FIFA y UEFA, un conflicto de negocios

Actualizado
  • 27/10/2021 00:00
Creado
  • 27/10/2021 00:00
El 20 de diciembre, el ente rector del fútbol y la UEFA, su poderoso miembro, pueden tomar decisiones consensuadas para el futuro de los torneos o desatar un abierto conflicto interno
El abogado suizo Gianni Infantino, presidente de la FIFA

¿Entrará el fútbol mundial en un periodo de aguas calmas si los dirigentes de las 211 federaciones llegan a un acuerdo 'salomónico', el próximo 20 de diciembre?, es una pregunta que encontrará una respuesta adecuada dependiendo de con qué clase de 'cemento' (pacto) esté pegado dicho acuerdo.

Además de las secuelas de la pandemia y el agite en el fútbol europeo por la Superliga, los últimos meses se han visto afectados por mayores turbulencias por la insistencia del presidente de la FIFA, el suizo Gianni Infantino, de lograr que la Copa Mundial de Fútbol se dispute a partir de 2028 cada dos años y no cada cuatro, como se ha venido haciendo desde su primera versión en Uruguay 1930, con la sabida interrupción provocada por la Segunda Guerra Mundial.

A la “terquedad planificada” de Infantino se ha opuesto con vehemencia la también poderosa UEFA en la voz de su presidente, el esloveno Aleksander Ceferin, a la que se ha sumado la Conmebol bajo la dirección del paraguayo Alejandro Domínguez, cercano a Ceferin.

Sin el consentimiento de ambas confederaciones, a Infantino se le presenta un muro difícil de eludir, por más que cuente con la mayoría de los votos en la FIFA para llevar adelante su propuesta (160 federaciones lo apoyan). Un cisma estaría a la vista.

El abogado esloveno Aleksander Ceferin, a la derecha, presidente de la UEFA

Europa representa el primer y mayor mercado del fútbol de selecciones y profesional, acogiendo las ligas más relevantes del planeta; la joya de su corona es la Champions League, su competencia anual a la que la UEFA quiere implantar un nuevo formato de 100 partidos más desde 2024.

Sudamérica es el hogar de Brasil, Argentina y Uruguay, que suman 9 copas mundiales de las 21 realizadas (Europa 12) y es una cuna proveedora de grandes talentos en la élite del fútbol. Ignorar su presencia es inconcebible.

Así que el tono entre ambos ha estado áspero. Aleksander Ceferin ha dejado filtrar en días pasados, hacia el diario deportivo italiano la Gazzetta dello Sport, información en el sentido que podría invitar a Brasil y Argentina para que participen en la Liga de Naciones de Europa, es decir anteponerle un pequeño mundial, una amenaza de piedra en el zapato de Infantino que lo condiciona aún más a negociar.

Se habla de más dinero para hacer crecer el fútbol a nivel global, pero a nadie se le esconde que el fútbol es un gran negocio y hay avidez por ganar más. En los últimos cuatro años la UEFA recaudó, sumando todos sus torneos, 11,000 millones de euros y la FIFA 6,000, la mayor parte por el Mundial Rusia 2018.

El Comité Olímpico Internacional (COI) se manifestó en contra, preocupado por una programación bienal de la Copa que puede incidir en la disminución de las entradas económicas por los Juegos Olímpicos. Pero hay también otro elemento en la liza no menos importante: los jugadores profesionales, organizados en el Sindicato de Futbolistas Profesionales (Fifpro), quienes están atentos porque verán aumentada su actividad y desgaste físico con más partidos y viajes.

El 20 de diciembre, Infantino y Ceferin estarán a la cabeza de la negociación y se especula que Infantino abandonaría su Copa Mundial bienal, con la UEFA aceptándole que el Mundial Femenino sí se juegue cada dos años, más un Mundial de Clubes con los mejores equipos europeos. Ceferin, sin lugar a dudas, deberá recibir algo a cambio.

El fútbol está a las puertas de un cambio radical en algunas competiciones o de una guerra abierta entre poderosos organismos, que lo podrían llevar al caos empujado por el dinero que se vislumbra en juego para inundar sus arcas. Como escribiría el célebre poeta español Francisco de Quevedo, “Poderoso caballero, es don Dinero”.

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