Mami Mizutori: 'Hay que incluir a las mujeres como lideresas de la agenda climática global'

Actualizado
  • 05/04/2022 00:00
Creado
  • 05/04/2022 00:00
La representante especial de la Undrr conversó con 'La Decana' sobre la importancia del aporte público-privado a la detección de riesgos de desastres y su trayectoria en pro de las mujeres en este campo
Mami Mizutori es experta en sostenibilidad y tiene más de 25 años de experiencia en reducción de desastres e inclusión social.

Los riesgos de desastres naturales constituyen un alto porcentaje de pérdidas de infraestructuras, economía y sostenibilidad social de los países que resultan azotados por estos. La representante especial de la Secretaría General de las Naciones Unidas para la Reducción de Riesgo de Desastres (Undrr, por sus siglas en inglés), Mami Mizutori, apoya la estructuración de sistemas de prevención de desastres en zonas de vulnerabilidad y sus comunidades.

Mizutori (Tokio, 1960), quien visitó Panamá por primera vez el pasado 25 de marzo, conversó con La Estrella de Panamá sobre el desafío actual de la prevención contra desastres y los riesgos que estos conllevan, y que luego se convierten en obstáculos para el desarrollo social y económico de los países, así como de las comunidades en situación de vulnerabilidad.

La experta en sostenibilidad, cultura y relaciones exteriores recoge más de 20 años de trayectoria profesional pasando por cargos gubernamentales y en organizaciones sin fines de lucro en su natal Japón, también en Estados Unidos, España, y actualmente en Reino Unido, donde reside y trabaja como directora ejecutiva del Instituto Sainsbury para el Estudio de las Artes y Culturas Japonesas, en la Universidad de East Anglia.

Su vida estuvo marcada al proceder de una generación que no vivió una abundancia de “oportunidades para mujeres”, sin embargo, ahora lucha por revertir esta realidad para las nuevas generaciones globales. Esto lo comparte durante nuestra entrevista.

¿Cómo su niñez y su crianza moldearon su carrera profesional y su ruta personal?

Nací en Japón, en una época en que las oportunidades para las mujeres no eran abundantes. Las mujeres en general batallan para obtener una carrera. Por suerte, al graduarme obtuve un empleo en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Japón, donde me mantuve por 30 años. Tuve la oportunidad de trabajar en diversos países, incluyendo España, México, Estados Unidos y Reino Unido. Después de eso decidí cambiar el rumbo de mi carrera un poco, y fui a trabajar a Reino Unido donde empecé a liderar un instituto de arte y cultura japonesa, lo cual es una experiencia muy interesante... pasar del gobierno a un sector sin fines de lucro, donde estuve unos años.

Así llegó la oportunidad de trabajar para las Naciones Unidas, lo que para mi fue muy importante, porque al servir en el sector sin fines de lucro, pensé que sería bueno hacer algo para generar un cambio y trabajar en el sector público, por el bien común, es algo genial. Tomé el cargo como directora del Departamento de Reducción de Riesgos y Desastres y para representar al secretario general de las Naciones Unidas en esta área, que creo con pasión que es muy importante hoy día.

¿Cuáles son las afectaciones a mediano y corto plazo del cambio climático para la región latinoamericana?

En una palabra: muchas. Desafortunadamente, esa es la situación en todo el mundo, pero diría que el nivel de impacto del cambio climático en términos de afectación a las personas, en la pérdida de la economía, se está ampliando más y más en Latinoamérica. Los cambios climáticos que vemos, que han impactado en huracanes, ciclones, inundaciones, sequías, y aumento del nivel del mar, están afectando la región. También debo decir que el problema con la reducción de desastres es una combinación con los riesgos del clima y con los riesgos en la sociedad y la economía, así que si tienes una sociedad donde hay una gran brecha entre ingresos, donde vemos a personas vulnerables que no son protegidas, niños, mujeres, personas con discapacidad, personas indígenas y demás, y luego azota un ciclón, así que los daños y los riesgos aumentan exponencialmente y en muchos casos se combina con lo que llamamos los impulsores subyacentes del riesgo, como la desigualdad de género.

¿Cuándo supo que quería dedicar su vida al control de desastres y la contribución al medio ambiente?

Pienso que cuando fui apuntada al cargo de representante especial del secretario general de las Naciones Unidas para la Oficina de Reducción de Riesgo de Desastres, tuve un mayor entendimiento de fondo para el oficio ya que mi propio país, Japón, es altamente propenso a desastres naturales, como terremotos, tsunamis, erupciones volcánicas y emergencias por el cambio climático. Así que los japoneses crecimos con el impacto de los desastres y esto me hizo sentir que como personas podemos hacer mucho más para mitigar lo mejor posible el daño de los desastres, para que así menos personas mueran, pierdan sus casas, sus trabajos... y de cierta forma, esta mentalidad se integra en ti cuando vienes de un país donde los desastres siempre están cerca y son constantes.

En términos de políticas públicas, ¿cómo podemos implementar mejores estrategias de prevención de riesgos de desastres en la región?

No podemos detener ciclones cuando vienen en camino, ¿cierto?, quizás en muchos años podamos hacerlo si somos exitosos en mitigar el cambio climático, pero mientras, ¿qué podemos hacer? sencillo: prevenir mejor. ¿Esto qué significa?, que un desastre es la combinación de tres elementos: la amenaza, digamos un ciclón, y la única forma en que podemos prevenir el feroz desastre de un ciclón es si mejoramos la mitigación del cambio climático; luego está la vulnerabilidad, donde tienes que entender dónde se encuentran las personas, si hay niños, personas indígenas o personas con discapacidad, y tienes que entender cuáles son sus necesidades, y para esto hay que incluir sus voces en la planificación de prevención contra riesgos de desastre, lo que llega a la parte de la respuesta, siempre de la mano de un gobierno robusto, para que pueda dar atención a las infraestructuras expuestas en zonas de vulnerabilidad y hacerlas lo suficientemente resistentes.

