Árbol, mediodía

Actualizado
  • 16/03/2019 01:00
Creado
  • 16/03/2019 01:00
Recuérdame alguna vez

R.F.R.

Yo sí me acuerdo. Mamá recogió la semilla, la limpió y me la dio a guardar. Me dijo: guárdala que cuando lleguemos a la casa la sembramos.

A lo mejor por eso es que recuerdo. La recogimos —oscura, sucia— un día domingo junto a la playa, en abril. La tuve —caliente, suave— en mis manos toda esa tarde, mientras regresábamos.

Ese mismo día ya de noche la sembramos, todos contentos, esperanzados.

Luego poco a poco, sin darnos cuenta casi, rompió tierra y apuntó sin miedo hacia arriba. Todas las tardes yo lo veía tomar cuerpo mientras le echaba agua cuando el sol ya no quemaba.

Papá desde la casa de pronto lo vio asomarse a la ventana.

Ahora de vez en cuando quitaba los ojos del libro y también lo veía crecer lentamente.

Hoy el almendro llena la ventana del frente, del lado de la casa de Monipodio, por donde muere el sol. Es ancho y fuerte. Todos los años llena la acera de hojas secas y semillas amarillas; como la que un domingo hace años recogió mamá en la playa y yo cuidé, sin sospecharlo.

Papá no está ya con nosotros. Pero la sombra del almendro al mediodía nos lo recuerda y parece que estuviera allí, en la casa, desde la esquina donde solía leer a Martí, recuerdo. Todavía me acuerdo cómo lo miraba crecer y cómo se le humedecían los ojos.

AUTOR

BENJAMÍN RAMÓN

Autor

Colón, 1939. Hizo estudios de Filosofía e Historia en la Universidad de Panamá. En esas estaba cuando estalló el movimiento popular del 9 de enero de 1964.

Es miembro de la Comunidad Centroamericana de Escritores y fue editor de la revista literaria Camino de Cruces.

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