La NBA tiene las mejores sensaciones

La NBA encontró una manera de justificar la necesidad de cambiar ciertos aspectos del juego, con un Partido de Estrellas donde hubo algunas cosas diferentes, pero en esencia, la misma tónica.

Resultó la misma secuencia de canastas, jugadas espectaculares que no se producen cuando el partido es en serio.

Hubo, eso sí, un deseo abierto en cada equipo, no de conferencias, sino las tropas de LeBron James y Stephen Curry con sus aliados enfrentados en busca de ver cuál de los dos equipos estaba mejor armado.

Fue más que un juego de amigos, porque se dieron bloqueos y buena defensa, robos de balón y desvíos de tiros, más tiros desde el perímetro y triples, pero menos jugadas que propiciaran donqueos.

La liga jugó una carta en la que los jugadores consiguieron darle al principal encuentro de la mitad de temporada un sentido de algo más que la reunión de los mejores compañeros de la temporada.

Así resultó y es la nueva tónica que la NBA quiere imponer, en un deporte que es cada vez más próspero, aunque se note la disparidad entre los equipos que juegan en cada temporada.