Así lo confirmó el viceminsitro de Finanzas, Fausto Fernández, a La Estrella de Panamá
- 04/11/2018 01:00
Asentados históricamente en la cuenca hidrográfica del Río Teribe, en la provincia de Bocas del Toro, los naso son una etnia cuya cosmovisión ha integrado, desde tiempos inmemoriales, prácticas que apuntan hacia el manejo sostenible no solo de los aproximadamente 1,600 hectáreas cuadrados que ocupan en la actualidad, sino también de su flora, fauna y recursos hídricos.
La reciente aprobación del proyecto de ley 656, que crea la Comarca Naso Tjér Ni, delimitando su territorio ancestral y reconociendo un sistema al que se le ha denominado ‘la última monarquía indígena de América', brinda a los nasos la oportunidad de poner en práctica los conocimientos ecológicos pasados de generación en generación.
De ser sancionado por el presidente Juan Carlos Varela, los nasos podrán aplicar estos antiguos principios de sostenibilidad en las 125, 141 mil hectáreas del Parque Internacional ‘La Amistad' (PILA) y las 21, 722 hectáreas pertenecientes al Bosque Protector Palo Seco. Son áreas protegidas que la Asamblea ha propuesto situar dentro de los límites comarcales.
RESISTENCIA DE LA SOCIEDAD CIVIL
El proyecto ha encontrado resistencia dentro de la propia comunidad naso y por parte de algunos grupos ambientalistas. El 22 de octubre un grupo de moradores de las comunidades naso de San San y de La Tigra enviaron una solicitud a la diputada Yanibel Ábrego, presidenta de la Asamblea Nacional, donde solicitaban que el proyecto de ley ‘sea devuelto insofacto (sic) a nuestro Pueblo Naso, para que el mismo cumpla realmente con los procedimientos y mecanismos internos…'. Ambas comunidades forman parte de uno de los dos corregimientos creados por la iniciativa, que contempla, además, el establecimiento del distrito especial Naso Tjér Di.
Por su parte, ambientalistas de la provincia de Chiriquí han solicitado el veto presidencial, alegando que el proyecto entrega tierras que forman parte del PILA, reserva incluida dentro del listado de Patrimonio Natural de la UNESCO y que actualmente es administrada por los gobiernos de Panamá y Costa Rica. Del lado panameño, el parque ocupa las provincias de Bocas del Toro (95%) y Chiriquí (5%).
Comunidades solicitan que el proyecto sea discutido
Miembros de las comunidades naso de San San y La Tigra expresaron su inconformidad frente al proyecto de ley 656, aprobado recientemente en tercer debate. En una misiva enviada a la presidenta de la Asamblea Nacional, Yanibel Ábrego, proclamaron su rechazo a la creación de un ‘corregimiento comarcal'. ‘Manifestamos una vez más que nuestra única y verdadera reivindicación está enmarcada en la creación de nuestra Comarca Naso, con plena autonomía, sobre nuestras tierras…', expusieron.
‘Nuestro territorio ancestral naso no es un pastel para que la política partidista y el poder económico lo divida en (división político-administrativo corregimientos y/o distrito), el cual sepultaría la única y verdadera aspiración reivindicativa de nuestro pueblo originario naso', manifestaron en referencia a los esfuerzos que se vienen realizando desde 1980, cuando la etnia naso solicitó al gobierno de turno la creación de una comarca.
El documento advierte de posibles medidas de fuerza en caso de que el proyecto legislativo no sea devuelto a la comunidad naso para su discusión, tal como lo dispone su reglamento interno.
Para María Soledad Porcell, abogada del Centro de Incidencia Ambiental (CIAM), la inclusión de tierras del PILA y Palo Seco en la naciente comarca puede provocar roces con otras etnias y con intereses ganaderos que se encuentran presentes en el área. Considera que las consultas con la ciudadanía han sido insuficientes, dada la cantidad de hectáreas de áreas protegidas que podrían quedar bajo la tutela de la monarquía naso.
Pero es la posible venta de tierras comarcales lo que más inquieta al CIAM. El artículo 6 del proyecto de ley abre el compás para ‘el traspaso de derechos posesorios y otros previamente adquiridos dentro la Comarca Naso'. La acción podrá concretarse siempre y cuando estos sean ofrecidos en opción preferencial al Consejo General Naso, quien dispondrá de 90 días prorrogables para rechazar o aceptar la oferta. Cumplido este requisito, el oferente queda en libertada para ‘vender a terceros por un precio no inferior al ofrecido a la comarca'.
Porcell aduce que, en el caso de tierras que forman parte de parques naturales, esta disposición puede ser calificada como inconstitucional, por lo que no descarta que el presidente de la República pueda mandar a corregir o vetar el recién aprobado proyecto de ley.
GESTIÓN COMPARTIDA
Susana Serracín, de la Alianza para la Conservación y el Desarrollo (ACD), señala que el proyecto de ley 656 no solo atiende las exigencias del pueblo naso, que desde 1973 vienen demandando al Gobierno la demarcación de su territorio, sino que proveería a estas áreas protegidas de un doble blindaje: el de reserva natural transfronteriza y de una zona comarcal establecida por ley.
Señala que ambas figuras pueden coexistir, siempre y cuando se respeten los instrumentos de gestión ambiental del PILA. De esta for ma se podrá garantizar que las actividades que se vayan a realizar en la zona no sean incompatibles con los fines de conservación para los que fue creado el parque. ‘Los nasos ya están ahí. Es una realidad. En todo caso, ellos podrían ser los custodios de la zona, podrían desarrollar actividades de turismo ecológico. Pienso que los nasos pueden hacer un buen trabajo en este sentido', apunta la jurista.
Según el proyecto, le corresponderá al Ministerio de Ambiente (MiAmbiente) autorizar ‘los proyectos de exploración y aprovechamiento y bioprospección de los recursos naturales' en el territorio. Es una labor compleja, donde se debe sopesar no solamente los valores ambientales sino también los espirituales, dada la presencia de sitios ceremoniales naso dentro de la reserva.
La semana pasada, en un foro sobre periodismo ambiental que se realizó en la Ciudad del Saber, el viceministro de Ambiente, Yamil Sánchez, enmarcó la iniciativa dentro de un proceso de descentralización que ha venido impulsando la actualmente administración y que se ha extendido ahora a las comarcas indígenas. ‘¿Cómo logramos el balance? ¿Los dejamos administrar el territorio y que tengan oportunidades o seguimos centralizando la administración?', expresó el funcionario.
Frente a lo que evalúa como un intento de sacar provecho político a la situación que se vive en la zona donde los nasos conviven con etnias como los Ngäbe-Buglé y Bri brí, Porcell manifestó que el CIAM estará sosteniendo reuniones con diferentes asociaciones de la sociedad civil para analizar más a fondo las consecuencias legales y ambientales de la creación de la Comarca Naso.