Esto tiene que venir con un acuerdo legal para que las constructoras públicas y privadas que no cumplan con las regulaciones establecidas para seguridad pública sean castigadas. Panamá está en camino de hacerlo; este año el presidente Laurentino Cortizo decidió implementar un gabinete de reducción de desastres, y la ministra de Gobierno, Janaina Tewaney, está encargada de crear una estrategia para la reducción de desastres en el país. Desde la Undrr hemos sido solicitados para apoyar junto con otras agencias de la ONU, la creación e implementación de dicha estrategia. Considero que Panamá está en un camino positivo y muy importante para la historia, en el que brindaremos nuestro apoyo.

América y el Caribe es la región más afectada por los desastres: el 53% de las pérdidas económicas mundiales por desastres han ocurrido aquí, en las últimas dos décadas. ¿Cómo detiene esto el desarrollo?

Nuestra frase clave es: “Nada erosiona un desarrollo sostenible como un desastre”. Esto es muy importante porque al conocer los Objetivos de Desarrollo Sostenible, vemos que empiezan con “Erradicar la pobreza” y “Detener el hambre”, y con un desastre estas aristas solo aumentan. Por ejemplo, esta pandemia, es un terrible desastre que ha enviado a muchas personas de vuelta a la pobreza. Así que aunque haya existido un esfuerzo de parte del gobierno y de la nación en avanzar en el crecimiento económico, esto puede perderse frente a un solo desastre, de no estar preparados o con una previsión establecida para una situación de crisis.

Lo que se necesita hacer es asegurarse de que los desastres no devasten y no retrasen el desarrollo.

¿Cuál es su clave del éxito dentro del campo en el cual ejerce?

Lo principal para dedicarse a esto es pensar en las futuras generaciones, porque hemos hecho suficiente daño como individuos y corporaciones, olvidando que realmente solo tenemos un planeta, y aunque lo que el ser humano ha hecho al planeta a través de siglos, nos ha ayudado a crecer y a vivir de una mejor manera, también ha llegado a un punto en el que no es sostenible. Debemos pensar en que no hay un segundo planeta, y para hacer este sostenible hay que cambiar muchos estilos de vida a los que nos hemos acostumbrado a vivir y trabajar modernamente. Muchos jóvenes ya están cambiando formas de vivir, trabajar, conectar con otros, para crear redes mucho más sostenibles a largo plazo, y esa es una clave para ser más exitosos en esta área de nuestras vidas.

¿Cómo ve la inclusión de las mujeres en el campo de la prevención de riesgos?

La buena noticia es que la Oficina de Liderazgo de Mujeres en Reducción de Riesgos de la ONU fue creada en 2020 en Asia del Pacífico y en 2021 abrió una sede para Latinoamérica, la cual ya cuenta con más de 700 mujeres asociadas, y quizá piensen que no es mucho, pero lo es para el corto tiempo de convocatoria. Lo que buscamos es que haya un posicionamiento de las mujeres en la agenda global, además de ubicarlas como lideresas en el camino de la igualdad de género y que sus conocimientos y empoderamiento aporten a la estrategia global de reducción de riesgos de desastres. Hay que incluir a las mujeres en este campo, no como personas a quienes proteger, sino como lideresas de la agenda climática global. Aún hay mucho camino por recorrer, soy optimista de que lo conseguiremos.

En su trayectoria, ¿qué lecciones ha aprendido sobre quien es ahora?

Entre más crezco, reconozco que realmente he sido muy privilegiada en cuanto a donde nací, cómo fui criada y demás. Y que la razón por la que puedo dedicarme a lo que hago no es meramente porque estudié mucho o trabajé duro, sino porque muchas veces donde naciste te permite crecer en otras áreas y sabemos que no todos disfrutan de esto. Al entrar al sistema de la ONU, he entendido el significado de “no dejar a nadie atrás”, porque muchos sí quedan atrás. Es una responsabilidad enorme, pero siento que es algo en lo que quiero seguir comprometida y que es un escenario en el que todos debemos estar involucrados, ser conscientes y contribuir continuamente.

MAMI MIZUTORI
Es representante especial del secretario general de la ONU para la Oficina de Reducción de Riesgos de Desastres desde 2018.
Nombre completo: Mami Mizutori
Nacimiento: Tokio, Japón. Noviembre de 1960.
Ocupación: Directora ejecutiva del Instituto Sainsbury para Estudios de las Artes y Culturas Japonesas en Reino Unido.
Estado civil: Casada
Resumen de su carrera: Es graduada en derecho y ciencias políticas por la Universidad Hitotsubashi (Tokio) y obtuvo un diploma en estudios internacionales por la Escuela Diplomática de España. Antes de unirse al Instituto se desempeñó durante 27 años en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Japón en diversas funciones, entre ellas, directora de Presupuesto, directora del Centro de Información y Cultura de Japón en la Embajada de Japón en Londres, directora de la División de Política de Seguridad Nacional, director de la División de Políticas de las Naciones Unidas, Director de la División del Acuerdo sobre el Estatuto de las Fuerzas de Estados Unidos y director adjunto de la División de Personal. Ha trabajado en Londres, Washington, D.C. y ciudad de México. Ha impartido cursos sobre gobernanza en Asia oriental en la Universidad Ritsumeikan Asia Pacific y estudios internacionales en la Universidad de Waseda, Tokio.
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