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Etiquetado de advertencia para reconocer alimentos dañinos
- 12/06/2016 02:00
¿Cuántas cucharaditas de azúcar cree usted que se encuentran en una botella de 16 onzas de Coca-Cola? a) 3, b) 6, c) 9, d) 12. La respuesta es 12.
Un envase de 16 onzas de Snapple de kiwi fresa tiene 12 cucharaditas. Un mismo tamaño del néctar de arándano de Nantucket, 15. Imagínese agregarle esa cantidad a su café. ¿Compraría usted uno de estos productos para su hijo si la información sobre la cantidad de azúcar está en la parte frontal de la botella?
Últimamente ha habido mucha discusión sobre la conveniencia o relevancia de crear impuestos a las bebidas azucaradas.
El gobierno conservador de Gran Bretaña introdujo en su presupuesto para el 2017 una tasa impositiva para todas las bebidas azucaradas. México, líder mundial tanto en obesidad como en consumo de Coca-Cola, creó un impuesto en 2013 que está trabajando: los mexicanos, especialmente los más pobres y que además son los más afectados por la diabetes, están reduciendo las bebidas azucaradas en favor del agua.
Pero hay otras maneras de animar a la gente a consumir menos sodas. Tal vez la más directa es decirles de una forma sencilla lo que hay dentro de ellas.
El mes pasado, en Nueva York se presentó un proyecto de ley que obliga a mostrar en el frente de la botella o lata de bebidas azucaradas el mensaje: ‘ADVERTENCIA: El consumo de bebidas con azúcar contribuye a la obesidad, la diabetes y la caries dental '. Legisladores en California, Washington, Colorado y Wisconsin han presentado proyectos similares.
Todos los estudios indican que la diabetes y la obesidad cuestan millones de dólares en gastos médicos y pérdidas por productividad.
En Panamá se estima que las enfermedades no transmisibles, que en gran parte se producen por malos hábitos alimenticios, significan más de $350 millones al año en gastos de salud pública. A pesar de ello, la industria de alimentos ha declarado que una etiqueta de advertencia no resolverá la predisposición a la diabetes y la obesidad, y que la real causa de estas enfermedades es la falta de ejercicio físico.
Indudablemente, el ejercicio físico es importante pero la evidencia muestra que la dieta es mucho más relevante en la prevención.
Las bebidas son el principal vehículo para transportar azúcar al organismo. Además, la velocidad con que esta azúcar es absorbida, sin ninguna fibra natural, provoca un pico de insulina que a su vez es la que produce la diabetes y el hígado graso.
Excepto por los estudios financiados por la industria embotelladora, la evidencia demuestra una fuerte asociación entre la obesidad y las bebidas azucaradas, y la diabetes relacionada con la obesidad. Por eso, recomendar las etiquetas de advertencia en el frente del envase permitiría a los consumidores tomar decisiones informadas.
Una lata de 16 onzas de Coca-Cola tiene tres cuartas partes de las calorías de una barra de Twix, pero más del doble del azúcar.
Para referencia, según el Food and Drug Administration de los EE.UU., la cantidad de azúcar recomendada por día para adultos es un máximo de 50 gramos.
La Organización Mundial de la Salud recomienda la mitad. Para los niños el límite es mucho menor. Pero, por supuesto, la información no está en la botella del refresco.
Los consumidores saben que la Coca-Cola tiene azúcar, pero muchos se sorprenden de Gatorade, té Arizona, Snapple y otras aguas saborizadas, bebidas de frutas, bebidas de té o bebidas deportivas. Un estudio encontró que más de la mitad pensaba que Vitamin Water es sana, al igual que los jugos Sunny y Capri Sun. Ciertamente, las palabras vitamina y jugo connotan salud, pero no es así, porque los números dicen algo diferente ( ver cuadro ).
Los fabricantes de bebidas saben que los consumidores entienden mejor cuando se les explica las cosas en función de números, y que también el número de calorías no importa tanto como los gramos de azúcar. Es más fácil de comprender y más probable que la información sea influyente. Por eso, una etiqueta de advertencia sería eficaz, especialmente si utiliza símbolos y colores como el semáforo: rojo, amarillo y verde dependiendo de los niveles de nutrientes.
En un estudio se probaron varias etiquetas y se encontró que los consumidores comprendieron mejor la información con etiquetas con colores claros para calorías, grasas saturadas, sodio y azúcar, así como proteínas y fibra.
En Gran Bretaña se utiliza el etiquetado de colores, pero debido a la oposición de la industria, es solo voluntaria. Ecuador es el único país en el que las etiquetas son obligatorias y por eso tienen un fuerte efecto sobre el comportamiento del consumidor, razón por la cual se refleja que un tercio de los consumidores encuestados ha dicho que han dejado de comprar ciertos productos en razón de las etiquetas, con mayor frecuencia las bebidas azucaradas.
A finales de 2016, Chile comenzará a usar etiquetas de advertencia de color negro para aquellos productos con alto contenido de azúcar o alto contenido de calorías. Los productos con esas etiquetas no serán vendidos en las escuelas o anunciados en la televisión dirigida a los niños.
Recientemente se realizó en Nueva York una serie de foros donde se publicaron diversos estudios que comparan el efecto de la etiqueta de advertencia dependiendo si ésta se encuentra en la parte posterior o en la parte frontal.
Las etiquetas con las calorías escondidas en la parte posterior no funcionan en aumentar el conocimiento de los efectos para la salud de las bebidas azucaradas ni para animar a los padres a elegir mejores opciones para sus hijos. Sin embargo, las etiquetas de advertencia con la información frontal son todas muy eficaces.
