Migrantes como agentes de desarrollo económico sostenible

Actualizado
  • 04/03/2023 00:00
Creado
  • 04/03/2023 00:00
La polarización del debate en torno a la migración ha restado espacio a investigaciones y análisis equilibrados, rigurosos y basados en datos, sobre los efectos positivos que la migración tiene en las comunidades. Según la Organización Internacional para las Migraciones, la migración es un poderoso agente impulsor del desarrollo sostenible, tanto para los migrantes como para sus comunidades
Si la migración no cuenta con una gobernanza adecuada, esta puede generar un impacto negativo sobre el desarrollo.

Muchas personas migran por elección y otras por necesidad, de ahí la importancia de abordar los factores negativos y estructurales que les obligan a abandonar su país natal para enfrentarse a condiciones inseguras, peligrosas o más desafiantes que las que vivían antes, señala el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud).

De acuerdo con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), las personas migrantes contribuyen al crecimiento de las economías principalmente de América Latina, desde diferentes roles y funciones.

De hecho, la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030 reconoce que la migración es un poderoso agente impulsor del desarrollo sostenible, tanto para los migrantes como para sus comunidades. Aporta beneficios significativos en forma de capacidades, fortaleciendo la fuerza de trabajo, la inversión y la diversidad cultural, y contribuye con el mejoramiento de la calidad de vida de las personas en sus países de origen, por medio de la transferencia de recursos financieros.

Los beneficios de la migración no deben ser vistos únicamente desde la perspectiva de lo que los migrantes pueden aportar a un determinado territorio. La relación entre migración y desarrollo es mucho más compleja: los procesos políticos, económicos y sociales de los potenciales países de destino también determinarán el modo, el lugar y el momento en el que la migración ocurrirá. Si la migración no cuenta con una gobernanza adecuada, esto puede generar un impacto negativo sobre el desarrollo. Los migrantes pueden ser puestos en riesgo y las comunidades pueden quedar sujetas a una gran presión, según describe la OIM.

Según ONU Migración, a menudo, en medios de comunicación y redes sociales las personas migrantes y refugiadas son descritas como una carga económica para los países de acogida, pasando por alto los aportes reportados en un significativo número de estudios e investigaciones. “Todos los migrantes tienen derecho a la protección de todos sus derechos humanos. Esos principios están consagrados en el Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular. Sin embargo, a menudo escuchamos relatos dañinos y falsos sobre los migrantes. Y los vemos enfrentarse a penurias indecibles como resultado de políticas moldeadas más por el miedo que por los hechos”, aseguró el secretario general de la ONU, António Guterres, en un comunicado.

El titular de la ONU enfatizó que las prioridades nacionales en materia de migración se logran mejor a través de la cooperación internacional.

En ese sentido, la OIM presentó recientemente cinco hallazgos basados en evidencia sobre cómo las personas migrantes contribuyen al crecimiento de las economías de América Latina desde diferentes roles y funciones.

La primera es que las personas migrantes contribuyen como trabajadores. Según la OIM, los migrantes son parte del mercado laboral y a la vez tienen efectos sobre él; también alteran la distribución del ingreso en el país e influyen en las prioridades de inversión interna. En Chile, por ejemplo, un estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) reveló que entre 2009 y 2017 el producto interno bruto del país se incrementó en $63,3 mil millones, sustentado principalmente en el aporte hecho por la fuerza de trabajo chilena y la fuerza de trabajo proveniente de los nuevos países de origen de la inmigración, esto es, Perú, Bolivia, Colombia, Venezuela y Haití.

Por otro lado, la OIM argumenta que las personas migrantes contribuyen como emprendedores e inversionistas. Los migrantes crean oportunidades de trabajo y promueven la innovación y el cambio tecnológico. En República Dominicana, un estudio de la OIM señala la importancia del ecosistema de inversiones venezolanas en ese país, el cual ha recibido una inversión directa de aproximadamente $ 553,3 millones. Además de ser muy diversa, centros comerciales y bienes raíces, banca, turismo, logística, sector alimentos, entre otros, la mayoría de estos negocios se encuentran formalizados (76,80%) y se calcula que el capital venezolano en República Dominicana estaría generando alrededor de 9.000 empleos, lo que representa el 0,2% de la población económicamente activa del país.

A su vez, la OIM, asegura que las personas migrantes contribuyen como consumidores. En el caso de Costa Rica, una investigación de la Cepal de 2018 encontró que, en algunos segmentos, el consumo mensual de los hogares migrantes era 10% mayor que el de no migrantes.

Otro aspecto a tomar en cuenta es que las personas migrantes aportan como contribuyentes. Las personas migrantes aportan al presupuesto público y se benefician de los servicios públicos. En República Dominicana, por ejemplo, el estudio de la OIM estableció que para 2021 la población venezolana aportó el 0,35% de la recaudación fiscal nacional de ingresos corrientes, entre los cuales se incluía la recaudación por impuestos directos como el impuesto a la renta o los impuestos sobre la propiedad y seguro familiar de salud (SFS), e impuestos indirectos como el impuesto a la transferencia de bienes industrializados y servicios (ITBIS) y el impuesto selectivo al consumo (ISC).

Y por último, la OIM resalta que los migrantes son ahorradores. Un cuerpo muy sustancial y cada vez mayor de pruebas demuestran la importancia central de las remesas de los migrantes para el sustento de las familias y las comunidades locales en los países de origen. El dinero que los migrantes envían a sus casas puede ser una importante ayuda para gastos imprevistos, un respaldo a la estabilidad financiera y a la resiliencia de las familias.

En países como El Salvador y Honduras, algunos estudios han concluido que las remesas pueden llegar a representar más del 17% del PIB nacional, lo que las posiciona con un peso relevante tanto en la dinámica y composición de la demanda agregada, como en la determinación del ingreso y gasto de los hogares.

“Cada persona que migra tiene sus propios motivos para dejar sus hogares y familias, y cada una de ellas tiene sus experiencias únicas a lo largo del viaje: su propia historia personal de exilio y pertenencia”, dijo Michelle Bachelet, quien fungió como alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos entre los años 2018 y 2022.

Nacida en Chile, Bachelet tuvo un bisabuelo que dejó Francia para irse al país sudamericano. Ella pasó a servir dos mandatos como presidente, y también se vio obligada a abandonar su tierra natal por un período, y recordó cómo la solidaridad y la generosidad expresadas en ese momento la ayudaron a desarrollar “un nuevo sentido de pertenencia y esperanza”, reseña la ONU.

Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), el número de personas desplazadas por la fuerza en todo el mundo era de 79,5 millones a finales de 2019. De ellos, 26 millones eran refugiados (20,4 millones de refugiados bajo el mandato del Acnur, 5,6 millones de refugiados palestinos bajo el mandato de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (Unrwa). 45,7 millones de personas fueron desplazados internos, 4,2 millones fueron solicitantes de asilo.

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