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- 16/12/2025 00:00
Panamá se prepara para abrir en enero de 2026 el debate legislativo del proyecto nacional de biocombustibles, una iniciativa clave dentro de la estrategia de transición energética del país, que busca reducir la dependencia de los combustibles fósiles, dinamizar la agroindustria y avanzar en los compromisos ambientales internacionales.
El proyecto, ya aprobado por el Consejo de Gabinete y presentado ante la Asamblea Nacional, establece el uso de bioetanol mezclado con gasolinas en una proporción del 10% (E10), un estándar ampliamente utilizado a nivel internacional. La discusión iniciaría en la Comisión de Comercio y Asuntos Económicos, marcando el primer gran paso legislativo para su eventual implementación.
En entrevista con este medio, la Secretaria Nacional de Energía (SNE) explicó que el avance del proyecto responde a la necesidad de contar con un marco legal claro, ordenado y seguro, que permita introducir los biocombustibles sin afectar la confiabilidad del sistema energético ni los precios al consumidor.
“El proyecto ya cumplió su etapa en el Órgano Ejecutivo y ahora corresponde a la Asamblea iniciar su análisis. Esperamos que la discusión avance a partir de enero próximo, lo que permitirá sentar las bases legales para su implementación”, indicó la SNE.
Desde la perspectiva energética, los biocombustibles representan una herramienta inmediata para reducir emisiones del sector transporte, sin requerir cambios en la flota vehicular existente. Su incorporación contribuiría además a mejorar la calidad del aire y a diversificar la matriz energética del país.
Panamá cuenta actualmente con unas 22,000 hectáreas de caña de azúcar, pero las proyecciones del sector apuntan a duplicar esa superficie hasta alcanzar 45,000 hectáreas, con el objetivo de abastecer la futura demanda de etanol.
Un inicio con una mezcla E10 tendría un impacto significativo en la reducción de combustibles importados, al tiempo que permitiría desarrollar un combustible producido localmente. “Es una alternativa probada internacionalmente, con beneficios ambientales, económicos y sociales”, destacó la SNE.
La Asociación Industrial de la Caña de Azúcar de Panamá (Azucalpa) presentó recientemente los avances y beneficios del programa durante un encuentro informativo con periodistas. Su presidente, Rodrigo Cardenal, subrayó que el proyecto de ley 443 es el resultado de un extenso trabajo interinstitucional y técnico.
“El Programa Nacional de Biocombustible representa una oportunidad histórica para Panamá. Se trata de una política pública responsable, sin subsidios, sin incremento en el precio al consumidor y sin sacrificio fiscal”, afirmó Cardenal.
Según estimaciones del gremio, el programa podría generar más de 30,000 empleos directos e indirectos, principalmente en zonas rurales, impulsando la producción agrícola, la actividad industrial y el desarrollo económico local.
Una vez aprobada la ley, el programa contempla un período de 22 meses para iniciar el uso del bioetanol en las estaciones de servicio. No obstante, las inversiones, contrataciones y expansión del área sembrada comenzarían de forma inmediata tras la aprobación legislativa.
El modelo propuesto combina producción nacional de etanol con una porción importada, lo que permitiría asegurar el abastecimiento inicial mientras se fortalece la capacidad productiva local.
El uso del E10 aplicaría tanto para gasolina de 91 como de 95 octanos, alineando a Panamá con las mejores prácticas internacionales, ya adoptadas por más de 60 países.