Barberías, ícono popular de Panamá

Actualizado
  • 30/07/2019 02:00
Creado
  • 30/07/2019 02:00
En los lugares donde convergen las paradas de buses por la 5 de Mayo, están las famosas barberías callejeras que ofrecen un servicio expedito y de calidad a todo el que quiera un cambio de estilo

Algunas personas se detienen a comerse una fritura o merendar a media mañana, mientras el calor abraza la ciudad y el movimiento cadencioso de los peatones inunda la 5 de Mayo de la ciudad capital panameña. Las barberías, una muy pegada a la otra, ya tienen una larga fila de clientes que han desfilado por sus asientos desde las 4:00 de la mañana o al menos ese es el caso de Boricua Style, barbería en la que trabaja Jesús Jaramillo, quien además de ser barbero desde los 14 años, también es cantante.

‘Éramos tres hermanos y un día decidí decirle a mi mamá para una Navidad que no me comprara un juguete, que me regalara una máquina, entonces ella me dijo que para qué quería una máquina ‘si tú no sabes ni cortar'; bueno, le dije, usted nada más regálemela, que yo voy a aprender. Y me la regaló y de ahí empezó todo hasta ahora. Y hoy en día trabajo y vivo de esto,' dijo Jaramillo.

Frente al espejo se ven algunos jóvenes que se contemplan su recién cortada melena. En el suelo, los vestigios de algunos rizos yacen agonizantes cual alfombras de distintas épocas. Algunos productos amontonados debajo de un desvencijado y oxidado abanico, fruto de la sal que llega del mar por todos lados. El ruido de la calle, el sonido apagado de alguna canción estridente que se mueve a velocidad dentro de un bus, los colores alegres de los ropajes de los transeúntes y las nubes, que aparecen de repente amenazando con su lluvia, mientras le dan un poco de tregua al sol, todo eso parece detenerse dentro de las barberías populares de Panamá en las que los clientes pasan, cual viraje obligado, para cortarse el pelo antes de ir a trabajar o simplemente porque hay que cortarlo y ya.

‘Tengo clientes frecuentes, como soy uno de los más viejos de estar aquí, ya en realidad tengo mis clientes, muchas personas me conocen, también por lo del embajador, porque yo antes le cortaba el cabello,' agregó Jesús.

Y es que ni el embajador norteamericano John Feeley pudo resistirse al encanto de un corte de cabello rápido en Boricua Style en manos de Jesús, quien en ese tiempo explicó para un documental, que en esa zona convergen muchas paradas de buses, por lo que bajan personas de todos lados, que eventualmente también pasan por un corte de pelo antes de seguir su camino. ‘Me quedó como yo quería', le dijo en ese entonces el embajador estadounidense acariciándose suavemente su cabellera gris, mientras Jesús lo veía orgulloso de su experiencia como barbero.

‘Yo le hacía el corte a un escolta, pero yo no sabía que él era escolta del embajador, entonces me dijo, ‘¿si yo te traigo un embajador aquí, tú le haces el corte?'. Y yo me quedé ¡chuzo!, un embajador, tráelo, y aquí vino el hombre con un poco de cámara y de gente y yo estaba nervioso, pero después lo vi cuando se fue en el carro y de ahí se dio todo esto y gracias a Dios tuvimos una buena amistad', narró el joven.

‘Tengo clientes a los que les corto el cabello desde que tenía 12 años, incluso van hasta mi casa, me llaman o me esperan si no me encuentran',

JOHU PEÑA

BARBERO

Pero la situación económica del país ha hecho que los clientes disminuyan incluso para este tipo de negocios. ‘Antes había un aproximado de 20-30 clientes por día, pero ahora, como está la situación económica, han mermado bastante, si acaso 5 a 7 clientes,' comentó Jaramillo.

En la Avenida Central, a unas cuadras cerca de la peatonal, donde los vendedores de verduras exhiben su jugosa mercancía, algunos señores leen el periódico sentados en bancas improvisadas y varias tiendas exhiben sus variados artículos a precios cómodos y está también la barbería, donde trabaja Johu Macdiel Peña, quien es barbero desde los 12 años.

‘Mi hermano, que estaba en la escuela de oficiales, me enseñaba: eso se hace así, y esto de esta forma, y así fue como empecé, ya luego cuando inicié en primer año de la escuela, comencé a trabajar en la barbería hasta que me gradué de sexto año; luego me fui a la escuela náutica por una beca que tuve e hice prácticas profesionales. Este año que retorné la universidad, fue que volví a la barbería mientras termino mis estudios,' relató Peña.

