Turismo en áreas protegidas, una compleja ecuación

Actualizado
  • 01/09/2019 02:06
Creado
  • 01/09/2019 02:06
Las oportunidades para el desarrollo de áreas protegidas se centran en el uso público y en el turismo

‘Lo más interesante de este proyecto es la forma en que está concebido', asegura la española Lola García de Leaniz, formadora en Planificación estratégica, turismo y gestión en economía social del Instituto de Estidos Cajasol, quien visitó Panamá para dictar el seminario sobre el uso público y turismo como una de las prioridades en el desarrollo de áreas protegidas, parte del proyecto Gestión de áreas protegidas y oportunidades para el desarrollo en Panamá que dirige la Universidad de Huelva en conjunto con la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla en un convenio con el Centro de Estudios y Acción Social Panameño (Ceaspa) y la Universidad Especializada de las Américas, Udelas, financiado por la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional.

La experta explica que el proyecto se concibe como una cooperación entre distintos investigadores con un objetivo común, que son las áreas protegidas. ‘Las áreas protegidas son áreas tremendamente complejas y el turismo en las áreas protegidas es solo un aspecto, y eso quizá sea la razón de que el proyecto pivotara sobre dos grandes anclajes; la investigación, con los grupos de investigación con los profesores y las universidades asociadas, y después una pequeña capacitación en la forma de seminarios que permite es la transferencia de ideas', detalla.

En cuanto a la investigación, comenta Braulio Asensio, de la Universidad Pablo de Olavide, coordinador del proyecto, esta no es la única. ‘Se han puesto en marcha, a través del Campus de Excelencia Internacional (CEI) diversos proyectos relacionados con el medio ambiente y el cambio climático en Panamá, como la reutilización de aguas residuales en Chitré, el aprovechamiento de masas forestales de bosques de pino Caribe en Ñurum y este que se enfoca desde las perspectivas de oportunidades que representan para el país, la existencia de áreas protegidas y su relación con la sociedad, y se pretende anclar en esos dos aspectos, el tema formativo y el tema de investigación'.

Por otra parte, quienes asisten al seminario son estudiantes de postgrado, muchos de ellos, egresados de la escuela de turismo ecológico de Udelas o están ligados profesionalmente al turismo o a áreas protegidas. Esto, de acuerdo a la experta, ‘permite la trasferencia real de conocimiento y tal vez sea la parte más interesante del proyecto'.

Al ser los seminarios, abiertos al público, no solamente participan los estudiantes del postgrado, sino otros actores que pueden tener distintos intereses. Al tener participantes del sector privado, la academia, instituciones del estado y de la sociedad civil organizada, se genera una serie de perspectivas diferentes y que deben ser compaginadas.

‘Había gente muy preocupada por la gestión económica del sector y había gente muy preocupada por la gestión ambiental del territorio. Es interesante confrontar las dos cosas. Al final tienes que llegar a un consenso, cómo hacerlo verdaderamente sostenible, Cómo generar actividad económica en la comunidad y fijar población al territorio y al mismo tiempo proteger un bien público', cuestiona.

Herramientas y experiencias

El equipo de profesionales involucrados en un proyecto de este tipo conocen tanto Panamá como la región latinoamericana, lo que hace la labor más sencilla, pero como investigadores, se ciñen a una misma metodología: recogida de datos y diagnóstico. ‘Se acerca siempre al país desde esa mirada y luego, una siguiente mirada te la da la población', explica García de Leaniz. En el caso panameño, se han hecho encuestas tanto para conocer la opinión de la población sobre cómo deben efectuarse los planes de uso público, así como para medir el conocimiento que tienen sobre sus áreas protegidas.

‘Todo eso te da un manejo de información que al final la metes en una coctelera, la haces unirse unas a otras y generas un diagnóstico básico con el que trabajas con los expertos. Con base en ese diagnostico, que en principio es técnico y se basa en la recopilación de la información, termina siendo un diagnostico validado por profesionales del entorno incluyendo desde los gestores de las zonas protegidas hasta los guías y las empresas turísticas'.

