Narices rojas para detener balas

Actualizado
  • 22/08/2010 02:00
Creado
  • 22/08/2010 02:00
Iván Prado fue noticia hace meses. Fue detenido en el aeropuerto de Tel Aviv y deportado sólo porque quería pasar a Palestina para organ...

Iván Prado fue noticia hace meses. Fue detenido en el aeropuerto de Tel Aviv y deportado sólo porque quería pasar a Palestina para organizar un Festival de Payasos. Periódicos de todo el mundo difundieron el escándalo. Pero las noticias son efímeras. Sin embargo, Prado mantiene su resolución. Las ganancias de la última edición del Festival Internacional de Clowns Galicia, evento que él fundó y dirige, ayudarán a financiar un Festiclown en Palestina. Justo en las jornadas del Festival, Prado accedió a esta entrevista. Mientras conversábamos en un café del casco viejo de Vigo, quedó claro que su vocación de clown se mezcla con la de activista desde siempre.

¿EL PRINCIPIO DEL CAMINO?

A los tres años perseguía a la gente en los autobuses, para que me besaran y se rieran conmigo. Pero luego llegaba a casa llorando, porque en la calle me había pedido dinero un hombre. Esas dos cosas me pusieron en este camino.

¿Y DESPUÉS?

Pues vino la barba... De pequeño creía que los hombres con barba eran gente buena. Mi padre tenía barba, y Jesucristo, y el Che... Y más tarde llegaron los viajes. Desde que a los doce escuché un concierto de Silvio Rodríguez, y me pasé los siguientes cuatro años buscando a ese señor que había cantado La Maza y Canción urgente para Nicaragua. Con quince, en el instituto, ya estaba metido en la lucha contra la primera guerra en Irak. Con 17 me fui a Cuba, con los grupos gallegos de apoyo a la Isla. Después Chiapas, con 21. Llegué por primera vez en el 95 como parte de un grupo artístico, al año siguiente del nacimiento del movimiento zapatista. Regresé varias veces. En el 96 fuimos a apoyar los centros culturales de Aguas Calientes que el gobierno acusaba de ser sedes militares. Bueno, también lo eran. Pero las amenazas caían sobre la gente. Recuerdo que nos negaron la entrada y nos colamos clandestinos por las montañas. Actuamos en plena semana de festejos, en la zona de Roberto Barrios, la más machacada. Nuestro fin era, además de las actuaciones, formar gente. Allí nació el primer colectivo de payasos zapatistas, a partir de nuestro trabajo. El apoyo sigue. El Festiclown Galicia financió cursos de formación para promotores de educación en las zonas zapatistas, y les ayudó en la creación de una radio autónoma.

¿AL CLOWN LE QUEDA TIEMPO PARA CREAR Y ACTUAR, DESPUÉS DE QUE EL ORGANIZADOR CONSUME TANTO?

En estos años dirigí varios espectáculos. Y ahora quiero hacer un par de montajes míos. Pero sí, cuesta muchísimo… Es que soy director por lo que el Che dejó la medicina… me vi obligado. Me encontré dirigiendo compañías por motivos ajenos a mi voluntad, porque no había quién más lo hiciera. Tampoco había quién diese las clases, ni montase los festivales.

HACE TIEMPO DIJISTE VER EL ARTE ‘COMO HERRAMIENTA DE TRANSFORMACIÓN SOCIAL’. ¿QUÉ EXACTAMENTE SIGNIFICA ESO?

Para mí, la transformación social es subvertir este sistema hasta que las reglas del juego dependan más de la voluntad humana que de estructuras económicas y de poder. Es decir, el problema que veo con el capitalismo es que nunca sirve a la voluntad humana, mientras la voluntad humana sí se pone al servicio del capital. Creo en una transformación social que ponga al ser humano en relación con el entorno, consigo mismo y con los demás. Y cual sea el nombre de ese nuevo estadio, socialismo, comunismo, el punto es que la forma comunitaria de organizar una sociedad sea más ecológica. Ecológica entendida como equilibrio en la relación esfuerzo-resultado.

