El partido laico Nida Tunis gana las parlamentarias en Túnez sin mayoría

Actualizado
  • 30/10/2014 13:00
Creado
  • 30/10/2014 13:00
Nida Tunis logró 85 escaños de los 217 de la Asamblea de Representantes del Pueblo, mientras que los islamistas de Al Nahda consiguieron 69

El partido laico Nida Tunis, creado hace apenas dos años y que pretende ser una alternativa al islamismo tunecino, ha ganado las elecciones parlamentarias, aunque no ha obtenido una mayoría suficiente para gobernar en solitario.

La Instancia Superior Independiente para las Elecciones (ISIE) anunció los resultados oficiales de los comicios esta madrugada. Nida Tunis logró 85 escaños de los 217 de la Asamblea de Representantes del Pueblo (ARP), mientras que los islamistas de Al Nahda consiguieron 69.

Una de las sorpresas de estas elecciones ha sido el resultado de la Unión de Patriotas Libres (UPL), que se ha colocado como tercera fuerza política al pasar de 1 a 16 escaños. La UPL es un joven partido creado en 2011, después de la caída del régimen del dictador Zin el Abidin Ben Alí, y su presidente, Eslim Riahi, es un multimillonario de 42 años que ha alcanzado una rápida popularidad tras obtener la presidencia del club de fútbol "African", unos de los mayores equipos deportivos del país.

Además, la coalición de partidos de izquierdas del Frente Popular (FP) alcanzó 15 escaños, los liberales de Afek Tunis (Horizonte-Túnez) lograron 8 y el resto están repartidos entre una decena de formaciones.

En estas elecciones legislativas, que se celebraron el pasado domingo, Nida Tunis ganó a Al Nahda en 18 de las 25 regiones que componen el país y se hizo fuerte en zonas del norte más productivas a nivel agrícola, industrial y turístico, tanto en sus grandes ciudades como en pueblos más pequeños, así como en Túnez capital.

Por su parte, los islamistas han vencido en todas las regiones del desértico sur tunecino, desde Kebili, fronteriza con Argelia, hasta Medenin, Tatawín y Gabes, fronterizas con Libia. Son zonas dominadas por una economía paralela alimentada por el contrabando transfronterizo con los países vecinos de tabaco, alcohol, gasolina, armas o municiones, con pocos recursos naturales y un sector turístico sahariano en crisis.

El norte productivo y acomodado y el sur deprimido e inhóspito están separados por unas regiones centrales en las que estos dos principales partidos políticos y adversarios han empatado en lugares tan simbólicos como Sidi Buzid, cuna de las revueltas sociales de la primavera árabe de 2011, o en Gafsa, cuenca minera y obrera por excelencia y donde se ha instalado el islam político.

Nida Tunis deberá ahora designar al nuevo primer ministro, que formará el próximo Gobierno y pactar con otros partidos para garantizarse 109 escaños. En este sentido, durante la campaña electoral, sus líderes afirmaron que los pactos se realizarán con partidos modernistas y demócratas (FP, Afek, Al Mubadara), dejando a un lado la posibilidad de una "alianza con los islamistas".

En estas próximas semanas, la vida política tunecina estará dominada por la formación del nuevo Gobierno, mientras que se celebra también la campaña electoral para las próximas elecciones presidenciales del 23 de noviembre y en cuya primera vuelta se presentan una veintena de candidatos.

Por último, durante estas legislativas los analistas han constatado que una "gran mayoría silenciosa" se ha instalado en el país, ya que de 12 millones de tunecinos menos de la mitad se inscribió en el censo electoral y de éstos solo votó un 69%.

Los observadores internacionales señalan la baja presencia y participación de los jóvenes en estas elecciones consideradas las primeras libres y democráticas tras la promulgación de la nueva Constitución del 27 de enero pasado, que inauguró la "II República" y que pone fin a la transición política actual.

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