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- 05/06/2014 02:00
Tim Duncan es un ilustre veterano que está cerca de su retiro.
LeBron James es aún un jugador contando su historia con tinta dorada.
Tienen en común más de un anillo de campeón de la NBA, y más allá de cualquier comparación, son los líderes indiscutibles de sus respectivos equipos.
San Antonio Spurs y Miami Heat abren esta noche las finales de la NBA; por segundo año consecutivo.
Los Spurs abren la serie en su casa del AT&T Center de San Antonio, Texas, con una fuerte convicción de que no sucederá lo del pasado año, cuando algunas cosas fuera de lo normal dieron al traste con la coronación, cediendo ante James y su tropa.
El timonel de los Spurs, Gregg Popovich, apuesta nuevamente a sus veteranos Duncan, Ginóbili y Parker, unidos a un muy mejorado Boris Diaw, y los jóvenes Cory Joseph, Kawhi Leonard; con Matt Bonner y Marco Belinelli como armas desde la larga distancia, para recuperar la que puede ser la última corona de esta dinastía.
Erik Spoelstra, guía táctico de Miami, sigue con su tridente: James/Bosh/Wade, como sus principales argumentos de triunfo, con el talento del letal triplero Ray Allen, la defensa de Shane Battier, y la efectividad de Mario Chalmers para mantener el título.
Esta serie no tiene a un favorito prohibitivo, ni a un equipo con amplio dominio; se trata de un enfrentamiento entre quintetos llenos de jugadores con experiencia, que aún llevan por dentro la llama de la competición al más alto nivel. Duncan y James son la mayor prueba de esta afirmación.