‘Un día decidí decirle a mi mamá para una Navidad que no me comprara un juguete, que me regalara una máquina; entonces, ella me dijo que para qué quería una máquina. ‘Tú no sabes ni cortar', dijo. Bueno, le dije, usted nada más regálemela, que yo voy a aprender, y ahí empezó todo',

JESÚS JARAMILLO

BARBERO

Con sus ojos bonachones pero de mirada decidida, su cara redonda y sus bermudas claras, Peña contó que se graduó en técnico de máquinas, y actualmente recibe cursos de afianzamiento, pues sueña con ir a laborar al cuarto puente, entonces su trabajo en la barbería es solamente de medio tiempo. ‘Tenemos aproximadamente 10 a 30 clientes diarios y las tarifas varían, dependiendo de lo que quiera el cliente: a jubilados y personas mayores les cobramos $3.00 y el corte sencillo cuesta $4.00, si quiere diseño, dependiendo cual sea, tiene otro valor, eso puede costar entre $5.00 y $10.00', explicó Johu Peña.

Productos que van desde spray para el cabello, fijadores, cepillos, peines sencillos hasta las máquinas enchufadas a la pared, apeñuscados sobre un mueble blanco decoran la barbería en la que trabaja Johu Peña. Aunque un tanto oscura, tiene una puerta por donde entra la luz natural y varios abanicos apagados. Sobre una de sus sillas negras había un hombre quien, con los ojos cerrados, disfrutaba su momento de relajación mientras le afeitaban la cabeza.

EVOLUCIÓN DE LAS BARBERÍAS

En la Europa Medieval, el cirujano-barbero, así como cortaba el cabello, también hacía cirugías de todo tipo.

En el siglo XV, barberos y cirujanos fueron separados como oficios independientes.

A finales del siglo XIX se empezó a enseñar en Chicago como una profesión.

En el siglo XX las tendencias de estilo masculino tuvieron gran auge revolucionando el cuidado del cabello y la barba.

Actualmente, en el siglo XXI, la barbería es una ocupación también artística que abarca las últimas tendencias del ‘look' masculino.

Y en cuanto a estilos de corte se refiere, Johu comentó que la gente regresa por diversas razones: ‘Hay personas a las que les gusta cómo les cortas el cabello, otras regresan por el trato, otras por el local y así sucesivamente; tengo clientes a los que les corto el cabello desde que tenía 12 años, incluso van hasta mi casa, me llaman o me esperan,' relató el joven barbero. Aunque Johu no cree en ese mito de que ‘la mano del barbero' es importante, según él, la forma en la que trata a sus clientes y el estilo en el que les corta el cabello hace la diferencia, ya que cada persona es distinta y de esa misma forma pasa con el crecimiento del pelo.

Pero, no solo los hombres son barberos, también hay mujeres, aunque no quisieron compartir tan abiertamente su experiencia cuando se les intentó contactar. ‘Tengo dos amigas que son barberas, se dedican a eso y les va bien, pero también hacen uñas y ya son más estilistas; el hombre es más chabacano, como dicen', aseguró Peña entre risas.

La Costera, el nombre de la barbería en la que trabaja Johu, abre sus puertas a partir de las 8:00 de la mañana, aunque hay algunas que son 24 horas o las que abren desde la madrugada, como es el caso de Boricua Style, que en palabras del propio Jaramillo, los clientes que frecuentan el negocio a esa hora suelen ser uniformados, como policías, bomberos y demás personas del estamento de seguridad.

‘En Boricua Style, la tarifa de los cortes es desde $4.00 en adelante, todo lo que es ceja, raya, se cobra aparte. Por ejemplo, si tú le dices al barbero que haga un corte completo con raya, barba y todo, eso ya puede estar saliendo hasta en 10 balboas', indicó Jesús Jaramillo, mientras a la vez explicaba con su ceja estilo Jason Momoa, a qué se refería con ‘diseño de cejas' para hombres.

Lo cierto es, pues, que sea cual sea la necesidad que lleve a un hombre a visitar las populares barberías de Panamá, recibirá el trato de su barbero de confianza, a un tiempo moderado y con la posibilidad de ver la vida circundante en el corazón de una ciudad cargada de contrastes.

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