Centroamérica enfrenta reto de prevenir misteriosa enfermedad renal crónica

Actualizado
  • 21/03/2019 14:43
Creado
  • 21/03/2019 14:43
La enfermedad se manifiesta regularmente en pacientes que se dedican al cultivo de caña de azúcar y residen en el zona del pacífico

Prevenir una misteriosa enfermedad renal crónica no tradicional, que ataca particularmente a peones agrícolas, y dar un tratamiento adecuado a los pacientes con este padecimiento, se constituye en todo un reto para Centroamérica.

La identificación de casos tempranos, brindar un tratamiento para retrasar la progresión de la enfermedad, identificar pacientes que necesitan terapia de sustitución de riñones, así como mejores normativas de protección laboral, son solamente algunas de las urgencias en las que debe trabajar la región.

El oficial de investigación de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, Marvin González, afirmó en entrevista con Acan-Efe en San José que la enfermedad renal crónica no tradicional afecta principalmente a la zona del Pacífico, pero se tiene muy poca información al respecto.

"Es hora de que todos los países unamos esfuerzos para diseñar estudios conjuntos de seguimiento, seguir a personas que están en riesgo de desarrollar esta enfermedad para ver en qué momento la desarrollan y así conocer mejor la historia natural de esta enfermedad, porque realmente nadie lo sabe, solo hablamos de una enfermedad que progresa rápidamente", expresó González.

Unos 120 especialistas se encuentran en Costa Rica en el marco del Taller Internacional sobre enfermedades renales crónicas no tradicional, organizado por el Consorcio para la Epidemia de la Nefropatía en Centroamérica y México y la Universidad Nacional de Costa Rica.

La enfermedad renal crónica, que significa que los riñones están dañados y no pueden filtrar la sangre como deberían, está ligada a transtornos metabólicos como hipertensión, obesidad o diabetes.

Sin embargo, la enfermedad con causas no tradicionales es considerada un "misterio", ya que afecta con fuerza a los peones agrícolas, principalmente cortadores de caña, de las zonas del Pacífico de El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica, en donde los casos de falla renal son mucho más altos que lo esperado y siguen en aumento.

Por ejemplo, los datos reflejan en Costa Rica un incremento considerable en la tasa de incidencia, que pasó de 133,28 casos por 100,000 habitantes en el año 2016 a 244.6 en el 2018.

Fenómenos similares están documentados en poblaciones de México, Sri Lanka e India. Sin embargo, la región no cuenta con datos muy precisos sobre la enfermedad, por lo que otros retos que enfrenta son elaborar un sistema único de registro, homogeneizar los datos regionales y diseñar estudios de intervención.

Varios estudios han identificado factores de riesgo que contribuyen a desarrollar la enfermedad, entre ellas la automedicación, agroquímicos, toxicidad, la deshidratación y los golpes de calor, pero los expertos no tienen claridad del agente etiológico (el origen), lo cual limita las intervenciones para su prevención.

Una investigación del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas, Estados Unidos, presentado durante la reunión de expertos y que se aplicó a 9,032 pacientes en la región, indica que la prevalencia de la enfermedad es más alta en personas que utilizan fármacos (principalmente con agentes antiinflamatorios no esteroides) con un promedio en la región de un 79%.

En segundo lugar está el factor del trabajo exigente físicamente con un 42% de prevalencia. La prevalencia de uso de fármacos asociados a la enfermedad renal crónica no tradicional es de un 94.2% en Guatemala, seguido por Panamá (85.6%), El Salvador (80%), Nicaragua (79.9%), Honduras (69.7%) y Costa Rica (64.7%).

Mientras que el factor de riesgo de trabajo físicamente exigente tiene una prevalencia en Panamá con un 49.9%, seguido por Honduras (45.5%), Nicaragua (44.3%), El Salvador (37.9%), Guatemala (37%) y Costa Rica (8.7%).

"Tenemos dos décadas de saber de su existencia y aún así no están claras las causas de la enfermedad aunque hay evidencias muy fuertes en algunas condiciones. Si queremos trabajar en reducir la incidencia tenemos que encontrar una causa para atacar y ese es nuestro principal reto", dijo a Acan-Efe la investigadora del Instituto Regional de Estudios en Sustancias Tóxicas de la Universidad Nacional de Costa Rica, Jennifer Crowe.

Como parte del taller los expertos, autoridades sanitarias, representantes de la academia y la comunidad médica, se reunieron el martes con las comunidades de la occidental provincia Guanacaste (Pacífico) para discutir estrategias que mejoren la atención y ofrezcan una mejor calidad de vida a los pacientes.

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