Que resulte en una subversión de los valores. No tiene sentido proyectar una fórmula de estar en el mundo que no parta del amor, del placer, de la alternación de las emociones, del cuerpo, el entorno… Transformar la sociedad es tumbar las estructuras de poder para que la gente sea la forma de poder.

¿Y EL ARTE...?

Pues el arte es morirte de frío… Es la sublimación del ser humano. Sublimar la materialidad. Concretar los sueños, lo etéreo en una forma palpable, masticable, visible… Traer de la relación global de las fuerzas, de la entidad global, hasta los cinco sentidos del ser humano, o a algunos de ellos. Es hacer que los sueños se puedan masticar. Puede serlo tanto la actuación de un mimo como... un plato de mi abuela, si viene de su sublimación interior, de su sueño interior. Antiguamente, en muchos pueblos los artesanos soñaban la creación antes de construirla. El arte es cuando la magia se vuelve objeto, partícula, y soy de los que cree en que cada uno llega de forma distinta. Puedes estudiar… O no. Lo que no creo es en un único camino a nada. Hay más de un único camino a la libertad, al amor, a la vida. Puede haber tantos caminos como seres humanos y voluntades.

¿Y PALESTINA...?

Fui en el 2003 a Gaza y me cambió la vida. Vine destrozado. Vi que existía un tejido energético, celular, un ente que se pudiese llamar humanidad. En Palestina, bajo las bombas, he visto la humanidad en los ojos de la gente. He metido las manos en el magma del ser humano, de la vida, la he sentido. Sé que no hay límites. El problema es que ponemos la estructura como referencia, en vez del impulso. Y el impulso es amar. Incluso cuando matan, o matamos. El impulso primigenio es amar, es la plenitud, es la expansión. Es no tener límites. Y eso puede llevar al ser humano a la insatisfacción o a la plenitud. Lo que te hace progresar es estar en plenitud. Cuando volví en el 2009, viví situaciones peligrosamente menos duras. No de peligro físico, porque no viví bombardeos, ni fuegos cruzados, ni el mortero caía a metros de donde actuaba... Pero sí lo que contaba la gente era más duro. Y lo contaban con luz en los ojos. Una mujer contaba cómo habían matado a su hijo en sus brazos. Y ahí sentí una inmensidad, un vértigo, de ver que ante el abismo podemos volar; en mitad del abismo, en mitad de la barbarie, en mitad de la sistematización del terror. Porque eso es Israel, un parque temático del terror. No es un estado, es un ejército de ocupación. Pues en mitad de esa locura, de ese sinsentido, el ser humano todavía sobrevive. La humanidad sobrevive. Descubrir eso me dio alas, me enseñó a volar. No a volar, sino a que se puede volar. Y volví con la idea de transportar este trabajo, este sueño allá... A lo mejor yo no puedo entrar más a Palestina. Pero entran los otros y es igual. El Festiclown se hace igual. Incluso a pesar de las dificultades que tenemos y la actitud del gobierno español, con un ministro que acepta un Honoris Causa de una universidad que lleva el nombre de un fascista 1 . Pues ante esto decidimos ampliar el proyecto. No hacerlo de una semana, sino de un año. Mandaremos caravanas para ir formando payasos, payasas, terapeutas, gente de circo. Cuando llegue el festival grande, dentro de un año, habrá un tejido social artístico palestino importante. Para que no solo lleguemos nosotros, sino que ya haya un grupo de clowns. Ahora hay un pequeño circo, el de Ramallah. La idea es hacer un festiclown palestino, en colaboración con ellos.

¿EN QUÉ PUNTO DEL CAMINO QUE EMPEZASTE DE NIÑO TE PARECE ESTAR AHORA?

El Tao dice... el camino que lleva al camino no es el verdadero camino. Me gustaría pensar que estoy en el punto del camino donde tiene más importancia hacia dónde voy, que dónde estoy. Y voy hacia la libertad... La libertad es como el oxígeno, no lo puedes respirar tú solo.

IVÁN PRADO

Director de Festiclown Galicia

Fundador de Mundoclown.

Fundador y Director Artístico de la compañía Siete Magníficos + 1.

Miembro portavoz del colectivo internacional de acción artística Pallasos en rebeldía.

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