Los entrenamientos en tiempo del coronavirus

Actualizado
  • 13/04/2020 00:00
Creado
  • 13/04/2020 00:00
Los atletas han cumplido un mes de entrenamientos en sus respectivas casas, tras el cierre de los coliseos a mediados de marzo, con trabajos de lunes a viernes, y descanso total los días sábado y domingo

El coronavirus ha paralizado todo, bueno casi todo. Los entrenamientos de los atletas en las diversas disciplinas, tanto de alto rendimiento como los que no, han seguido de una forma u otra.

Es cierto, ni con la regularidad ni las circunstancias adecuadas, pero sí con la consciencia de que es la mejor manera de no estar en cero, cuando las cosas se regularicen y tengan que volver a sus diferentes estadios.

Aunque la fecha en que todo vuelva a la normalidad es hasta ahora una incertidumbre, hay que estar preparados y, en el caso de los atletas, principalmente los de alto perfil, no es una opción.

Este es el caso del entrenador colonense Florencio Aguilar y de los atletas que tiene bajo su cargo, cuyo trabajo habitual era encontrarse en el estadio Armando Dely, en el sector de Arco Iris de Colón, y trabajar en conjunto, y de manera individual, si este era el caso.

Sin embargo, las cosas cambiaron dramáticamente de la noche a la mañana y hubo que adaptarse a las circunstancias.

“Es solo algo que había visto en películas, todo cambió de la noche a la mañana, pero ahora estamos siguiendo las indicaciones de las autoridades y esperando que las cosas mejoren”, señaló Aguilar al hablar sobre el letal virus.

El istmeño más rápido

Florencio alguna vez fue el atleta más veloz en el territorio istmeño, y luego de su retiro de las pistas en 1995, tras sus éxitos inclusive en el exterior, se adiestró para ser entrenador.

A partir de 1998 se ha dedicado con esmero y tesón a esta actividad y, aun trabajando con las uñas, en terrenos inadecuados y sin la totalidad de las herramientas, logró el primer campeón olímpico que ha tenido Panamá en su rica historia deportiva.

En un principio lo hizo exclusivamente con atletas de velocidad, pero con el tiempo se dio cuenta de que tenía “la facilidad” de captar atletas que hicieran algo, que aparecía en forma recurrente en sus sueños.

Nathalee Aranda, durante su participación en el Panamericano. de Lima 2019, donde ocupó el cuarto lugar.

“Siempre tenía sueños de que saltaba y me podía mantener en el aire, y trasladar mi cuerpo a distancias lejanas, y quizá por ello me siento con facilidad para captar atletas con esa capacidad de salto”, afirmó.

Grant y Aranda, las figuras

Florencio está entrenando a una docena de deportistas, siendo sus mayores figuras Nathalee Aranda y Antonio Grant, quienes reciben un apoyo económico del Comité Olímpico (COP) y Pandeportes.

Explicó que todas las semanas les envía a sus pupilos un plan de trabajo, donde se combinan los isométricos con los de potencia, los cuales realizan en sus respectivas casas.

Entre estos ejercicios están sentadillas, abdominales, pechadas, dorsal, estocada, sentadillas y saltos, burpees, sentadillas unilaterales, pantorrillas, back warrior, skipping alto, los cuales realizan con descansos de un minuto entre repeticiones y de tres entre las series.

Los atletas bajo su cargo han cumplido un mes de entrenamiento en sus respectivas casas, tras el cierre de los coliseos a mediados de marzo, con trabajo de lunes a viernes, y descanso total los días sábado y domingo.

Está consciente de que no se puede tener un trabajo vigilado en estas circunstancias, pero está seguro de que los adultos están llevando a cabo al pie de la letra el plan de trabajo.

Aguilar recordó que, para estas fechas, Nathalee tendría que haber cumplido con unas cinco competencias, tras ganar la prueba de salto alto del Sudamericano en Bolivia, en febrero pasado.

Todo estaba fríamente calculado para lograr que Aranda estuviera presente en los Olímpicos de Tokio, pero todo se ha trastocado.

Nathalee debía cumplir con tres macrociclos y tres competiciones fundamentales, terminando el primero con su participación en Bolivia, luego vendrían los que la llevarían al Iberoamericano de Tenerife y, finalmente, a los ansiados juegos de Tokio.

Para estar en Tokio 2021, primero tendría que cumplir con la marca mínima de salto que es de 6,82 metros u obtener la mayor cantidad de puntos en la clasificación mundial.

“Era un plan de un año, pero la temporada no se cumplirá”, aseveró Florencio algo desencantado.

“Sin competir se pierde el ritmo con el que se inició la temporada, y el objetivo de marca que se buscaba”, añadió.

En ese sentido, explicó que Nathalee había terminado la temporada 2019 con un salto de 6,60 metros al aire libre, y buscaba los 6,80 metros, después de superar con sus 6,58 metros en Bolivia, el registro personal bajo techo.

El plan con Grant es totalmente diferente. Después de estar lesionado casi todo 2019, principalmente por no estar totalmente concentrado en su deporte, ahora está buscando estar nuevamente en forma para las competencias de alto nivel.

No obstante, también tendrá que esperar hasta finales de año para volver a las pistas y, quizá, nuevamente ser catalogado como una promesa de alto perfil, como le ocurrió en 2018.

En 2018, siendo aún un juvenil, corrió los 400 metros planos por debajo de los 47 segundos (46.96), algo que no ocurría desde la época del velocista Héctor Daley, en la década de 1980.

Ahora, todo esto es historia. Todavía habrá que esperar algún tiempo para que las aguas vuelvan al nivel acostumbrado, y los motores vuelvan a rugir.

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