La Paz solo se logra cuando se respetan los Derechos Humanos

Actualizado
  • 10/12/2019 00:00
Creado
  • 10/12/2019 00:00
Desde abril de 2017, el gobierno chino ha retenido a más de un millón de uigures y otras minorías de grupos musulmanes en campamentos de reclusión en la región de Xinjiang.En Venezuela, Maduro ha provocado que aproximadamente el 20% de la población de su país huya, tras dilapidar los recursos de una de las naciones más ricas del mundo.

En el mundo dividido de hoy, sería fácil pensar que no existe nada en lo que todos los países estén de acuerdo ni algo que todas las culturas acojan como parte integral de sus comunidades. Sin embargo, el Día Internacional de los Derechos Humanos, que se celebra hoy 10 de diciembre, nos recuerda que no hace mucho el mundo se unió precisamente para hacer eso. El 10 de diciembre de 1948, Naciones Unidas adoptó por unanimidad la Declaración Universal de los Derechos Humanos un conjunto de derechos que ostentamos todas las personas. Por ejemplo, el derecho a estar libre de torturas o de castigos degradantes o tratos inhumanos y crueles; o los derechos a la libertad religiosa, de creencias, el derecho a la libertad de expresión y de asociación pacífica. De acuerdo con la Declaración Universal de Derechos Humanos, cada ser humano en la tierra puede reclamar estos derechos como propios por nacimiento, sin importar su nacionalidad o creencia.

Robert Destro.

El uso de la palabra “universal” en la Declaración es intencional, y es muestra que el documento final fue resultado del consenso entre una amplia gama de culturas globales. Si bien a los estadounidenses nos enorgullecen las contribuciones al documento de Eleanor Roosevelt, en calidad de presidenta de la comisión de redacción de la declaración, los encargados de redactar el documento representaban diversas nacionalidades, etnias, culturas y tradiciones intelectuales. Por ejemplo, Peng Chun Chang, de China, aportó una fuerte influencia confuciana al comité de redacción.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos emergió de la tragedia que fue la Segunda Guerra Mundial, que demostró que pueden llegar a existir gobiernos que no tengan contemplaciones en hundir al mundo en un terrible conflicto con tal de alcanzar sus retorcidos objetivos. Los fundadores de las Naciones Unidas supieron entonces que la paz solo puede alcanzarse cuando se respetan los derechos humanos, por lo cual se dispusieron a crear un marco legal que pudiera ser aceptado por todas las naciones: un conjunto de derechos que reconoce la primacía de la dignidad humana individual.

Lastimosamente, cualquiera que siga las noticias hoy puede darse cuenta que los derechos y las garantías fundamentales plasmadas en la Declaración Universal de los Derechos Humanos no son respetados por todas las naciones. Hoy, algunos de los más flagrantes violadores de los derechos humanos son precisamente quienes estuvieron entre los primeros en adoptarlos y en comprometerse a defenderlos.

Desde abril de 2017, el gobierno chino ha retenido a más de un millón de uigures y otras minorías de grupos musulmanes en campamentos de reclusión en la región de Xinjiang. Las acusaciones de trabajo forzado, tortura y condiciones inhumanas en estos campamentos contradicen los falsos argumentos del gobierno chino que alegan que el objetivo de los campamentos es educar a estas personas. Incluso aquellos que viven afuera de los campamentos de retención han sido despojados de cualquier vestigio de libertad individual, a través de un sistema de vigilancia omnipresente, que los atrapa en una prisión al aire libre.

En Venezuela, Maduro ha provocado que aproximadamente el 20% de la población de su país huya, tras dilapidar los recursos de una de las naciones más ricas del mundo. La brutal represión de los derechos humanos continúa hasta hoy, con informes creíbles de ejecuciones extrajudiciales, tortura y violación a la libertad de expresión y de asociación. La respuesta de Maduro a la oposición política ha sido la intimidación, las amenazas y la violencia contra líderes opositores, utilizando medios dentro y fuera de la ley.

El diverso grupo de personas que redactó la Declaración Universal de Derechos Humanos encontró un propósito común en los derechos universales que esbozaron. Entendieron que las naciones del mundo tienen un deber una con la otra: proteger la dignidad y los derechos humanos de cada individuo. Pero no solo corresponde a los gobiernos defenderlos. Después de todo, los gobiernos están compuestos por personas. Cada persona juega un papel en la protección de los derechos humanos.

¿Cómo podemos hacerlo? Podemos empezar por educarnos sobre los derechos humanos, aprender sobre los derechos garantizados en la Declaración Universal, así como sobre los retos que enfrentan alrededor del mundo. Podemos todos hacerle frente al abuso y unirnos para exigir rendición de cuentas, llamando la atención de aquellos estados que violan los derechos humanos e instarlos a que mantengan su compromiso de protegerlos. Podemos instar a nuestros propios gobiernos a que hablen con firmeza cuando existan violaciones de estos derechos en otras partes del mundo. Podemos exigir a las naciones que mantengan los principios de la Declaración Universal de Derechos Humanos.

Puedo asegurarles que Estados Unidos y su gente mantienen su compromiso con los derechos humanos. Estamos en primera línea, defendiendo el que cada persona en el mundo disfrute de estos derechos de la misma forma en la que los estadounidenses lo hacemos todos los días.

A fin de cuentas, estos son derechos que todos tenemos al nacer, de acuerdo a la declaración de la comunidad de naciones adoptada el 10 de diciembre de 1948.

Subsecretario de la Oficina de Democracia, Derechos Humanos y Asuntos Laborales de los Estados Unidos
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