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- 21/11/2014 01:00
- 21/11/2014 01:00
El presidente Barack Obama anunció ayer un paquete de medidas que concederán estatus legal a casi la mitad de los 11 millones de inmigrantes no autorizados, en lo que será el principal ajuste a la política migratoria estadounidense en cerca de tres décadas.
Obama describió sus acciones como un enfoque sensato porque ‘la amnistía masiva sería injusta’ y ‘la deportación masiva sería a imposible’.
El mandatario dirigió una frase concisa a los republicanos que lo critican: ‘aprueben un proyecto de ley’, y alegó que la negativa de la mayoría republicana en la cámara baja a votar un proyecto de ley migratoria aprobada por el Senado en 2013 causa un gran perjuicio a la nación.
‘Las medidas no permiten la naturalización, ni dan el derecho a permanecer aquí permanentemente, ni conceden los beneficios que los ciudadanos (estadounidenses) reciben. Solo el Congreso puede hacer eso. Lo único que estamos diciendo es que no vamos a deportarte’, indicó.
Dos altos funcionarios del gobierno estadounidense, quienes solicitaron anonimato para explicar las medidas antes de su anuncio formal, dijeron que hasta cuatro millones de personas podrían congelar su deportación y obtener permiso de trabajo válido por dos años si logran demostrar permanencia en Estados Unidos durante cinco años, la existencia de hijos estadounidenses o residentes permanentes y si se someten a una revisión de antecedentes criminales.
Los funcionarios enfatizaron que no será hasta el segundo trimestre de 2015 cuando el Departamento de Seguridad Nacional comenzará a recibir solicitudes, las cuales tendrán un costo de 465 dólares. Quienes resulten amparados por las recientes medidas migratorias podrán optar a permisos de trabajo renovables cada dos años.