Una compleja relación sostenida por el petróleo

Actualizado
  • 31/05/2015 02:01
Creado
  • 31/05/2015 02:01
La monarquía de Arabia Saudita es criticada por su historial en materia de derechos humanos

A la muerte del rey Abdalá bin Abdelaziz al-Saud del reino de Arabia Saudita, el 23 de enero del 2015, la Casa Blanca emitió un comunicado en que calificaba al fallecido monarca como un hombre que trabajó por la paz y el progreso de su país y del mundo árabe.

Sin embargo, la visión que brindan organizaciones como Amnistía Internacional (AI) y Human Right Watch (HRW), resulta muy distinta.

El reino saudí es el bastión del wahabismo en Medio Oriente, una doctrina sunita puritana basada en una interpretación literal del Corán. Su sistema judicial se basa en la sharia o ley islámica, modelo que ha sido criticado en 2004 por la Convención contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanas o degradantes de las Naciones Unidas (ONU).

La violación, el asesinato, el robo a mano armada, tráfico de drogas, brujería o hechicería, son condenados con muerte en este país. Debido al particular sistema judicial saudí, este admite el daño corporal, con prácticas como amputaciones, latigazos y la lapidación. El pasado martes, el Ministerio del Interior anunció la ejecución de Awad al Rowaili y Lafi al Shammary, acusados de narcotráfico, y de Mohamed al Shihri, condenado por haber apuñalado a un ciudadano saudí, según informa la agencia AFP . Con la muerte de estos tres ciudadanos, son 88 las ejecuciones en lo que va del 2015, más que las 87 del año pasado, un incremento que preocupa a organismos defensores de los derechos humanos como AI, HRW y la ONU.

La apostasía, que es la renuncia a una religión, también es condenada con la pena capital. Un conocido caso de apostasía fue el del blogero Raif Badawi, que fue acusado en 2012 y condenado a prisión por 10 años y a recibir mil latigazos, repartidos durante su década como privado de libertad.

Cualquier individuo musulmán o no musulmán que practique relaciones sexuales fuera del matrimonio, solo aceptado entre un hombre y una mujer, puede ser lapidado a muerte, esto incluye las relaciones homosexuales, según información refrendada por el diario estadounidense Washington Post .

De acuerdo a un reporte de AI, el gobierno saudí restringe con severidad la libertad de expresión, de asociación y reunión. La monarquía saudí también es criticada por reprimir la disidencia, y por promulgar una legislación que equipara al terrorismo cualquier forma de crítica al gobierno, aúnque sean de corte pacífico.

El gobierno saudí ha sido criticado a su vez por el trato que mantiene hacia las mujeres. De acuerdo a un estudio de World Economic Forum, acerca de la paridad de género, Arabia Saudita mantenía hasta el 2013 la posición 127 de 136 países. Las mujeres tienen prohibido manejar en este país y no pueden abandonar sus hogares sin la compañía de su compañero masculino, según registra el Diccionario de Derechos Humanos de la Universidad de Oxford.

No obstante, EE.UU. mantiene una relación amistosa con la monarquía saudí. Así lo hizo ver el comunicado de la Casa Blanca tras la muerte de Abdalá, que valoraba la ‘cercanía' de ambas naciones. ¿Por qué EE.UU. mantiene una alianza con un país contrario a su discurso institucional, marcado por la defensa de los derechos humanos y la libertad en todas sus formas? La respuesta evidente es el preciado petróleo.

Las cifras de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) colocan a Arabia Saudita como el mayor exportador de crudo del mundo, recurso que ha utilizado durante años para estabilizar los precios del petróleo y favorecer a EE.UU., según la revista estadounidense The Atlantic .

A cambio del petróleo, EE.UU. les vende armas. En 2014, según un estudio del portal web Bloomberg , Arabia Saudita fue el mayor comprador de armas estadounidenses.

En los años ochenta, colaboraron juntos para armar y financiar a los muyahidines (yihadistas), con el objetivo de expulsar de Afganistán a la Unión Soviética. El más famoso de estos yihadistas fue Osama bin Laden, de origen saudí, que más tarde formaría la organización terrorista Al Qaeda.

Ambas naciones han colaborado juntas contra el surgimiento de agrupaciones terroristas como el Estado Islámico (EI), ya sea con apoyo militar o de otro tipo.

El gobierno saudí también dirige donaciones a políticos que han coolaborado con ellos en el pasado. De acuerdo al portal web International Business Times , la monarquía donó una suma de diez millones de dólares a Hillary Clinton a través de la Fundación Clinton.

La donación se produjo en el marco de una compra de aviones de guerra F-15 de la compañía Boeing (estadounidense).

A efectos de politica internacional, el petróleo parece pesar más que los derechos humanos.

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DERECHOS HUMANOS

El sistema judicial de Arabia Saudita se basa en la ley islámica.

La homosexualidad, la apostasía y el ateismo, son condenados con la pena capital. La violación, el asesinato, el robo, el tráfico de drogas y la hechizería conllevan la misma pena.

En la lista de paridad de género de la organización World Economic Forum de 2013, Arabia Saudita ocupó la posición 127 de 136 países.

En lo que va del 2015 el gobierno saudí ha ejecutado a 88 personas, más que las 87 del 2014.

El Gobierno de la República de Panamá ha establecido relaciones diplomáticas con el reino de Arabia Saudita desde enero de 2015. De acuerdo al Ministerio de Relaciones Exteriores de Panamá ambos países trabajarán en los ámbitos de economía, cultura y política.

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