El Covid-19 incrementará la informalidad laboral

La caída que experimentará el empleo a consecuencia de la propagación del coronavirus apunta a una profunda crisis económica y social. De acuerdo con las estadísticas del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), todos los países de la región centroamericana tendrán un incremento en el desempleo a corto y largo plazo.

En el peor de los escenarios, en caso de una recesión, los centroamericanos experimentarán tasas de pérdidas de empleos formales que oscilarán entre 21% y 24%.

De acuerdo con los pronósticos, Panamá sería una de las dos regiones más afectadas (ver la gráfica). Como consecuencia, se incrementaría el empleo informal, deteriorándose la calidad de vida de los ciudadanos, según economistas consultados por La Estrella de Panamá.

A pocos días de cumplirse dos meses de la llegada del virus, que obligó a la población panameña a encerrarse en sus residencias, las estadísticas muestran que más de 85,000 personas han sido suspendidas de sus labores cotidianas y dejado de percibir ingresos.

A diario se suspenden de 2,500 a 3,000 contratos. El desempleo podría pasar del 7.1% (146 mil personas) al 14%, explicó la ministra de Trabajo y Desarrollo Social, Doris Zapata. En un contexto más sombrío, la titular de trabajo estima que el desempleo podría alcanzar el 20%.

El incremento del desempleo tendría un efecto negativo directo sobre los ingresos de los hogares y su posibilidad de contar con recursos suficientes para satisfacer las necesidades básicas.

La economía informal del país ronda el 45% (716,113 personas) de la población ocupada. Entre estos hay empleados sin contratos laborales, trabajadores independientes, patrones con menos de cinco trabajadores y empleadas domésticas. Los informales se encuentran en sectores como el comercio (23%), construcción (14%), industria (12%), logística (12%), actividades en los hogares (10%), otros servicios (9%), hoteles y restaurantes (7%), actividades administrativas (5%) y el resto de los sectores (8%).

La pandemia impactará la columna vertebral de la generación de empleo en el país, es decir, los siete sectores que en su conjunto representan 877,903 plazas de trabajo: el 46% de la fuerza laboral. Estos mismos sectores fueron los que aportaron tres de cada cinco nuevos empleos en los últimos cinco años (2014-2019).

El comercio, hoteles, restaurantes, logística, servicios financieros y entretenimiento son esos sectores. “Se espera que el impacto sobre el empleo asalariado en estos sectores, sea severo”, explicó René Quevedo, consultor en temas laborales, quien anticipa que la informalidad laboral se incrementará por encima del 50% (5% por encima de las estadísticas actuales) frente a la ola de despidos que se prevé ocurrirá.

El aumento de la informalidad traerá consigo reducción en las tributaciones y cotizaciones de la Caja de Seguro Social (solo el 10% de los trabajadores no asalariados cotiza) por lo que se hace necesario que los informales cumplan con estas obligaciones, puntualizó Quevedo.

Rolando Gordón, economista y catedrático universitario, tampoco duda de que la informalidad se incrementará. “Cuando concluya la epidemia, mucha gente no podrá trabajar al cien por ciento y muchas empresas tendrán que cerrar, por consiguiente habrá mucho desempleo y como alternativa surgirá el empleo informal”, apuntó el catedrático universitario.

Gordón explicó que la alta informalidad es sinónimo de un empleo precario, es decir, que la población trabajadora no contará con los elementos que se requieren para una buena calidad de vida. “La mayoría de los informales vive comprando la comida donde el chinito ...”.

Este tipo de trabajadores, además, no tienen posibilidad de adquirir una casa propia porque los bancos no les otorgan créditos. En este contexto, añade el docente, el sector hipotecario se vería afectado al reducirse el número de clientes que puede comprar una residencia.

“Son miles de personas que no podrán tener acceso a los créditos”, advirtió.

El fenómeno social empeorará la calidad de la salud de la población. Los informales no cuentan con una seguridad social y no pueden costear los gastos de la medicina privada, señaló Gordón. Incluso, el docente prevé que existirán empresas que aprovecharán ese escenario para contratar personal con salarios menores debido a la alta demanda de trabajadores.

José Alejandro Rojas, ministro consejero, señaló que será clave mantener y generar empleos para evitar que la situación empeore. Hay, además, que cuidar el dinero del presupuesto estatal y la liquidez que circula en las calles, de la que el sistema bancario es la columna vertebral. “Entre más fuerte tengamos el sistema financiero, más rápido vamos a poder salir corriendo de esta”.

Los ingresos del Gobierno panameño también se han visto afectados por la caída de las recaudaciones. En marzo 2020, el Gobierno tenía proyectado recaudar $719.9 millones y se obtuvieron $411.9 millones, es decir, $308 millones menos de lo presupuestado.

El corazón de la crisis impulsada por la pandemia radica en la incertidumbre de desconocer cuándo concluirá, lo que impide a los actores económicos realizar planes para obtener nuevos ingresos con el fin de impulsar los negocios. En medio de la crisis sanitaria que experimenta el país, el apoyo gubernamental no está llegando a las empresas y personas.

El economista Felipe Argote cuestionó que solo se hayan entregado 564,567 bolsas de alimentos de $20 ($11.3 millones) y $401,362 bonos de $40 ($16 millones) cuando el Gobierno ha recibido $4,907 millones en préstamos del Fondo Monetario Internacional, Banco Interamericano de Desarrollo, Banco Mundial, bonos, Banco de Desarrollo de América Latina, Fondo de Ahorro Panamá, entre otros.

Argote dijo que la desesperación de las personas está provocando que salgan a empeñar televisores y otros bienes de las residencias para intentar sobrevivir a la pandemia. “Hay muchas personas que no han cobrado ni un centavo desde hace casi dos meses”, añadió. A su juicio no existe un plan macroeconómico de rescate como en otros países, por ejemplo, en El Salvador, donde las autoridades han otorgado un subsidio de $300 a la población. “Hay que pagar parte de los salarios a los trabajadores y apoyar a la pequeña y mediana empresa para que subsista”, concluyó Argote.

Desde 2011, tres de cada cuatro empleos han sido informales. Entre 2014 y 2019, el 85% de la expansión del empleo fue informal y el otro 15% fue el resultado de un aumento en la planilla.

Mientras que entre 2018 y 2019, el 100% de la generación de empleo fue informal.