Estas herramientas permitieron a los investigadores darse cuenta que la preocupación por la disminución de turistas en el país, por parte de la autoridad del turismo aunque el porcentaje de gasto se hubiese incrementado era justificada, pues los datos ofrecidos por la Organización Mundial del Turismo y la ATP, al ser contrastados con los de las personas que trabajan en los territorios ofrecieron como resultado que en las áreas protegidas, ha habido una drástica disminución de turismo, a pesar de que ha habido un hincapié en que a Panamá se le mire de otra manera y no solamente como turismo shopping. ‘Al contrastar tus datos con los de la gente en el campo, te das cuenta de que hay que hacer un esfuerzo mayor en la promoción de espacios protegidos'.

Revisada toda la información, se establece un diagnóstico, que de acuerdo con la experta ‘no ha tenido mucha desviación con respecto al diagnóstico inicial al trabajo con los expertos. Al final las conclusiones son las mismas. Todos los espacios protegidos deben terminar su plan de manejo y todos los espacios protegidos deben disponer de su plan de uso público porque esas son las dos herramientas que favorecen que se gestione el espacio de una manera sostenible, para que la población que vive en ese territorio pueda económicamente explotarlo y ponerlo en valor, y que al mismo tiempo se garantice la supervivencia del espacio. Ese diagnóstico, aunque sabíamos que no todos los territorios estaban en igualdad de condiciones, fue después validado por los diferentes expertos empresarios con los que estuvimos trabajando', resume.

Ante el panorama actual, las prioridades en cuanto al manejo de estos espacios son plantearse a nivel general una planificación estratégica turística, y específica para las zonas protegidas. En cada escala cada una de esas zonas debe desarrollar su plan de manejo y su plan de uso público. Todo eso, evidentemente consensuado con la población, los empresarios y las autoridades.

Asensio considera muy interesante la forma en que García de Leaniz plantea el diseño de los productos turísticos. ‘Debe quedar claro que es muy importante establecer redes y determinar el papel de la administración a través de estos planes para conseguir que se generen redes en el territorio que favorezcan que haya producto turístico y que vayan turistas a usarlo'.

Y es que de acuerdo a García de Leaniz, se confunde el concepto ‘producto turístico' con ‘servicio'.

‘No basta tener un restaurante o tener una ruta a caballo, al final tienes que generar un entorno en el que el turista pueda llegar, pueda disfrutar, pueda comer, y no es fácil', detalla Asensio.

A esto agrega García de Leaniz que ‘se parte del avance de que el producto turístico es muy complejo y un servicio es solo una parte de un producto turístico. Con el producto turístico debes poner el énfasis en cosas que muchas veces se olvidan. Hay lugares con una buena planta de infraestructura, donde hay puesto recurso y aun así no funciona. Y la razón por la que no funciona es porque no hay redes, no hay acuerdos para lograr que los servicios se aglutinen en productos complejos que hagan que al visitante se le genere una necesidad'.

Y en esas redes debe estar incluida la comunidad porque el turismo puede pasar de una actividad que todos quieren, a desear que no haya más turistas. ‘Ya muchos destinos maduros están viviendo una turismofobia. Hay que ir siempre de la mano con la comunidad, porque al fin y al cabo esta se beneficia, pero también soporta o no soporta a los turistas', recalca.

Campo de acción

MiAmbiente ha apostado por áreas protegidas puntuales: Volcán Barú, Coiba, Chagres, Portobelo y San Lorenzo. Sobre si es la mejor estrategia, Asensio considera que ‘cuando tienes recursos limitados es posible que sí sea un buen camino, porque si no, se atomizan los resultados, haces esfuerzos reducidos en muchos lugares, pero no se completa ningún producto turístico. Al final tienes que reunir todos los recursos para que en realidad se pueda lograr un producto que tenga la posibilidad de atraer y albergar gente'.