Las etiquetas de advertencia no son nuevas y podemos aprender de lo bien que han trabajado en bebidas alcohólicas, las cuales llevan un denso texto con mayúsculas que son fáciles de leer y dan sentido de alerta del riesgo de defectos de nacimiento, problemas de conducción y afectaciones para la salud.
Otro producto etiquetado es el tabaco. En más de 90 países y con el número creciendo, los paquetes de cigarrillos están cubiertos de fotos tétricas, de color a muerte, con imágenes de dedos gangrenosos, pulmones cancerosos y dientes podridos, junto con fotos del lecho de muerte de las víctimas del cáncer. Y lo más importante es que en varios de estos países estas fotos están en la parte frontal de la cajetilla. Cuanto más grande y más gráficas las advertencias, más efectivas en conseguir que la gente deje de fumar y disminuya su disposición a comenzar.
Por eso, en las etiquetas de advertencia, el mensaje debe ser simple, claro y presentado de una manera que cualquier persona lo entienda.
¿Tenemos etiquetas de advertencia en Panamá? No. Por el contrario, tenemos formatos de textos en la manga de envases sin cambios desde hace más de 20 años. ¿Por qué? Aquí una pista: En 1995, al adherirnos a la Organización Mundial de Comercio y crearse la Comisión de Libre Competencia y Asuntos del Consumidor (CLICAC), debimos adoptar una ley de etiquetado en donde el idioma español debía ser la norma, no la excepción. Fabricantes y distribuidores alegaron que la ley violaba su derecho a la libertad de empresa y que en Panamá el idioma inglés es entendido y aceptado por toda la población.
Cada vez que el tema de etiquetado se plantea de cara al derecho de los consumidores de tener más información veraz, la industria saca su lanza y destrona a las autoridades de cualquier intención noble.
Medio siglo después que la comunidad científica se pronunciara sobre los efectos mortales del tabaco y que el cirujano general en los Estados Unidos declarara que fumar es peligroso para la salud, todavía no es prohibido comercializar abiertamente paquetes de cigarrillos.
Por eso, no veo en el corto plazo que ocurra nada con las sodas y demás alimentos dañinos que cada día se va comprobando son peligrosos.
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EVIDENCIA CIENTÍFICA
La OMS dice cuánta azúcar hay que consumir por día
La evidencia científica reunida por la OMS muestra que los adultos y los niños que consumen menos del 10% de las calorías diarias en forma de ‘azúcares libres', como la glucosa, la fructosa, la sacarosa y el azúcar común, son más propensos a tener un peso normal para la estatura, la edad y la contextura.
Esto reduce directamente el riesgo de padecer enfermedades asociadas, como la diabetes o las cardiopatías. ‘Una reducción por debajo del 5%, esto es, unos 25 gramos de azúcar al día o seis cucharadas de té, tendría ventajas adicionales para la salud', explicó el doctor Francesco Branca, de nutrición para la salud y el desarrollo en la OMS. ‘Con un máximo del 5%, un estudio señala que hay cero caries', añadió.
‘Tenemos pruebas serias de que limitar el consumo diario de azúcar por debajo del 10% reduce el riesgo de sobrepeso, de obesidad y de caries', afirmó Branca, tras un estudio lanzado hace un año, en el que se analizaron más de 170 comentarios de expertos.
‘Si uno toma un bowl de cereales por la mañana, una lata de bebida azucarada y un yogur azucarado, ya superó el límite', precisó Branca en la conferencia de prensa brindada en Ginebra.
¿Cómo medir el consumo de azúcar? Una cucharadita de té de azúcar equivale a 4 gramos, lo mismo que una cucharada de ketchup. Una latita de gaseosa común aporta hasta 40 gramos de azúcar. Una taza de avena con canela: 17 gramos; 200 ml de leche semidescremada con chocolate representa 20 gramos y una hamburguesa con queso, 25 gramos.
Para el profesor Tom Sanders, experto en nutrición en el King's College de Londres, ‘el objetivo del 10% es fácil de alcanzar si se evitan las bebidas azucaradas'.
Sin embargo, el 5% necesario para ‘evitar las caries' es mucho más difícil de lograr, asegura, ‘porque eso significa que no hay que comer ningún pastel, ni galletas, ni beber ninguna bebida azucarada'.
Hace tiempo que las consecuencias de una mala alimentación, demasiado rica en grasas o en azúcar, preocupan a los especialistas. Sucede que enfermedades no transmisibles, como la diabetes, el cáncer o las enfermedades cardíacas, causan cada año 16 millones de muertes prematuras en el mundo.
En Panamá, el 65% de la población adulta tiene sobrepeso u obesidad. Ese porcentaje ya alcanza al 30% en los adolescentes, de acuerdo con la última encuesta nacional de factores de riesgo.
La OMS recordó, además, que gran parte de los azúcares que consumimos están ‘ocultos' en alimentos que no se consideran como dulces. ‘Un estudio señala que en Estados Unidos, el 80% de los alimentos vendidos en los supermercados contienen azúcares' añadidos, indicó Branca.
Algunos países ya reaccionaron ante el exceso de azúcar, como Ecuador, que obliga a los industriales a poner un logotipo de color sobre los productos alimenticios.
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ADULTOS Y NIÑOS
La Organización Mundial de la Salud recomienda
Un máximo de 25 gramos de azúcar por día en el caso de los adultos.
Para los niños, el límite de ingesta de azúcar por días es mucho menor.