Acodeco y la educación al consumidor

Actualizado
  • 10/03/2012 01:00
Creado
  • 10/03/2012 01:00
D iariamente el ser humano se enfrenta al acto de consumo y ello implica la toma de decisiones a la hora de efectuar una compra. Este ac...

D iariamente el ser humano se enfrenta al acto de consumo y ello implica la toma de decisiones a la hora de efectuar una compra. Este acto requiere de una capacidad de discernir si lo que estamos adquiriendo es necesario o no, si es adecuado, o si nuestro ingreso nos lo permite.

Por un lado, esa capacidad de decisión está encubierta por una serie de factores que la limitan: la publicidad, los hábitos familiares, las costumbres culturales, las tradiciones nacionales, las tendencias internacionales, todo lo cual nos lleva en la mayoría de los casos a desviar nuestra intención inicial a la hora de efectuar una compra. Por otro lado, se encuentran los proveedores, quienes sí están bien capacitados en tácticas de mercadeo y publicidad para influir sobre las decisiones del consumidor.

Es aquí donde juega un papel relevante la educación al consumidor como mecanismo de capacitación e información que permite desarrollar en el individuo las habilidades necesarias para enfrentar de una manera más consciente y crítica el mundo del mercado. La Ley 45 de 2007 establece que la Acodeco tiene función de llevar a cabo campañas educativas dirigidas al consumidor, las cuales podrá coordinar con las asociaciones de consumidores, organizaciones empresariales, entre otros.

La Acodeco, consciente de su responsabilidad, ha tomado las directrices en la educación al consumidor y ha mostrado su interés a través de presentaciones en centros de enseñanza, foros, seminarios, exposiciones, ferias, y talleres prácticos. No obstante, los orientadores de la Acodeco han observado que la educación que se imparte en las aulas de clase toca algunos aspectos básicos como ahorro, consumo y presupuesto familiar y en menor escala el tema de distribución del ingreso, pero que en la práctica no dejan ningún tipo de inquietud en el alumno, ya que son temas vistos de manera general, sin comprobación práctica o experimentación real. Y por tanto, la educación al consumidor debe ser un aspecto permanente de la educación formal.

Los beneficios de la educación al consumidor son innumerables. Un consumidor educado no es víctima fácil de los abusos del mercado, y puede administrar mejor sus recursos y obtener el máximo provecho de ellos. Además, un consumidor educado favorece el mejor funcionamiento de un sistema de libre mercado, estimulando la competencia honesta y efectiva.

ADMINISTRADOR DE ACODECO

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