Dentro de la dirección de áreas protegidas, MiAmbiente cuenta con una unidad de promoción de uso público, de turismo en áreas protegidas y un proyecto denominado ECO TUR, que ha colaborado en este proyecto suministrando información. ECO TUR es un proyecto de largo alcance con financiación del BID que debe impactar fundamentalmente en esos espacios para convertirlos en destinos turísticos, que atraigan a miles de personas a otras actividades no relacionadas con el shopping. En el conjunto de Centroamérica Panamá posiblemente sea el país más diverso de todos, sin embargo, tradicionalmente no se ve a Panamá como un destino de naturaleza, lo que debe impulsar a las autoridades a trabajar más en promoción.

‘Cuando uno piensa en acudir a naturaleza se piensa automáticamente en Costa Rica o en Ecuador y ese es el resultado de un buen trabajo estratégico. Y es verdad que aquí te encuentras una variedad impresionante de recursos naturales, pero Panamá tiene la impronta de la ciudad, y esa impronta hay que enriquecerla, no digo cambiarla porque Panamá es Panamá y es el Canal, y creo que además eso lo hace diferente del resto. Pero sí enriquecerla poniendo sobre la mesa el resto de territorios que tiene y todas las cosas que uno puede hacer cuando llega, porque tienes la oportunidad de ver espacios que no lo vas a ver repetidos en ningún otro lugar del mundo', asegura García de Leaniz.

Ahora bien, el problema de la promoción es que ‘no puedes despertar en el turista expectativas que no se puedan cumplir para que luego se vayan defraudados. ‘La promoción debe ser acompasada, con el trabajo en las zonas protegidas para que cuando llegue el turista las expectativas que tiene se vean recompensadas', recalca la instructora.

Indudablemente queda mucho por hacer, ‘pero en todos los lugares nos queda mucho por hacer. En España, país que recibe millones de turistas al año nos queda mucho por hacer', dice.

Turismo local

Las estadísticas panameñas tiene otros resultados interesantes: mientras el número de extranjeros está disminuyendo, el de nacionales que acuden a las áreas protegidas para hacer una visita está creciendo. Y es una tendencia que hay que aprovechar.

‘Esta es una manera de generar país porque empiezas a poner en valor algo que era desconocido para ti, el viajar en tu propio país genera conocimiento y ligazón', dice con convencimiento la experta.

Y es que a veces no se necesitan tanto turistas, como visitantes. ‘Los nacionales no necesitan ser turistas, no tienen que pernoctar en el área. Aquí hay cosas que hacen que a uno se le erice la piel… pero hay que tener claro qué servicios tiene ese lugar, saber qué se puede hacer en ese lugar y luego hay que contarlo'. García de Leaniz apuesta por que los pequeños productos inicien una promoción para visitantes locales.

‘Se requiere de cierta organización para que el turismo se convierta en algo importante, para que genere rentas y que la gente no abandone el campo y se mantenga en sus territorios. Hay que marcar estrategias para ello y esas estrategias cuestan', afirma.

De esta organización y en la medida en que el producto turístico se haga más complejo se puede ser capaz de atraer visitantes. Mientras más redes existan esos visitantes luego se convertirán en turistas.

‘Los visitantes te dan músculo para madurar el negocio y llevar al turismo. Para ello tienes que conseguir que sus expectativas se cumplan y luego recomienden', así se empieza.

‘No basta tener un restaurante o tener una ruta a caballo, al final tienes que generar un entorno en el que el turista pueda llegar, pueda disfrutar, pueda comer, y no es fácil'

BRAULIO ASENSIO

‘Al final tienes que llegar a un consenso, cómo hacerlo verdaderamente sostenible, cómo generar actividad económica en la comunidad y fijar población al territorio y al mismo tiempo proteger un bien público',

LOLA GARCÍA DE LEANIZ

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