Panamá merece una etiqueta inteligente para sus consumidores

Actualizado
  • 22/12/2021 00:00
Creado
  • 22/12/2021 00:00
Esta realidad nos lleva a plantearnos el desarrollo y puesta en marcha de un sistema de información hacia el consumidor de manera innovadora, fundamentado también en la interactividad y conectividad que existe gracias al llamado internet de las cosas
Panamá merece una etiqueta inteligente para sus consumidores

Con la llegada y puesta en marcha de la globalización y el intercambio comercial entre las naciones y bloques económicos, vino también el acceso a una oferta variada e ilimitada de productos alimenticios de distintos orígenes en distintos idiomas, etiquetados y diagramados de acuerdo con normativas de cada uno de esos lugares distintos al nuestro.

Ante esta gama de productos y la nueva realidad en la que conviven en un mercado abierto, por el lado del consumidor cada día más se hace necesario comprender y leer en una forma clara y precisa todos los elementos que le lleven a tomar una decisión con respecto a su dieta diaria y los productos que la componen, nunca ha sido más importante el acceso a la información y la cada vez más fuerte tendencia sobre “alimentación saludable”. De hecho, la pandemia ha puesto este tema en relevancia ante las estadísticas cada vez mayores en torno a las enfermedades no transmisibles, derivadas a su vez de una mala alimentación y la casi nula interacción con otros elementos, como por ejemplo, la falta de actividad física.

Esta realidad nos lleva a plantearnos el desarrollo y puesta en marcha de un sistema de información hacia el consumidor de manera innovadora, fundamentado también en la interactividad y conectividad que existe hoy gracias al llamado internet de las cosas (IoT), que no es más que entrelazar y brindar información de lo que vivimos en una plataforma virtual a través de dispositivos tan sencillos como un teléfono celular. Lo que planteamos es llevar esa información desde el producto hasta el consumidor final, pero ¿cómo hacerlo? ¿Qué incluiría?

Para ello debemos afirmar que la base de la información del producto proviene precisamente del agente económico que lo diseña, fabrica y comercializa hasta el punto de venta final; es decir, cada vez que se tramita un registro sanitario para su consumo, el agente importador y comercializador junto con el fabricante están obligados a brindar a las autoridades competentes todos los datos del mismo: desde el nombre y composición del producto, hasta el fabricante, pasando por la tabla nutricional, alérgenos, entre otros.

Justamente esa plataforma digital o base de datos sería el trampolín ideal donde los datos se recabarían para todos los productos importados que no estén descritos en idioma español a través de una interfase primaria donde el fabricante e importadores coloquen en un formulario único todos los datos relevantes del mismo para que a través de una interfase sencilla y con solo escanear el código de barras o la digitalización numérica del mismo.

¿En qué consiste la herramienta digital?

La plataforma permite interactuar con el consumidor través de secciones o casillas claramente identificadas donde se abordarían temas relativos a: datos generales del producto, tabla nutricional, ingredientes, alérgenos, características del producto y certificaciones del producto o fabricante del mismo.

Las posibilidades de acceso a esa y demás información sobre el producto nunca ha estado más al alcance de la mano en el idioma natal de una forma tan extendida. Así es como nace lo que hemos denominado una etiqueta inteligente.

La etiqueta inteligente da ventajas en su lectura y compresión al consumidor, porque transmite de manera ordenada y clara los datos organizados que en términos de relevancia le interesan para su dieta diaria, permitiéndole elegir su opción final de acuerdo con composición de ingredientes, aportes nutricionales, indicios alergénicos y valores agregados con respecto a conocer más de quien lo elabora, sus condiciones de certificaciones, entre otros, todo en un solo lugar en idioma español.

Es claro que por algún lado debemos iniciar, tomando en consideración que nuestra tasa de acceso a un dispositivo móvil y penetración virtual cada día es mayor en nuestro país, y que por otro lado un consumidor bien informado es un activo para tomar decisiones saludablemente responsables. Creemos que la idea de una etiqueta inteligente tiene el espacio de avance y acogida en la que tanto el gobierno como el sector privado pueden lucirse al desarrollar una herramienta digital con este alcance.

Todo acceso a la información por sí sola no es toda la tarea realizada, es imperativo desarrollar un esfuerzo en paralelo y una gran cruzada dirigida al consumidor con el propósito de sensibilizarle hacia la interpretación correcta de datos básicos nutricionales, tales como ingesta diaria calórica, consumo de azúcar permitido, interacción de las grasas saturadas con nuestro organismo y finalmente cómo debería ser nuestra dieta balanceada... dirigido a todos los grupos etarios en distintas interacciones: consumidor final, empresa privada y gobierno.

Panamá tiene la oportunidad de colocarse a la vanguardia a nivel regional con una iniciativa de este tipo en la que todos ganan, pero principalmente el consumidor en términos de información de lo que consumen él y su familia.

El autor es empresario y consultor en Desarrollo de Alimentos.

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