Centroamérica y el Caribe avanzan en prevención
del lavado de dinero

Actualizado
  • 13/02/2024 00:00
Creado
  • 10/02/2024 11:57
La región trabaja en normas para cumplir con los estándares internacionales. La tarea la ejecutó Panamá para salir de la lista gris del GAFI en 2023 y, recientemente, El Salvador donde entró a regir una guía actualizada que las empresas deben cumplir

El lavado de dinero es un delito que trasciende fronteras, pero que, por fortuna, en países de Centroamérica y el Caribe se busca enfrentar con acciones en materia de regulación, prevención y detección que han alcanzado avances significativos.

Tal es el caso de Panamá, que fue incluido en 2014 en la lista gris del GAFI, salió en 2016 y volvió a ingresar en 2019.

Uno de los cambios más actuales que se han dado en la región radica en El Salvador donde, en 2023, entró a regir una guía actualizada de prevención, detección y control del lavado de dinero y de activos que las empresas deben adoptar dentro de sus programas de cumplimiento.

El llamado instructivo UIF versión 2 dicta la pauta a seguir para cumplir con las obligaciones contenidas en la Ley contra el Lavado de Dinero y de Activos y Ley Especial Contra Actos de Terrorismo.

EY, la firma de consultoría, auditoría, impuestos, estrategia y transacciones y legal, enumeró algunos de los hitos más importantes que reflejan el compromiso de la región en la lucha contra el lavado de dinero y activos, y entre esos están:

1. Adoptar estándares internacionales: Los países centroamericanos han trabajado para alinear sus leyes y regulaciones con los estándares internacionales establecidos por el GAFI. Esto incluye la implementación de medidas de debida diligencia, reportes de operaciones sospechosas y regulaciones sobre financiamiento del terrorismo.

2. Crear la Unidad de Inteligencia Financiera: Varios países han establecido Unidades de Inteligencia Financiera (UIF), en Panamá, la UAF o entidades similares encargadas de recibir, analizar y difundir información sobre transacciones financieras sospechosas a las autoridades competentes. Esto ha mejorado la cooperación entre agencias y la detección de actividades ilícitas.

3. Regular de sectores vulnerables: Los países han extendido sus regulaciones más allá del sector financiero, abarcando sectores vulnerables como bienes raíces, casinos, profesionales no financieros, entre otros. Esto ayuda a prevenir el uso indebido de estos sectores para el lavado de activos.

4. Capacitar y sensibilizar: Adelantan programas de capacitación y concienciación dirigidos a profesionales financieros, empleados de instituciones financieras y otros actores relevantes. Esto fomenta una comprensión sólida de los riesgos y la importancia de la prevención.

5. Mejorar en tecnología y cooperación: La implementación de tecnologías más avanzadas para la supervisión y monitoreo de transacciones financieras ha mejorado la capacidad de detección de transacciones sospechosas. Además, existe un aumento en la cooperación entre países y entidades internacionales en la lucha contra el lavado de dinero.

6. Ampliar las penas y sanciones: Varios países han revisado y fortalecido las sanciones y penas para los delitos relacionados con el lavado de dinero y activos. Esto disuade a los posibles infractores y fortalece el sistema de justicia.

El reporte además abarca que dentro de los mayores desafíos que enfrentan los países de la región al implementar y cumplir eficazmente las medidas de prevención se encuentran: los sectores informales y no regulados, cooperación internacional, conocimiento limitado y falta de recursos y capacidades.

Sobre la evolución tecnológica, Zoltán Rodas, gerente Senior de Servicios Forenses y de Integridad de EY, manifestó que han tenido un impacto significativo en las estrategias de lavado de dinero. Aunque los avances tecnológicos han brindado a los delincuentes nuevas herramientas y oportunidades para llevar a cabo actividades de lavado de dinero de manera más sofisticada y encubierta, los países han reconocido la necesidad de adaptarse a estos nuevos desafíos, respondiendo con acciones como: actualización de regulaciones, fortalecimiento de la supervisión tecnológica, entrenamiento y capacitación, colaboración con la industria tecnológica, comunicación internacional e inversión en tecnología.

“Estos avances son un testimonio del compromiso de la región para prevenir y combatir el lavado de dinero y activos. Sin embargo, también persisten desafíos, como la falta de recursos y capacidades, la cooperación internacional, y la adaptación a las nuevas tecnologías. La cooperación entre países y la colaboración entre el sector público y privado siguen siendo esenciales para abordar estos desafíos y continuar fortaleciendo los esfuerzos en la prevención del lavado de dinero y activos en Centroamérica y el Caribe”, concluyó Rodas.

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