Magdalena, el rostro del adulto mayor en situación de calle

Actualizado
  • 13/07/2022 00:00
Creado
  • 13/07/2022 00:00
Ella es una del creciente grupo de personas sin hogar que deambula por la urbe metropolitana; a pesar del incremento de los drogodependientes, las instituciones carecen de políticas para atender y combatir esta problemática
Magdalena tiene 10 años de vivir en situación de calle.

Magdalena barre con un escobillón los predios de su casa: una cuneta grande que luce libre de desechos, sin embargo, en el centro de la zanja se puede observar el limo y una débil corriente de agua que transita por el lugar.

-A mí me gusta tener mi casa limpia —dice Magdalena, el nombre que utiliza para presentarse. Detrás de ella salen cuatro gatos –de los ocho que tiene–. Al ver a los animales se sienta junto a ellos en una losa cuadrada de concreto, húmedo por la lluvia que cayó el sábado 2 de julio de 2022.

Magdalena Revilla es una de los 1,000 habitantes que aproximadamente pernoctan en las arterias de la ciudad de Panamá. “No hay un censo” sobre aquellos ciudadanos, explica Judy Meana, vicealcaldesa del distrito de Panamá.

Ninguna entidad mantiene una data o estadística sobre este sector de la población; todas remarcan: “este tema le compete a la Alcaldía de Panamá”. Según Meana, tras la pandemia de la covid-19, la indigencia se incrementó un 20% porque las personas han atravesado distintos problemas debido a la crisis. “Hemos encontrado casos de personas que han quedado presa de las adicciones”, dijo la vicealcaldesa.

Las personas en situación de calle utilizan la antigua Alcaldía de Panamá como vivienda.

Aunque este no es el caso de Magdalena. Confesó ser consumidora de crack' desde hace diez años tras una decepción amorosa. Antes consumía hasta seis veces a la semana, ahora, dice la afrodescendiente de 70 años, es de vez en cuando, sin precisar la cantidad exacta que ingiere.

La drogodependencia es una enfermedad que tiene base neurobiológica, se requiere de tres factores para padecerla: genéticos, ambientales, y el potencial adictivo de la droga, sintetiza el médico psiquiatra Aris Ramos. “La heredabilidad marca el 50% de la posibilidad de que uno pueda desarrollar el problema. El otro 50% tiene que ver con el ambiente; si la persona que es vulnerable ha sido sometida a situaciones de violencia, abandono, cosas que tienen que ver con su niñez. Y el tercer factor implicado tiene que ver con el mismo tipo de droga, la capacidad”, sustenta el médico a La Estrella de Panamá.

Los efectos nocivos del crack (derivado de la cocaína) son muchos dependiendo de la severidad del caso, sin embargo, a quienes lo consumen se les disminuye el apetito y pierden peso; como Magdalena, sus dos clavículas sobresalen de su piel.

La droga que más se consume en todo el país es la cocaína, expone el comisionado Sergio Delgado, jefe de la zona policial de San Francisco.

La mayoría de los adultos mayores que están en las calles tiene entre 60 y 65 años.

“Definitivamente la situación ilícita va encaminada mucho a la juventud, pero una vez que la persona se vuelve consumidora, pues siguen pasando los años y se ve en personas adultas”, explica a este medio.

Calidonia es el corregimiento donde existe “mayor” incidencia, en donde hay personas en situación de calle de acuerdo con la vicealcaldesa.

Y es el cuarto lugar en que se registra el microtráfico, indica Xiomara Rodríguez, fiscal de circuito de la fiscalía especializada en delitos relacionados con droga de la sección de atención primaria de Panamá.

Según la funcionaria, el tipo de droga que consume la persona va a depender de su poder adquisitivo. “Las drogas que más se consumen en lugares de menor poder adquisitivo son las drogas conocidas como crack o marihuana. A modo de análisis comparativo, podemos decir que en lugares de mayor poder adquisitivo la droga que se adquiere con mayor frecuencia es la cocaína y drogas sintéticas como metanfetaminas, éxtasis, y otros tipos de drogas. En Calidonia las drogas serían el crack y la marihuana, por el bajo nivel de poder adquisitivo en esa zona, aclara la fiscalía especializada en delitos relacionados con droga de la sección de atención primaria de Panamá.

