Los retos para el nuevo comisionado

Bud Selig deja su trabajo en buenas manos, pero quien le sucederá, espera momentos difíciles y decisiones importantes por tomar.

Rob Manfred es el nuevo comisionado del béisbol de las Grandes Ligas, tras ser ungido unánimemente por los dueños de los 30 equipos de la pelota profesional de los Estados Unidos.

Su elección era esperada, pues se trata de quien manejó las operaciones de las Ligas Mayores en los últimos años, un puesto que le permite tener una muy clara visión de lo que está sucediendo con este deporte, y las necesidades que tiene.

Hay dos muy especiales, y que constituyen retos al asumir el cargo en enero: existe un interés decreciente de los jóvenes por el deporte (en general), y en especial por el béisbol; además, la extensión de los partidos es otra arista que ha comenzado a jugar contra las Ligas Mayores.

Si bien el béisbol es percibido como un pasatiempo, más que como un deporte con las exigencias físicas y mentales de otros, nadie duda que atrae multitudes, tiene sus héroes y aunque ha sido golpeado por defraudadores que usaron sustancias para ser mejores peloteros, las Grandes Ligas ha sabido sortear los temporales, de la mano de Selig.

Aunque la asistencia promedio a los estadios de 30 mil 500 aficionados por partido no está demasiado lejos de la marca de 32 mil 785 que se alcanzó en 2007 antes de que EE.UU entrara en recesión, los ratings de audiencia en televisión para la Serie Mundial han caído más de 50% durante el mandato de Selig, en parte debido a un mayor número de cadenas que transmiten partidos.

‘Mi compromiso con los propietarios es que trabajaré muy duro para convencer a los 30 de que tomaron una buena decisión’, apuntó Manfred al concretarse su elección.