En abandono y maltrato: así viven los adultos mayores en Panamá

Actualizado
  • 07/05/2019 02:00
Creado
  • 07/05/2019 02:00
Profesionales de la salud ahondan en la manera ‘despectiva' en que el panameño ve a los ancianos. Cuestionan la falta de estrategias estatales dirigidas a este grupo, que en 2050 será el 24% de la población nacional

‘¿Por qué quieres traer a tu abuelo al hogar? Porque ya somos muchos en casa y no hay lugar para él' —así de lacerante son algunos de los argumentos que escucha Sor Rosa Acosta Fuentes, directora del Hogar Bolívar de Ancianos, cuando solicitan el ingreso de un adulto mayor en el albergue que preside.

En regiones de África y en Israel, entre otros pueblos del mundo, se considera a los adultos mayores como depositarios del poder y el saber. Mientras que cuidar de los padres ancianos ha sido en la cultura china una virtud moral, inspirada en las ideas de Confucio. La literatura especializada da cuenta de que este grupo de personas constituye una presencia respetable para la sociedad y la familia, pues son portadoras de un patrimonio importante de valores y experiencias. Pero, ¿cuánto valora la sociedad panameña al adulto mayor?

‘Una investigación del Colegio Médico de Panamá reveló que los ancianos en los cuartos de urgencia son tratados como personas de poca importancia. Igual, en los centros de atención primaria no tienen mayor consideración con ellos',

RAQUEL GUTIÉRREZ DE MOCK

COORDINADORA DE PROGRAMA ADULTO Y ADULTO MAYOR

Raquel Gutiérrez de Mock, médico familiar, coordinadora del Programa de Adulto y Adulto Mayor del Ministerio de Salud (Minsa), percibe que los panameños ‘tienen una manera despectiva, peyorativa y discriminatoria de ver al adulto mayor'.

‘Una investigación del Colegio Médico de Panamá reveló que los ancianos en los cuartos de urgencia son tratados como personas de poca importancia. Igual, en los centros de atención primaria no se tiene mayor consideración con ellos. Tienen mucha dificultad para adquirir un cupo médico o cupos de laboratorio ante una gran cantidad de pacientes', anota Gutiérrez.

Acosta, por su parte, expone que en el centro de ancianos que dirige ocurren ‘muchas situaciones de tristeza y dolor porque son los propios hijos los que no quieren lidiar con ellos'.

‘Ciertamente algunos requieren cuidados que no se les puede dar en el hogar, porque sus familiares trabajan o tienen compromisos, pero de alguna manera se deben comprometer con sus ancianos, pues los dejan aquí y desaparecen. No los visitan', asegura, a la vez que sostiene que es una situación recurrente. ‘Hay muchas acciones en contra del adulto mayor en la sociedad', puntualiza.

La directora del Hogar Bolívar desde hace tres años explica que nuestra sociedad le rinde culto a la juventud y todo lo que ella conlleva: vitalidad, energía, actividad... ‘Valoramos más la parte material y a los jóvenes, pues están activos económicamente', sostiene.

‘Se puede reemplazar lo material que ellos recibían en sus hogares, les brindamos cariño, pero jamás será igual al amor que un familiar le puede dar',

HIFALIA M. BRID

PRESIDENTA DE LA ASOCIACIÓN LUZ Y VIDA

Detalla que al llegar el adulto al centro, ‘le tramitamos el programa ‘120 a los 65' a algunos de ellos y acá vienen los familiares a pelear esa plata, mas no a visitarlos. Con los Certificados de Pago Negociable de la Segunda Partida del Décimo Tercer Mes (Cepadem), también hubo una situación muy triste. Aparecieron familiares de muchos que habían sido abandonados y se llevaron su dinero', declara Acosta.

No son pocas las historias de desaliento en el Hogar Bolívar y que ilustran el panorama general de los adultos mayores en Panamá.

