Servicentro Franco se salvó por su RSE

  • 09/07/2014 02:00
La empresa emprendió un plan de incentivos y becas estudiantiles. La construcción del Metro afectó la operación de unos 15 negocios

Servicentro Franco surge por la iniciativa de Carlos Iván Franco y Noriel Saldaña de tener su propio taller de mecánica automotriz. Franco conocía del área de la mecánica y Saldaña, de la gerencia. Con más de ocho años de ser responsables del buen funcionamiento de los autos, cuentan actualmente con siete trabajadores internos y dos de servicios externos.

Servicentro Franco fue uno de los muchos negocios que se vieron afectados por la construcción del Metro en la vía Fernández de Córdoba, pero uno de los pocos que sobrevivió para contarlo. De un total de 15 negocios próximos, solo sobrevivieron Servicentro Franco y un hotel. Negocios dedicados a la mecánica de chapistería, restaurantes, cantinas, tapicería, venta de piezas de autos y otros, quebraron con la construcción del Metro.

‘Los dos paños de la vía Fernández de Córdoba fueron cerrados. Solo nos quedó una estrecha entrada de barro y piedra por donde pasar los carros de los clientes. Con el tiempo nos mejoraron el camino’, relata el gerente general de Servicentro Franco, Noriel Saldaña.

Los trabajadores de este taller antes laboraron en empresas que solo beneficiaban a los dueños y no había ningún tipo de bonificación para ellos. Por ello, Servicentro Franco implementó, como parte de su responsabilidad social y empresarial, otorgar becas a los hijos de sus trabajadores y repartir parte de las utilidades con sus colaboradores. Ello comprometió a los colaboradores con el momento difícil que atravesaba la empresa y los hizo sentir dueños del negocio.

En esta situación, ‘el negocio es de todos, el ánimo mejoró y todos nos comprometimos a salvar la empresas.’ No es un taller de ganancias millonarias, pero todo lo obtenido se reparte de forma objetiva para todos’, aseguró Saldaña.

Servicentro Franco estuvo afectado por dos años y medio por la construcción del Metro, situación que incidió sobre la administración económica del negocio. Por los inconvenientes, era imposible cumplir con el 100% de la producción del taller y se detuvieron varias iniciativas de crecimiento. ‘Nunca nos desmoralizamos. La unidad de los colaboradores y nuestra fe en el Dios Todopoderoso, nos mantuvo de pie’.

El taller se sostuvo con diversas estrategias. ‘Siempre llamamos a los clientes para informarles cuándo correspondía el mantenimiento de su auto. También buscábamos nosotros mismos los autos de los clientes, para no perderlos. Igualmente, hicimos promociones de precio para atraer a nuevos clientes’, relata Saldaña.

A pesar de todas las adversidades, el constante ruido de la construcción del Metro y las calles llenas de lodo, lograron que los clientes se mantuvieran con ellos.

La responsabilidad social es un tema que este taller toma en serio, tanto con sus clientes como con sus trabajadores.

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