¿Sin autoridad? El desafío para ganar respeto

Actualizado
  • 23/09/2010 02:00
Creado
  • 23/09/2010 02:00
PANAMÁ. Ser tomado en serio y ser respetado por los hijos es uno de los mayores retos que tienen los padres cada día. Sin embargo, no se...

PANAMÁ. Ser tomado en serio y ser respetado por los hijos es uno de los mayores retos que tienen los padres cada día. Sin embargo, no se puede hablar de cómo desarrollar autoridad —sin llegar a ser autoritario—, si antes no se comprende que, más que imponer o ganarse, la autoridad de los padres es algo que debe enseñarse a los hijos desde que estos son pequeños. Pero, ¿cómo se puede enseñar esto? De acuerdo con el psicólogo clínico y psicoterapeuta Álvaro Gómez Prado, los hijos aprenden que los padres son la autoridad cada vez que éstos les hacen enfrentar las consecuencias de sus acciones. Es decir, que cada acción, aceptada o rechazada por los padres, debe traer consecuencias, positivas (felicitaciones, premios, reconocimiento, entre otros.) o negativas (regaños, castigos, etc.). Al producirse estas consecuencias, los hijos van aprendiendo que cada acción tiene una respuesta y reconocen a los padres como los que entregan esas respuestas y, por lo tanto, como los que saben lo que es correcto e incorrecto. Esto logra funcionar muy bien durante la infancia; sin embargo, debe ir adaptándose un poco hacia la adolescencia, cuando los hijos pasan a la siguiente etapa.

POCA AUTORIDAD

Existen muchos hogares donde a los padres les cuesta demasiado ponerles límites a sus hijos, y esto puede darse por diversas razones. Una de ellas es que los mismos padres no tienen límites claros para su propia vida. Los hijos cuanto están aprendiendo sobre los límites tienden a ser muy sensibles ante los errores y las incongruencias de los padres, y no dudan en señalarlos. ‘Muchas veces estos señalamientos son vividos por los padres como ‘faltas de respeto’, pero son formas en que los hijos dicen ‘te estás contradiciendo y así no puedo aprender, porque no estás siendo claro’, explica Gómez.

El psicólogo también señala que otra razón por la que los padres no pueden demostrar su autoridad es que la pareja parental no llegue a un acuerdo sobre qué cosas se permiten y qué cosas no; es decir, cuál es la cultura de la familia que intentan construir.

Por otro lado, algunos padres adoptan una actitud que evita el conflicto con el deseo de ser ‘amigos de sus hijos’. Pero Gómez aclara que los padres no pueden llegar a ser amigos de sus hijos, porque ese no es su rol. Mas bien, el rol de ellos es er los padres y es importante que se mantengan dentro de ese papel, porque son los únicos capaces de hacerlo. ‘Parte importante del papel de los padres es establecer los límites, aunque eso signifique que a veces el adulto se oponga a modas y costumbres de los muchachos’, apunta el psicólogo.

HOGAR EQUILIBRADO

El ambiente ideal de todo hogar es donde los padres puedan ejercer una autoridad positiva hacia sus hijos. La fórmula ganadora para lograr esto se da cuando los progenitores están de acuerdo y logran ser un verdadero equipo frente a los hijos. Gómez destaca que esto no significa que el ambiente vaya a ser de paz y tranquilidad siempre, porque los hijos aún así tratarán de encontrar fallas en el sistema de reglas establecido por los padres; sin embargo será mucho más sencillo para los padres hacer frente a los cuestionamientos de los hijos si están de acuerdo en qué se permite y qué no.

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