‘No me pregunte por qué estoy aquí, porque yo tengo familia, pero no me pregunten por qué me trajeron', dice un huésped del albergue.

‘En una ocasión llegó un señor de 90 años; cuando supo que se quedaría, no quiso caminar y tuvimos que llevarlo a la habitación en silla de ruedas. Al día siguiente, había muerto', rememora Acosta con nostalgia. ‘La mayoría no recibe visitas, salvo tengan los familiares que tratar algún tema de dinero con ellos', asevera.

‘Hay una Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de los Adultos Mayores que Panamá no ha firmado',

MIGNA VILLARREAL

PROGRAMA DE ADULTO Y ADULTO MAYOR

‘Hace unos días', prosigue Acosta, ‘llamaba alguien para pedir un cupo y decía: ‘sí, nosotros le queremos, pero nos molesta mucho”.

‘Ciertamente el adulto mayor se vuelve como un niño, porque reclama su atención, su derecho; y da dolor que ellos tienen sus bienes y los hijos y nietos los sacan de allí', afirma la directora del Hogar Bolívar.

Hifalia M. Brid, presidenta de la Asociación Luz y Vida, una organización sin fines de lucro preocupada por el abandono y sufrimiento de los ancianos en Panamá, manifiesta que ‘en un hogar de ancianos, a pesar de los inconvenientes, se les puede ofrecer comida, techo, medicinas... se puede reemplazar lo material que ellos recibían en sus hogares, les brindamos cariño, pero jamás será igual al amor que un familiar les puede dar', describe. ‘Un albergue no reemplaza a la familia', insiste.

Las reacciones de los ancianos al llegar a los asilos son diversas, pero ‘todos caen en depresión. Difícilmente lo superan. Y si los familiares no vienen, que es lo más común, se les adelanta o agrava algún mal como el alzhéimer', afirma Acosta.

ESTRATEGIAS DE ESTADO

Migna Villarreal, coordinadora de Enfermería Nacional en el Programa de Adulto y Adulto Mayor del Minsa, expone que ‘el país cuenta con muy pocas estrategias, no tiene centros de apoyo ni condiciones para atender a esta población. Se le da poco valor. reciben maltrato y abuso por parte de la sociedad y de sus familiares', reitera.

En Panamá existen alrededor de 71 casas hogares, de las cuales solo la de Bocas del Toro del Ministerio de Desarrollo Social (Mides, entidad que dicta las pautas para que los albergues en Panamá puedan operar) y la de Pacora (Municipio) son institucionales.

‘Se hayan portado mal o no, todos los adultos mayores, por ser seres humanos, tienen un gran valor; ellos tienen experiencia y sabiduría; tienen mucho que dar',

ROSA ACOSTA FUENTES

DIRECTORA DEL HOGAR BOLÍVAR

Villarreal explica que lo ideal sería adoptar la modalidad de los Centros de Día, que operan internacionalmente y consisten en brindar atención especializada con una finalidad preventiva y rehabilitadora.

‘Una vez se incorpora al Centro de Día, se hace un plan de atención personalizado consensuado por el equipo multidisciplinar con los equipos sanitarios, sociales y con la persona atendida y su familia o cuidadores. El objetivo es proporcionar a las personas mayores un apoyo técnico y especializado', expresa Villarreal.

Sostiene que, en ocasiones, los adultos mayores reciben un maltrato o son abandonados porque se portaron mal con sus seres queridos. ‘Aunque fuera el caso, no se justifica pagar mal con mal', reflexiona.

‘Se haya portado mal o no, todos los adultos mayores, por ser seres humanos tienen un gran valor, ellos tienen experiencia y sabiduría. Tienen mucho que dar y aquellas personas que los abandonan deberían pensar que en algún momento les pasará lo mismo , pues lo que siembras, cosechas', puntualiza Acosta.

Mientras que Brid aconseja un cambio de cultura desde la infancia. ‘La mejor manera de enseñar es con el ejemplo y desde las escuelas', zanja.

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