esto terminó de darle el impulso para preparar la muestra ‘Volviendo a volar', de quince cuadros, que se podrán apreciar en la Casa Museo del Banco Nacional y que abarca tucanes, carpinteros y quetzales, entre otros.

‘Puede que para algunos esto [la muestra] no sea nada, pero aquí está plasmado mi sufrimiento. En las circunstancias en las que estaba, otro se hubiera tirado en su cama, yo quise desahogarme de esta manera', confiesa la ahora artista.

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