Aunque la mayoría de los habitantes de la calle son personas de la tercera edad, también se registran jóvenes deambulando por la urbe panameña.

El 98% de las personas en situación de calle son drogodependientes que consumen crack en la ciudad de Panamá. De acuerdo con la alcaldía, los adultos mayores son quienes más deambulan por la urbe, pero “también consumen de todas las edades, hay [desde] personas ancianas hasta muy jóvenes, desde chicas de 16 a 18 años”, comenta Cherly Williams de 'Soy tu mano amiga', una organización dedicada a brindar comida y otros enseres, como ropa, todos los domingos en la ciudad de Panamá.

Desde que creó la oenegé, Williams ha podido sacar a cinco personas del vicio. “Yo creo una amistad; ellos me llaman a las 3:00 a.m. del teléfono público... cuando yo creo un vínculo con la persona, entonces le digo vámonos, y llega el día en que se logra”.

—Me siento mal, dice Magdalena.

—¿Quiere que la lleve al hospital?, pregunta La Estrella de Panamá

—No, hoy no, estoy limpiando mi casa, responde.

Francisco Gillermoconfesó que consume crack.

Magdalena desde hace cuatro años 'sufre' de la columna tras cargar un equipo pesado en la espalda. La adulta mayor se mantiene de la venta de cobre, con el dinero compra y cocina su propia comida en el “fogón” dentro de la casa.

El fogón de 'madre' como también la llaman los habitantes de calle, es uno de los pocos artículos que le quedaron por el fuego que consumió su hogar. La vivienda estaba construida de madera y retazos de desechos que nadie quiere: sillones, una mesa con un florero, un colchón.

“No entiendo por qué me hicieron eso, si yo no tengo enemigos”, se lamenta Magdalena.

A pesar de que la mayoría de las personas en situación de calle son adultos mayores, el Ministerio de Desarrollo Social es tajante: “Mira, el que ha estado haciendo censo (de adultos mayores en situación de calle) es el Municipio de Panamá, ellos deben tener una data de cuántos hay a nivel metropolitano. Ellos te pueden dar con responsabilidad, porque no es una responsabilidad que nosotros atendemos”, dice Irasema Rosa de Ahumada, coordinadora de adultos mayores del Mides.

El interior de lo que era la casa de María Magdalena.

¿El adulto mayor es responsabilidad de ustedes hasta qué punto?, pregunta este medio.

“Vuelvo y te repito, aquí está clarito las responsabilidades que cada quien lleva, si son adultos mayores hay que ver si son drogodependientes o si son personas [con problemas] de salud mental. Dentro de los adultos de calle que nosotros vemos que son abandonados, tratamos de canalizar una respuesta institucional, que es llevarlo a un hogar siempre y cuando tengamos la capacidad. A veces no es fácil, no estamos en disponibilidad de hoy para mañana conseguir un cupo en un hogar”, remarcó la funcionaria.

Y en la Alcaldía de Panamá reiteran que “tenemos un problema ahora que se requiere de la participación de todas las instituciones del Gobierno Nacional que ven el área social, y es que no nos podemos tirar la pelota porque si en las calles hay enfermos mentales, ese enfermo mental lo llevamos al Santo Tomás e ingresa al sistema de salud. ¿quién le va a dar seguimiento?, ¿qué psiquiatra le va a dar seguimiento?, hay que ingresarlo en el Instituto de Salud Mental... ¿qué pasa con esa persona que sale del Instituto Nacional de Salud Mental, cuál es el rol que juega el Mides?, no nos podemos tirar la pelota porque tenemos una situación que atender y si lo vamos a hacer bien es todos juntos y trabajando cada quien lo que le corresponde”, concluye Judy Meana.

El hospital Santo Tomas informó que no existe un registro formal de las personas en situación de calle que ingresan al hospital, pero se hace un “estimado” de una a dos personas por turno de los cuatro que hay en el nosocomio, aclara el doctor Andrés DeWitt, jefe de los servicios de urgencias del hospital Santo Tomás.

Este medio intentó conocer cuántas personas en situación de calle llegan al Instituto de Salud Mental, pero al cierre de esta nota no hubo respuesta.

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