Sebastián Llapur, la voz latina de la fantasía

Actualizado
  • 08/11/2018 01:00
Creado
  • 08/11/2018 01:00
El actor ha doblado, al español, a personajes como Thorin en el ‘Hobbit', el Pato Lucas, el abuelo Abraham y Krusty de los Simpson, Diego en ‘Era del Hielo', Quico y Darth Vader

Sebastián Llapur (Argentina, 1962) trabajó como locutor en su país, pero desde hace 20 años se le escucha en otras facetas. Desde que llegó a México, es un sustituto de voces, un hombre capaz de mutar al instante en el medio cinematográfico y televisivo. Ha reemplazado los diálogos, en español latinoamericano, de: Thorin en el Hobbit , del Pato Lucas, del abuelo Abraham y Krusty en ‘Los Simpson', Diego en la Era del Hielo , Quico en la serie animada del Chavo y Darth Vader en Rogue One. Llapur llega a nuestro país para presentar una conferencia en la Universidad Autónoma de Chiriquí. Y visita nuestro rotativo para charlar sobre sus transformaciones. Hay en él cierto humor y picardía.

‘El doblajista debe oír y debe observar a personaje [su impronta, su tiempo, sus gestos]', dice, para ‘poder vincularte con lo que estás viendo en la pantalla, en ese idioma extranjero, y empezar a interpretarlo en el nuestro', describe el argentino.

Si el oficio del actor de doblaje tuviera una dificultad, Llapur no la percibe, al menos no hasta ahora. Aunque admite que jugar con la improvisación no es tarea sencilla. ‘Es una capacidad que debe desarrollarse. Por el hermetismo de algunas producciones, muchas veces uno llega al estudio y uno no sabe a qué va. Te enteras en el momento en que te paras frente al micrófono y el director te da instrucciones', acota. También reconoce que este tipo de actuación es uno de los más complicados porque carece de lo gestual y visual ‘solamente es a partir de nuestra voz', añade.

Asimismo, revela que ‘nunca' ha estudiado la voz a nivel foniátrico como muchos de sus colegas a los que afirma respetar. ‘Soy una persona bastante empírica', agrega. Lo que sí ha hecho es cuidarse de los cambios de temperatura: ‘no puedes empezar la jornada sin calentar las cuerdas vocales', advierte. Pero sí confiesa que ha trabajado con la nemotecnia ‘para poder recurrir a la voz del personaje de una manera rápida'.

Por otro lado, el argentino hace referencia a la responsabilidad que debe cumplir un doblajista. ‘Uno debe ser consecuente con lo que se está escuchando. Debemos tener en cuenta que nosotros, como actores, estamos interviniendo en una obra de arte que ya fue hecha, fue pensada y elaborada', señala.

‘Debemos tener en cuenta que, nosotros como actores de doblaje, estamos interviniendo en una obra de arte que ya fue hecha, fue pensada y elaborada',

SEBASTIÁN LLAPUR

DOBLAJISTA

Quizá para muchos suene impensable que un argentino pueda suavizar su acento, pero quienes han escuchado a sus personajes lo han ratificado. ‘Cuando llegué a tocar las puertas en México y decía: ‘Hola, soy un locutor argentino, quiero abrirme paso en el doblaje', me veían con un poquito de escepticismo. No era usual y tampoco lo es ahora', evoca.

Recuerda, con una sonrisa, que lo más engorroso de su carrera ha sido doblar películas chinas. ‘Es muy raro doblar algo sin saber lo que se está diciendo. Al menos en inglés te orientas un poco', sonríe.

Para el artista desde cualquier trinchera se puede aportar. ‘Hace poco me tocó doblar un videojuego en Bolivia. Propuse hacerlo con acento de ese país para homenajear a ese pueblo que generalmente Hollywood lo retrata como nido de narcotraficantes. Desde su lugar, uno puede marcar esa diferencia'.

Si le tocara doblar a algún político, Llapur lo haría con gracia. ‘Me encantaría. ( ríe ) Mientras los personajes sean más irreverentes, uno los recuerda más', subraya. ‘Uno puede hacer cosas distintas y así marcar la diferencia, ¿no crees?', pregunta.

Sebastián Llapur es uno de esos seres privilegiados que a través de su trabajo logra su sueño. De niño fue un gran admirador del Chavo del 8 y cuando Roberto Gómez Bolaños lanzó la serie animada, llamó a Llapur para que fuese parte de la producción. Aquí no sustituyó, aquí creó. ‘Hacer la voz de Quico fue algo mágico. Desde que tenía 8 años, lo imitaba', desvela.

El actor de doblaje se declara un fiel defensor de incorporarse al máximo posible a la interpretación del actor original: su manera de modular y su sensibilidad, porque para él su trabajo ‘es una habilidad de saber escuchar y poder reproducir'.

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