Un sancocho deportivo

Actualizado
  • 28/02/2019 01:00
Creado
  • 28/02/2019 01:00
El que no estará tan contento, a pesar de que su equipo logró el triunfo en el partido de ida de la UEFA Champions League es Sergio Ramos

Hoy me toca comenzar en un espacio lleno de historia, a lo cual no podría estar más dichoso, pues compartir los puntos de vista al lado de gente que ha ayudado para soldar éste medio es un verdadero gusto que trataré de comunicar a usted, querido lector tradicional y digital.

Y me gustaría iniciar mi pasaje a manera de celebración, tal y como lo hizo el ‘Kun' Agüero en los vestidores el fin de semana pasado –tras la victoria del conjunto de Guardiola ante el Chelsea–, una situación que me recordó otro de los bailes famosos que se han presentado en el balompié mundial, cuando algunos de los seleccionados colombianos sincronizaron sus pies, solo que ahora al ritmo de la música. Así empezamos.

El que no estará tan contento, a pesar de que su equipo logró el triunfo en el partido de ida de la UEFA Champions League es Sergio Ramos pues, como recordarán, en el cotejo de la semana pasada recibió una tarjeta amarilla que en automático lo dejaba suspendido del siguiente encuentro por acumulación de tarjetas.

Sin embargo, en una entrevista posterior al juego, el central otorgó una entrevista común y corriente como las que estamos acostumbrados a ver, y fue ahí donde Ramos dio una declaración que dejó preocupado a más de uno, sobre todo a los burócratas de la UEFA

En su respuesta, el líder madridista no hiló correctamente sus palabras y su comentario puso en cuestionamiento si él había provocado la amarilla en el partido contra el Ajax, para de esa forma perderse el juego de vuelta en Madrid, y así estar presente en los cuartos de final –lo anterior si es que el plantel blanco avanzara, que aún está por verse–.

Ahora bien, vamos a ver una cosa, ¿quién en su sano juicio se echa de cabeza? ¿quién? La respuesta se la dejo a usted, porque me parece que la claridad de las ideas es una cualidad que no muchos futbolistas dominan y, por cierto, tampoco sería válido el argumento de que el fin justifica los medios, porque hasta para alcanzar un objetivo se debe hacer sin engaños.

Si lo que hizo fue premeditado es reprochable.

Solari debería adoptar una actitud más firme. Ese punto de la oración donde redactamos que las personas que ocupan el banquillo del Madrid son gestores y no entrenadores está muy corroído. Los futbolistas ya tienen un psicólogo, aunque a veces no parezca, pero lo tienen.

Consentir y apapachar las actitudes de los jugadores también hace del juego un vicio. Aquí les dejo otro ejemplo para analizar: los insultos de Kepa a Maurizio Sarri en plena final de la Carabao Cup. Hasta ahora solo se ha contemplado una sanción económica para el guardameta, un castigo menor para tan agresiva actitud por parte del elemento español.

Sin embargo está claro que por más que se escriba u opine del tema, la decisión será exclusiva del club, por lo que la futura titularidad del arquero dependerá en mucha medida de su comportamiento y del parche emocional que efectúe con el grupo. La falta de respeto fue hecha al plantel y a la grada. No hay que olvidar nunca al aficionado.

Y es precisamente desde aquí, desde una butaca mexicana, donde guardo estos breves pensamientos en un sobre para enviarlos hasta la grata Panamá, lugar que seguramente los recibirá con habilidad para integrarlos cual receta local en un sancocho deportivo.

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