Fugitivo al estilo Hollywood

Actualizado
  • 30/06/2013 02:00
Creado
  • 30/06/2013 02:00
BOGOTÁ. Nadie sabe exactamente dónde está Edward Snowden. Atrapado en la zona de tránsito del aeropuerto moscovita Sheremétievo, el cont...

BOGOTÁ. Nadie sabe exactamente dónde está Edward Snowden. Atrapado en la zona de tránsito del aeropuerto moscovita Sheremétievo, el contratista de la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos (NSA) está en el centro de una controversia internacional que recuerda las épocas de la Guerra Fría.

Cuatro países de tres continentes protagonizan el pulso por el responsable de filtrar a los medios de comunicación la existencia de programas de espionaje estadounidenses.

La persecución contra Snowden se inició el pasado 10 de junio cuando el diario británico The Guardian publicó un video donde él reconocía ser la fuente detrás de las revelaciones sobre la vigilancia electrónica de la NSA. El analista de 30 años escapó a Hong Kong mien tras las autoridades estadounidenses lo acusaban de espionaje y robo de propiedad gubernamental.

Las filtraciones generaron un escándalo político en Washington y en Londres y abrieron un debate sobre la intromisión de los gobiernos en la privacidad de los ciudadanos en nombre de la seguridad.

No obstante, el periplo de Snowden ha reflejado la debilidad de la Casa Blanca para capturar a uno de los ‘soplones’ más dañinos de su historia. A pesar de una solicitud de extradición de Washington, las autoridades en Hong Kong permitieron la presencia del fugitivo en su territorio por varios días durante los cuales hasta pudo hacer declaraciones públicas.

El hacker abandonó la ciu dad china sin mayores inconvenientes y se dirigió a Moscú desde donde pidió asilo político a Ecuador. Con su pasaporte estadounidense revocado, Snowden no puede comprar un tiquete aéreo y se encuentra, según declaraciones del propio presidente ruso Vladimir Putin, dentro de la zona de tránsito del aeropuerto moscovita en medio del duty free y de las salas VIP.

La evidente inacción de China y Rusia para entregar al analista generó una reacción moderada por parte de Estados Unidos. En gira por África, el presidente Barack Obama afirmó que ‘no dejaré que un caso de un sospechoso al que estamos tratando de extraditar sea elevado de repente a la categoría de obstaculizador de asuntos’ con estas dos naciones.

A la falta de colaboración tanto de su anterior enemigo en la Guerra Fría y como de su actual contraparte en el escenario global se suma un desconcertante desafío: el de Ecuador, uno de los países más pequeños de América.

El gobierno ecuatoriano ya anunció que estudia el asilo para Snowden –que se suma al concedido a Julian Assange de WikiLeaks– y que renuncia a las preferencias arancelarias por constituir ‘instrumentos de chantaje’.

Irónico que el presidente Rafael Correa, quien ha aprobado una ley que ataca los medios de comunicación, se presente en el caso Snowden como defensor de esas libertades.

Para Christopher Sabatini, editor del Americas Quarterly, ‘Ecuador no quiere proteger la libre expresión, solo avergonzar a Estados Unidos y hacer una declaración ideológica’.

Más que reflejar un liderazgo regional, el desafío de Correa ratifica la debilidad y la falta de interés de la política exterior de Washington hacia América Latina. Así mismo, la profundización de las posturas anti-Estados Unidos de países como Ecuador y Venezuela que, además de ofrecerse como destino de Snowden, ya tienen acuerdos comerciales con Irán.

El debate sobre privacidad y seguridad que desataron las filtraciones periodísticas está pasando a un segundo lugar ante la negativa de China, Rusia y el benjamín suramericano de atrapar al ‘soplón’.

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