Los Bolivarianos, unos juegos regionales de mucha satisfacción para los panameños

  • 24/11/2025 00:00
Panamá ha brillado con figuras como Hugo Lindsay, Rosalía Abadía y Florencio Aguilar, cuyos logros dejaron huella en la halterofilia y el atletismo durante las décadas de 1970 y 1980

Los Bolivarianos son los juegos regionales más antiguos de la región suramericana, creados para entrelazar aún más la hermandad entre los países, donde Simón Bolivar sembró la semilla de libertad.

Por muchos años solo participaron los seis países involucrados (Bolivia, Colombia, Perú, Venezuela, Ecuador y Panamá), pero su calidad técnica no convencía frente a otras competiciones similares, por lo que sus responsables optaron por dos alternativas.

La primera fue convertirlos en unos juegos para juveniles, de tal manera que de allí saliera el relevo de los grandes atletas de esa región; y la segunda, invitar a otros países para cotejar la calidad técnica de sus deportistas.

Los directivos de la Odebo llevaron a cabo su plan a medias, porque se mantuvo la competencia entre adultos, aunque algunos deportes incursionaron juveniles, y la invitación a otros países se llegó a dar, pero mucho tiempo después.

Después de un par de ediciones con algunos deportes solo para juveniles, se volvió a lo tradicional y las pruebas volvieron a realizarse entre atletas adultos.

En el caso de invitar a otros países, el plan se cumplió hace una década y hoy, no solo el conglomerado de la organización ha aumentado sus miembros, sino que tiene a otros países invitados.

Estos cambios han mejorado la calidad de la competencia y, si bien, podríamos decir que ha mantenido a Panamá a unas actuaciones discretas, en cuanto a la obtención de medallas, no hay que negar que se han tenido actuaciones muy destacadas.

Es el caso de los colonenses Hugo Lindsay y Florencio Aguilar, y de la capitalina Rosalía Abadía, quienes en las décadas de los setenta y ochenta mostraron su calidad individual en sus respectivas disciplinas.

El pesista Lindsay

Hugo Lindsay comenzó a despuntar en el deporte de las pesas, una vez se despidió de la idea de convertirse en el siguiente Héctor López, en la pelota panameña.

Desde muy temprano comenzó a sobresalir por su fortaleza y dedicación, lo que le permitió participar en el grupo de pesistas panameños, en los juegos realizados en nuestra capital en 1973.

“Era juvenil. Me había graduado en diciembre y los juegos fueron en febrero”, recordó Lindsay.

En la competición de la halterofilia, el colonense logró dos medallas de plata y una de bronce, siendo superado en esa ocasión por el representante colombiano.

Ocho años después, en los juegos de Barquisimeto 1981, su actuación mejoró con una de oro y dos segundos lugares. “Fue una muy buena competencia, donde rompí récord de la región”, señaló.

En 1989, tras capturar una medalla de plata en el torneo cubano Manuel Suárez, anunció su retiro. “Sabes amigo Espinosa, siempre daré gracias a Dios por lo que me dio en el deporte; eso fue grande”, concluyó.

Abadía, la fondista

Otra de las atletas que brilló en los juegos de Panamá fue la capitalina Rosalía Abadía, quien hizo suya las preseas doradas en 400 y 800 metros planos, y una más en los relevos 4x100 con Martínez, Diva Bishop y Clotilde Morales.

En este punto, reconoce el trabajo que hicieron en su formación los entrenadores Eduardo Berbey, Antonio Belizario, Jenning Blackett y Eugenio Knight, para pulir su talento desde que se inició en estas lides.

“Estudié en el Liceo de Señoritas (colegio José Remón Cantera), donde conocí al profesor Eduardo Berbey, a quien me le acerqué y le dije que les ganaba a todas sus pupilas. Me puso a correr con todo y uniforme y les gané”, indicó.

‘Chalía’ Abadía no recuerda quiénes fueron sus rivales en Panamá, aunque sí con quienes departió en su carrera atlética aquí, como Diva Bichop, Margarita Martínez, Nivia Trejos, Clotilde Morales, Sherly Guerrero, Ana López, Yolanda Khait, Miranda Ambusheli y Yolanda Martínez.

Su última aparición se registró en 1976, tras algunos años de ausencia debido a sus compromisos como esposa, madre y trabajadora.

Aguilar, el velocista

El velocista colonense Florencio Aguilar fue considerado en la década de los 80, uno de los atletas panameños de mayor consagración, por sus triunfos a nivel internacional.

Efectivamente, Aguilar logró destacadas actuaciones en juegos regionales, pero sus mejores actuaciones se dieron en los Bolivarianos.

En los juegos de Barquisimeto (Venezuela), de 1981, obtuvo bronce en los 100 y 200 metros, donde se repartió los primeros puestos con sus paisanos Alfonso Pitters y Héctor Daley, y junto a Fernando Ramsey, dominaron la posta 4x100.

Ocho años después volvió a Venezuela, pero a la ciudad de Maracaibo, donde ganó el oro de la clásica centuria y otra de plata en los 200 metros lisos.

La carrera de los 100 metros planos en Maracaibo fue muy publicitada, porque el panameño corrió los últimos metros con los brazos en alto. “Fue por una rivalidad que tuve con un atleta venezolano”, recordó.

En su última aparición, en los Bolivarianos de Cochabamba y Santa Cruz en 1993, fue el abanderado de la delegación panameña, pero no figuró en el podio.

“En esos tiempos no había apoyo del Inde para con los atletas, y todo había que combinarlo con los estudios y el trabajo”, indicó Aguilar al tiempo que aceptaba que la competencia también era muy difícil, por la calidad de los participantes.

Florencio se retiró a los 33 años, tres lustros después de haber iniciado su carrera en las pistas del otrora vetusto estadio Mariano Bula, y se convirtió en entrenador de la IAAF tras participar en un curso internacional.

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