Combatiendo la pobreza y la marginación

Actualizado
  • 30/04/2014 02:00
Creado
  • 30/04/2014 02:00
Primera entrega

La pobreza y marginación son carencias de la gente, de capital humano, de ingresos, oportunidades, de participación, de medios para producir y para actuar en comunidad. Los programas para combatirla deben contribuir efectivamente a reducir esas carencias.

¿Quiénes son y dónde están los pobres? Demográficamente, el 25% de los panameños son pobres, de acuerdo a la definición de la ONU. El 56% de los pobres son menores de 20 años de edad, un porcentaje apreciable de los jóvenes que son el 37% de los panameños. El 35% son adultos menores de 60 años y el 9% son de la tercera edad. Al definir los programas para incorporar a los pobres, necesitamos enfocarlos concretamente a esos tres segmentos de la población.

El 67% de los pobres viven en áreas rurales, el 33% en áreas urbanas. Sus carencias en parte son similares, en parte diferentes. Un tercio de los pobre son indígenas, un 9% de la población nacional y son rurales. Pero incorporarlos, como es su derecho, requiere enfoques y programas especiales, más allá de los aplicables a los demás pobres.

La pobreza también tiene que ver con el género. Aunque son aproximadamente igual proporción de hombres y mujeres, la función de la mujer en la familia y en la comunidad les da una categoría especial, además que merecen la misma dignidad y trato que los hombres, lo cual no siempre es así en una sociedad que aún las discrimina sutil y a veces abiertamente.

Además de enfocar las carencias materiales de los pobres, muchas de ellas similares para los urbanos y rurales, es importante tener presente que su medio ambiente, su hábitat, incide en su pobreza y carencias. Una cosa es el pobre urbano en San Miguelito, por ejemplo, carente de vivienda adecuada y seguridad. Otra cosa es el pobre rural, en las montañas de Coclé, por ejemplo, que puede estar carente de luz o de agua potable. El ser humano actúa en sus circunstancias y esta moldea su cultura y comportamiento.

Reducir y mitigar sus carencias implica temas comunes como educación y salud. Pero también temas diferentes como vivienda, comunicaciones o agua potable.

Se trata de cubrir sus necesidades básicas, con el presupuesto nacional, como educación, salud, agua potable, vivienda, electricidad, caminos, comunicaciones. Pero también enfocar la parte más compleja, su motivación, sus horizontes, la modernización de sus valores más allá de los ejemplos de sus padres.

Se trata, en el fondo, de dar contenido a la dignidad humana y libertad innatas del pobre y marginado con programas de desarrollo humano que contribuyan a habilitarlo con sus talentos innatos para vivir una mejor vida, rompiendo el círculo vicioso de la pobreza.

DIRECTOR DEL CENTRO NACIONAL DE COMPETITIVIDAD

Lo Nuevo
Suscribirte a las notificaciones