‘La lectura es una ventana y también un espejo'

Actualizado
  • 06/08/2019 02:00
Creado
  • 06/08/2019 02:00
Con una cita del escritor Antonio Muñoz Molina se inicia este recorrido por los libros, en el marco de la FIL Panamá 2019, esos que abrieron los ojos de la humanidad a mundos fantásticos como una herencia para la posteridad

Sumergirse en un libro es vivir en otro escenario, otra vida. En los libros se puede oler el pasto fresco y recién cortado o la rosa que un enamorado acaba de regalar. Los animales pueden hablarle a los niños y aconsejarles obediencia, mientras los mares se abren para dejar a un pueblo pasar. ¿Cuál es la realidad si no ha sido modificada a través del prisma de un libro?

Lo explicó Jorge Luis Borges cuando describió al libro como una extensión de la mente: ‘De los diversos instrumentos inventados por el hombre, el más asombroso es el libro; todos los demás son extensiones de su cuerpo... Sólo el libro es una extensión de la imaginación y la memoria'. Y es que si se va a hablar de extensiones al estilo MacLuhan, quien trajo la teoría de los medios de comunicación como extensiones del ser humano, la lectura es una extensión del intelecto, del conocimiento y de la civilización misma que ha sobrevivido a base de tradición oral y que se ha multiplicado y enriquecido solo y por los libros. Ya lo decía Descartes en su Discurso del Método : ‘La lectura de todo buen libro es como una ‘conversación' con los hombres más esclarecidos de siglos pasados; una conversación selecta en la cual nos descubren sus mejores pensamientos'.

‘De los diversos instrumentos inventados por el hombre, el más asombroso es el libro; todos los demás son extensiones de su cuerpo... Solo el libro es una extensión de la imaginación y la memoria',

JORGE LUIS BORGES

POETA, ESCRITOR

¿Quién no ha amado a Mr Darcy y se ha maravillado de la modernidad con la que Jane Austen le reveló al mundo un espejo de la vida en el Reino Unido del 1800, pero con un dejo de irónica crítica, y un cuestionamiento del rol de la mujer en una época en la que no era más que un adorno con fecha de caducidad?

¿Quién no se fue al centro de la tierra y regresó para darle la vuelta al mundo en ochenta días?

‘El oficio de lector sin duda es más placentero y confortable que el de escritor, dado que escribir tiene mucho de trabajo, mientras que la lectura es una culminación de la pereza. A mí Cervantes y los tebeos del Capitán Trueno me hicieron lector, pero seguramente no escribiría libros si no fuera por Julio Verne', Antonio Muñoz Molina en Pura alegría.

Y es que en los escenarios de Cervantes, mientras Sancho y Don Quijote cabalgaban por prados abiertos, mientras el uno le mostraba al otro situaciones inexistentes ¿las de un loco quizá? ‘A él (Sancho) le vino en voluntad y deseo de hacer lo que otro no pudiera hacer por él'. ¿Quién no rescató acaso, a la Dulcinea del Toboso? La imaginamos, incluso vestida de tul, con las mejillas rosadas y la piel blanca, como un personaje más que estuvo presente hasta el último día del hidalgo caballero.

‘Don Quijote soy, y mi profesión la de andante caballería. Son mis leyes, el deshacer entuertos, prodigar el bien y evitar el mal. Huyo de la vida regalada, de la ambición y la hipocresía, y busco para mi propia gloria la senda más angosta y difícil. ¿Es eso, de tonto y mentecato?'.

Los libros son la huella de la existencia del pensamiento humano a través del tiempo y la lectura una ventana al desarrollo, a la civilidad y el bienestar. ‘En algún lugar de un libro hay una frase esperándonos para darle un sentido a la existencia', Cervantes.

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